Barón Rojo. Rock de Barrio (1984)
Hay que ver a dónde había que acudir para darse a conocer,
aunque ya lo dicen en la canción:
"Los rockeros van al infierno".
Presentados por José Luis Fradejas en Aplauso.
Desde siempre he tenido una cierta
querencia personal por el heavy, especialmente por el español, que como dicen
los hermanos Castro en la entrevista tuvo, y tiene, unas características muy
especiales que le distingue del de sus colegas anglos, prácticamente las mismas
que distinguían el underground patrio del de otras latitudes. Básicamente una
más íntima relación con la realidad social y política que les rodeaba, que en
el caso del rock duro viene directamente de su aparición en escena en los
primeros años de la resaca postfranquista.
Los heavys españoles de la época eran de
barrio, agresivos y rojos, características que en Barón Rojo están claramente
en su música, pero también en la militancia política de sus fundadores, Armando
y Carlos de Castro, que en un tiempo se afiliaron al PCE, y en el trabajo
sindical que desarrollaron durante años para crear un sindicato de músicos.
En 1984 publiqué en MUNDO OBRERO la
entrevista que transcribo, en la que hablaban de estas y otras cosas igualmente
poco habituales.
MUNDO OBRERO. 14 JUNIO 1984
Su último doble
álbum, grabado en directo en un reciente recital en el Pabellón de Deportes del
Real Madrid, el éxito dentro y fuera de España, los ha convertido en el grupo
de rock de mayor audiencia de España. Son Barón Rojo, y cada una de sus
actuaciones es una convocatoria para soltar adrenalina al son de unas canciones
que con ritmo fuerte tratan de algunas de las cosas que suceden cada día a
nuestro alrededor: el poder del dinero, la incomunicación, la miseria de las
grandes ciudades, la opresión, la falta de libertad. Van a actuar en la próxima
e inmediata fiesta de MUNDO OBRERO --que por cierto tiene un indudable sabor
rockero en el programa, especialmente el día 29-- y hablamos con ellos en un
bar, entre parejas que hablan de sus cosas y señoras con niños. El ruido de la
televisión y las máquinas tragaperras de fondo.
--Vuestro
público es básicamente juvenil y obrero. Gente de barrio que se siente orgullosa
de serlo y no tiene envidia de pasear por Serrano mirando escaparates para
comprar algún modelo novedoso. ¿Por qué?, ¿cómo os relacionáis con ellos?
--El asunto es que nosotros venimos de clase
obrera, y, lógicamente, estamos más cerca de nuestra gente que de otra. No es
que descalifiquemos a la gente de Serrano, entendiendo que esto es un símbolo
de una cierta forma de vivir. Pero nosotros no somos así. No somos gente que
venga de un estrato social alto y a la hora de ponernos a escribir y a
componer, tenemos que hacer cosas que sentimos, que hablan de nosotros y
nuestra gente, porque sí no quedaría todo muy artificial y falso. En nuestras
canciones creemos que se nota que venimos de clase obrera y que nos integramos
en ella, sabemos qué es lo que quiere y tratamos de hacer algo con nuestra
música que apoye eso.
--Hace años en
los barrios se cantaban otras cosas, otro tipo de música, ahora hay una movida
de gente muy joven que se identifica con el rock duro, ¿es esta la música más
representativa de esos barrios?
--Quizá es que el rock duro tenga varios
elementos que le hacen atractivo para la gente joven, A través de él se pueden
decir cosas con las que se protesta de la situación en que se vive, y, además,
se puede decir a un volumen muy fuerte, de una manera muy contundente. Es una
forma de protestar más alto, sin despreciar para nada a los cantautores, por
ejemplo, a los que respetamos. Pero esta es nuestra forma de expresión y la de
a gente que nos rodea.
La música de
Barón Rojo es, al mismo tiempo, una forma de expresión de la juventud de los
barrios y una lejana esperanza de salir de la situación en que viven. "En una película que hablaba de la vida de
Jimy Hendrix –explican--, Roger Daltrey,
el cantante de los Who, contaba que él se metió en la música porque, siendo de
clase obrera, los jóvenes tenían tres opciones: dedicarse a la delincuencia, al
fútbol o a la música. En nuestro país se podría ser también maletilla, pero la
situación es parecida. La música es una forma de vivir en un ambiente en el que
el paro abunda y la miseria es asfixiante. En nuestro caso también se da, como
cosa importante, que la música nos captó desde pequeños y esta es la forma que
hemos encontrado de dar expresión y canalizar nuestras inquietudes, nuestros
sentimientos".
--¿No constituye
cierto peligro para expresar ese ansia liberadora, de protesta, que vosotros
queréis dar a vuestras canciones, la utilización de un vehículo como el rock
duro, tan contundente, tan dogmático a veces a nivel musical?
--Hombre, eso es un poco inevitable. El pensar
que lo que a uno le gusta es lo mejor es algo inherente al ser humano. Eso pasa
en el rock duro, en la ópera, en el jazz o en el flamenco. Ahora bien, hay una
cosa que nosotros detestamos, que es el fanatismo. Nunca es bueno, ni de un
signo ni de otro, ningún fanatismo es bueno, no te lleva a ningún sitio y
nosotros intentamos huir de ello, lo que pasa es que se mezclan muchas cosas,
muchas historias, en las que a veces parece dogmático lo que no quieres que lo
sea.
