Sentencias
del domador de
fieras
uno
Paseantes
de un tiempo que ignora su final
nos
lanzamos al agua en busca del olvido.
No
queremos saber
que
en las olas más altas de ese mar-laberinto
un
dragón invisible de minúsculos párpados
hipnotiza
sirenas y devora a sus hijos.
dos
Sufro
a menudo
males
intermitentes:
dolores
de cabeza, diarreas.
un
punto de catarro en los otoños,
y
a veces también, a que ocultarlo,
este
irreprimible deseo de partir.
tres
Exigiré
respuesta en todos los diarios,
vaciaré
las fuentes por ver si lo averiguo,
indagaré
la noche en todas las miradas,
y
aún después de saberlo, seguiré preguntando:
¿a
qué edad del mes estamos, por favor?
cuatro
Suena
la radio
y
una agonía de soles
colorea
el barracón de enfrente.
En
Siberia
la
tarde teje
telares
de araña en los balcones
y
el pensamiento es libre
como
un dios que nace de la nada.
cinco
Quizás
tú no lo sepas,
pero
en cada palabra que bordea tu boca
hay
tantas letras
que
no puedo leerlas.
seis
Inocencia
perdida la del niño
que
mira hacia el pasado y se recuerda.
La
memoria es un monstruo que te envuelve
y
en un segundo ¡zas! te descuartiza.
siete
Volver
la vista atrás y no ver nada,
feliz
incongruencia del amnésico:
haber
vivido el tiempo en fuego alterno
y
amanecerse dueño del olvido.
ocho
Me
gustaría saber que no estoy solo,
confesarme
a mí mismo
que
detrás de la puerta me espera Pulgarcito
con
las migas que vuelven a casa a los perdidos.
Pero
suena el teléfono
y
es el último emisario del invierno.
nueve
¿Por
qué buscar respuesta a preguntas
que
nadie nos formula?
Por
qué en el fondo del hombre
subyace
implacable un gusano de olvidos.
diez
Cuando
las tormentas te acosan
y
las gaviotas se rebelan.
Cuando
una manada de lobos
asalta
tu farola en la Gran Vía,
saber
quién eres será ya un primer paso.
No
lo pierdas de vista por más que sea pequeño;
para
darlo,
tendrás
que amarrar fuerte las correas de tu paracaídas.
once
Cuando
un avión despega
desconoce
las
nubes que encontrará en su vuelo.
Cuando
un barco leva anclas
ignora
las
olas que romperá su quilla.
Cuando
un hombre empieza a huir
no
sabe
que
ha de seguir así toda su vida.
doce
No
sé si el tiempo
vale
la pena vivirlo,
no
vivirlo, o habitarlo.
Pero
en tus ojos claros
un
resplandor de vida
me
ha revolcado el día.
trece
No
busques respuestas
en
la impenetrable oscuridad de la noche.
Las
luciérnagas del conocimiento
son
en verdad guardias urbanos
que
velan en silencio
el
sueño de los justos.
catorce
Reconoce
que
tienes en las manos
las
claves de tu vida.
Ya
sólo te falta
encontrar
la puerta de salida del infierno.
Si
no buscas,
nunca
descubrirás
que
es un esfuerzo vano:
los
límites del fuego que te quema acaban en tus ojos.
quince
Sentencias
verdaderas las del oráculo,
luminosas
ideas las del profeta,
virtuosas
sugerencias las del confesor.
Pero
también ellos cuentan
los
amores de su vida con los dedos.
dieciseis
Entre
saber y no saber,
prefiero
saber.
Que
nunca me pille desprevenido
el
cobrador del gas.
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