MATERIALES PARA
UNA HISTORIA
DE LA MÚSICA
POPULAR ESPAÑOLA
DEL SIGLO XX
En 1990, bajo el seudónimo de La
Bestia del Lago, Herminia Bevia, Antonio Resines y yo mismo, guionizamos y
dirigimos para La 2 de TVE la serie “España en Solfa”, un intento de
contar la historia de la música popular española del siglo XX mediante la
mezcla de documental y ligeras tramas de ficción. Ricardo Solfa protagonizó las
12 emisiones del programa. Se abordaron desde el folklore o la copla hasta el pop
y el rock, los cantautores o el underground patrio, pasando por la canción
durante la guerra civil o los intercambios musicales entre España y Sudamérica
y acabando en las primeras muestras de hip-hop nacional.
Para preparar los guiones
realizamos un cierto trabajo de documentación, que quedó plasmado en un largo
rimero de folios que hacer unos meses encontré en una caja y que ahora pienso
que pueden tener una cierta utilidad. Al final se reunieron alrededor de, no
sé, entre 600 y 800 páginas llenas de datos, análisis, cronológicas,
bibliografías, biografías, discografías y más sobre cada uno de los temas que
se abordaron en la serie.
Ni que decir tiene que hoy se puede encontrar en
internet, una auténtica hemeroteca virtual que entonces no existía, muchos más detalles
de los que nosotros recogimos, pero la verdad es que no he encontrado todo este
volumen de información junto, reunido e inter-relacionado en un sólo trabajo.
Sirvan pues estos “cuelgues” como una aportación a la historia de la música
popular española del siglo XX, es decir de su proceso de transformación del folklore
a canción contemporánea, un tema aún por estudiar en su sentido más amplio y
completo.
Dada la fecha en que se realizó
el trabajo (insisto: 1990) y las condiciones en que se ha conservado, pienso
que se debe tomar cuanto en él se asegura con las prevenciones correspondientes. Aunque no se concrete,
los datos que se ofrecen se extrajeron de las respectivas bibliografías de cada
capítulo. Se recomienda que, caso de utilizarse, se confirmen por otras vías,
que hoy en día son fácilmente accesibles. Dada la larga extensión de cada
trabajo, aquí se puede descargar en PDF, que hoy hay prisa y mañana será otro día.
1.- De la Revista al Musical
Cronología (1880-1990)
La gran época
para el género revisteril va desde las dos últimas décadas del siglo XIX, en
las que se afirma como tal, hasta los inicios de la Guerra Civil, tras la que,
pasada su Edad de Oro, que necesitaba libertad para expresarse, comienza la
decadencia, en medio, por otro lado, de un inmenso éxito popular durante la
dictadura. Antes de terminar la década de los 20 los espectáculos de revista (y
el cine) han tomado el lugar que anteriormente ocupaba el cuplé. En los años 20
se incrementa la espectacularidad de los decorados y vestuarios, al tiempo que
se estilizan las artistas y aumentan la crítica social, el destape, la
picardía, en incluso la procacidad, en aquel subgénero ya perdido de nombre
precioso: la canción sicalíptica.
Así definía el
crítico teatral Santorello en 1928 los elementos de la revista por excelencia
en su reseña de La orgía dorada, de
Muñoz Seca y Pérez Fernández, con música de los maestros Guerrero y Benlloch,
que fue estrenada en el Price aquel mismo año: "Agradable, ingrávida... por su ingenio, frivolidad, ritmos juveniles y
graciosos, lujo, color, bellas siluetas, artísticas decoraciones. Hay en la
revista escenas de varia y difícil clasificación: sainete, juguete cómico,
zarzuela, versos, himnos, chistes de todas categorías, situaciones cómicas de
mucho efecto, animación, alegría, elegancia..." Y según el Espasa se
trata de un "Género ínfimo teatral,
de más visualidad que literatura, compuesto de una serie de cuadros desligados
con música".
La revista en
España tiene una fisonomía propia, aunque guarde afinidades con la francesa. Lo
que la define es la música frívola, la letra picaresca o satírica, la inclusión
de cuplés o canciones sueltas que llegaban a convertirse en temas de éxito que
consagraban a veces el espectáculo, bailes sugerentes, y, por supuesto, las
vedettes (María Caballé, Isabelita Ruiz, Tina de Jarque, Miss Dolly, y muchas
otras). Eran habituales las repeticiones de los números de más éxito en las
representaciones. Con la postguerra pasará a primer plano la ofensiva
"folklórica" andalucista. La revista pervivirá bajo un nuevo formato,
como musical de gran espectáculo, orientada hacia todo tipo de público, libre
de procacidades, y en línea de comedia musical ligera. La censura evitará
exhibiciones corporales, que constituían el principal atractivo junto con las
críticas sociales y las verdulerías, que también desaparecieron.