--¿Por qué en
España el rock duro está más cargado de ese sentimiento de protesta social o
política que en otros sitios, en Inglaterra, por ejemplo, su lugar de origen,
donde los grupos hablan de cosas menos concretas?
--Es verdad que el rock duro no ha tenido en
otras partes una conciencia social tan acentuada, pero la cosa es sencilla.
Cada pueblo reacciona de acuerdo con aquellas cosas que le presionan. Y ya se
sabe, a mayor presión, mayor reacción. En España hemos vivido una presión muy
fuerte en tos cuarenta años de todos conocidos y la reacción ha sido también
más fuerte. El rock no podía dejar de reflejar esa realidad, cosa que no ha
pasado en otros países. ¿De qué van a hablar ellos?, pues de su chica, de su
moto, de lo que viven. Nosotros hablamos de lo que vivimos y de lo que nos
condiciona. Por eso el rock español, en general, no sólo el de Barón Rojo, está
más radicalizado y es más fuerte y más agrio.
--¿Cómo se ven
las cosas cuando se ha salido fuera de España y se ha triunfado?
—No varía mucho,
se sigue pensando lo mismo, aunque de lo que sí te das cuenta es de que has
tenido una base muy buena, una gente que te ha seguido y te sigue, y eso da
mucha fuerza moral. Lo que se siente al salir de España y triunfar es un gran
orgullo de ser español y de decir: Ahora estoy tocando en Liverpool o Birmingham
y la gente responde, cuanto creíamos que éramos unos pobrecillos españoles, con
ese complejo de inferioridad que le han metido a nuestra generación desde
pequeñitos. Eso te da una visión más lúcida, más distanciada, de la vida.
--Barón Rojo son
cuatro músicos veteranos que llevan muchos años tocando sus instrumentos,
haciendo de todo en condiciones no siempre fáciles, desde bodas y bautizos
hasta acompañar a cantantes de diversos tipos. Al final les ha llegado el éxito
haciendo el tipo de música que les gusta, cosa que no siempre es posible.
--La vida del músico es un acertijo. Uno
empieza porque le justa y luego intenta profesionalizarse, vivir de ello. Y eso
lleva mucho tiempo, porque a veces hay que trabajar o estudiar al mismo tiempo,
y después de currar ocho horas dedicarse a la música es un esfuerzo especial.
Es muy penoso, porque para salir de esa situación tienes que contar en muchos
casos con la suerte. No basta con hacer lo que te gusta y hacerlo bien, hay que
contar con que se fije en ti una casa de discos, con que tengas un cierto éxito
y puedas continuar grabando y actuando. Hay que estar muchos años hasta que
puedes empezar a sacar adelante lo que te gusta hacer. Claro que tampoco la
vida engaña a nadie. Quien se mete a músico sabe que las va a pasar negras, que
va a hacer muchos kilómetros en furgoneta, incómodo, que va a dormir in
cualquier sitio y comer cualquier cosa, pero también tiene sus compensaciones,
la libertad te vivir como quieres, de levantarte y acostarte cuando te apetece.
Y esas son libertades que tienen un precio.
--Los
integrantes de Barón Rojo tienen también a su espalda muchos intentos de hacer
más digna su profesión, de intentar luchas sindicales que no siempre han
llegado a buen término y que hoy pasan por un momento bajo. ¿Por qué se ha
venido abajo el movimiento sindical de músicos? ¿Por qué se está tan desunido,
en ese terreno, quedándose atrás otros intentos pasados?
--Lo que sucede es que la situación de los
músicos es un reflejo de la de la sociedad en general. Si hay problemas de
paro, de las autonomías, de terrorismo, si los sindicatos van desunidos el
primero de mayo, pues esos problemas se extienden al campo de la música. Los
músicos, que viven aislados sin un sitio común de trabajo, preocupados por sus
problemas específicos, sufren esa situación. La crisis que pueda haber en la
música en ese terreno, que no hay unidad, que hay desánimo, es un reflejo de la
vida nacional. Sería fenomenal que tuviéramos un sindicato unitario que
protegiera al músico, pero ese es un problema que va tardar en solucionarse.
Hasta que no se estabilice la sociedad y los problemas cotidianos, lo que
condicionan la vida de cada día, no se va a notar un avance en ese terreno ni
en los músicos, ni en los pintores, ni en el teatro, ni en otros sectores, que
vivieron un momento de auge reivindicativo y hoy están más silenciosos, más
aislados.
Ha ido pasando
el tiempo, se ha terminado el café que habíamos pedido, en el bar ya no está,
la misma clientela, que se ha sustituido por otra similar, similares parejas, señoras y niños, similares hombres solos acodados en la barra,
acompañados todos por la misma tragaperras y la misma televisión que siguen haciendo
los mismos ruidos. Es un bar de barrio. Acabamos la charla y nos des pedimos.
Dentro de unos días volveremos a vernos, en la fiesta de MUNDO OBRERO, donde
ellos, junto a Mediterráneo, Roca Negra, Asfalto, Banzai y Topo, pondrán ritmo
rockero a la vida de la calle.
Peleando hasta el final.
Ensayando “Resistire”
en El Salvador en 2012
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