La Gran Vía
Hacia 1870.- Rudimentarios
espectáculos músico-teatrales (Teatro Variedades de Madrid) Autores que tendrán
larga trayectoria, como Lastra, Prieto, Chueca y Valverde.
1877.- “Los sobrinos del capitán Grant”, de
Ramos Carrión y Fernández Caballero sobre la novela de Verne. Se podría
encuadran en el género de lo “espectacular, variado y fantástico”, que luego
practicaría con gran éxito el famoso Rambal y otros actores ya del siglo XX.
1880.- “Dos canarios de café”, “Luces y Sombras”, “De la noche a la mañana”. Se va añadiendo la burla y la ironía.
1884.- “Vivitos y coleando”, “¡Hoy, sale hoy!” El género se ha
hermanado con el sainete. Se estrena la que muchos consideran la obra culmen
del género, “La Gran Vía”, catalogada
en su momento como “revista madrileña, cómica, lírica, fantástica, callejera”.
1888.- “¡Al agua patos!”, “Certamen Nacional”, “El plato
del día”, “Panorama Nacional”, “El arca de Noé”, como estreno destacado
que pasará a la historia: “Cuadros
Disolventes”, de la que muchos años después Lilián de Celis y otras
cupletistas seguirán alcanzando el éxito interpretando su “Con una falda de percal planchá”.
Cuadros disolventes
1899.- Último
estreno del siglo: “Los presupuestos de
Villapierde”: revista cómico-lírico-financiera en un acto y cinco cuadros
(reformados). Libro de los señores Granés, García Alvarez y Paso; música de los
maestros Calleja y Lleó.
1901.- En el
comienzo del siglo XX se incorporan al género músicos y escritores como Ramos
Carrión, Barbieri, Mariano Pina, Nieto, Perrín, Palacios, Arhiches, Lleó.
1907.- Con “La torre del oro” y “Las bribonas” finaliza lo que los
estudiosos consideran la primera etapa del género.
1910.- “Venus Salón”, “El país de las Hadas”, “Tierra
del sol”, “El arte de ser bonita”
y, en lugar muy destacado, “La corte de
Faraón”. Esta última --que ha sido definida como la obra “casi perfecta del género chico-ínfimo”
tomaba del primero, la zarzuela, su estructura dramática de diálogos y
canciones, y del segundo, las varietés, su clara procacidad-- se convirtió,
como no podía ser menos, en un clásico, que se siguió representando en
numerosos montajes hasta que la dictadura la prohibió en 1939. No se reestrenó
hasta septiembre de 1975, aunque ya antes se había representado, muy suavizada
y bajo la forma de una historia del Oeste americano, con indios y vaqueros.
Como si fuera un acto de justicia histórica, su vuelta a los escenarios
coincidió con la muerte de Franco. José Luis García Sánchez la convirtió en una
estimable película en 1988.
La
corte de Faraon
1916.- “El asombro de Damasco”, “Roma se divierte” y la muy atrevida “El Príncipe Carnaval”. A partir de aquí
se imponen las variedades francesas en el sainete arrevistado. También llega a
España una cierta cantidad de vedettes y coristas alemanas que huyen de la
guerra.
1922.- Transcurre la
gran época de las revistas de los Velasco en el Teatro Apolo. Las primeras
serán “Arco Iris” (estrenada
previamente en Barcelona) y “Ave César”,
ambas de Tomás Borrás, Benlloch y el maestro Aulí.
1923/1928.- Momento
prolífico en obras, fecundo en artistas y abundado en éxito. Los teatros más
importantes son Reina Victoria, Apolo, Romea y Martín, aunque son abundantes
las salas de segundo orden. Se sumas autores como Muñoz Seca, Rosillo y Antonio
Paso, además los músicos Alonso y Guerrero, que serán recordados entre los más
grandes. Obras que abarrotan los teatros en este quinquenio, unas antiguas
otras de estreno: “Las maravillosas”,
“La orgía dorada”, “El sobre verde”, “Las castigadoras”, “Todo el
año es Carnaval”, “Las lloronas”,
Arriba y Abajo”, “Cha, cha, cha”. Algunas seguirán
montándose en los años siguientes. Un éxito de Celia: “Por si las moscas”, de Vela, Campúa y Alonso en el Romea. En el
Teatro Cómico de Barcelona, “Yes-yes”,
del maestro Clara, “Guiñitos” en el
Poliorama, y en el Talía “Mah-jongg”.
En 1926, la clásica sala Eldorado, famosa por sus atracciones escogidas,
presenta “Le coq-dor” con
ambientación rusa, y en el Eden Concert se presenta “La perdición de Mimí”, del maestro Perellada. Ese mismo año, dos
estrenos señalados: “La feria de las
hermosas”, de la Compañía Velasco en el Novedades, con nada menos que 22
cuadros de gran lujo y fastuosidad. Reposición en el Novedades de “Las Maravillosas”.
1930.- Con el
precedente de “La Corte de Faraón” y
“La feria de las Hermosas” y el
estreno de obras nuevas como “Las mujeres
del fuego”, los expertos señalan un momento de inflexión en el género, que
se caracteriza por un mayor lujo en vestuario, peinados y utillería, y mayor
magnificencia en los decorados y el espectáculo en general.
1931.- Se estrena la
obra más significativa del nuevo modelo de Revista: “Las Leandras”, que consagrará para siempre a Celia Gámez, que la
reestrenará insistentemente a lo largo de su exitosa carrera. Con libro de
Gonzalez del Castillo y Muñoz Roman, y F. Alonso a cargo de la música, el
acontecimiento tiene lugar el 12 de noviembre en el Teatro Pavón. Casi simultáneamente
Laura Pinillos la estrena en Barcelona. Ese mismo año se graba un disco con las
canciones.
Las Leandras
1932. En los teatros
Circo e Iris de Zaragoza, se reestrena “Las
Leandras”, esta vez con Blanquita Suárez a la cabeza del cartel.
1933.- Siguen el
nuevo formato de gran espectáculo montajes como “Las de Villadiego”, que gira por provincias como lo hacen “La Oca”, de Muñoz Seca, y “La Pipa de oro”, de Paradas, Jiménez y
Rosillo. Más títulos del año: “Noches de
Cabaret”, otro éxito de la compañía Velasco, que no para, “Las mimosas”, de Muñoz Román y Rosillo,
y “Cómo están las mujeres”, de Vera y
Luna.
1934.- Se estrenan “La de los ojos blancos” y “Las chicas del Rhin”.
1935.- “Mucho cuidado con Lola”. Se suman a la
representación de revistas algunas salas no habituales, El Coliseum (“¡Hip, hip, hurra”) y la Zarzuela (“Siete colores”).
1936.- El 23 de
abril, en el Teatro Pavón de Madrid, tiene lugar el último estreno antes de la
guerra de una revista musical: “Las tocas”,
de la que son autores el que se llamó “triunvirato del éxito”: González
Castillo y Muñoz Román del libro y Francisco Alonso de la música.
Celia Gámez "Ya hemos pasao"
1939.- Acabada la
guerra y entrada Celia Gámez en Madrid con las tropas vencedoras, la vedette se
incorpora a la compañía de operetas y Zarzuelas del empresario y tenor cómico
Eladio Cuevas, con la que recorre la España, ya franquista en su totalidad,
representado obras como “El conde de
Luxemburgo”, “La viuda alegre”, “La casta Susana” y otras operetas de
origen alemán. En mayo de 1939 reestrenan en Valencia “La Duquesa de Bel Tabarín”, con la que realizan una gira de gran
éxito.
1940.- Comienza el
imperio de lo “folklórico”. La censura se recrudece. Celia protagoniza “La cenicienta del Palace”, la primera
revista en la que colabora con el joven autor y director Luis Escobar y con el
joven maestro Fernando Moraleda, que establecen un nuevo modelo en el género,
blanco en su contenido y musicalmente influido por la música más moderna,
estadounidense o brasileña, entre otras. En Zaragoza, ciudad revisteril de
antiguo, triunfa “Kentaky”, que
anuncia en el Variedades a 10 bellezas húngaras en el cuerpo de baile.
1941.- Dos éxitos: “Yola”, de José Luis Sáenz de Heredia y
Vázquez Ochando y música de Quintero e Iruste. En el teatro Nuevo de Barcelona,
“La chica del topolino”, de Llerena y
Llabres, música de Dotras Vila, que establece el modelo de la mujer moderna del
nuevo régimen.
1942/43.- Muñoz Román
da un carácter nuevo al género con sus figuras femeninas interpretadas por Queta Claver. A destacar el estreno en
el Martín de “Si Fausto fuera Faustina”,
con Celia en la cabeza de cartel, y “Dª
Mariquita de mi corazón”. Comienza la colaboración de los Paso, padre e
hijo (o mejor, abuelo y padre, pues hay un hijo posterior que triunfó en el
teatro de los años sesenta y setenta), con estrenos como “Una rubia maravillosa” en el Maravillas, con música de Montorio. Se
popularizan las obras del maestro Rosillo “Una
noche contigo”, en el Fuencarral, y “Una
noche en Constantinopla”, en el Calderón. En 1942 llegan a Barcelona los
austriacos Arthur Kaps (director), Frank Johan (actor), Herta Frankel
(marionetista) y el italiano Gustavo Re (actor), que han formado la compañía
Los Vieneses y que durante los primeros años de la guerra han intentado
escaquearse de la Alemania Nazi con giras por toda España. Ya en la neutral
España montan ese año “Todo por el corazón”, una fina opereta que será su
especialidad y que les abrirá las puertas de la revista, el cine y la
televisión, en las que alcanzarían gran resonancia.
Si Fausto fuera
Faustina
1944.- Tiene lugar
un fundamental dentro del género: “Cinco
minutos nada menos”, de Muñoz Román y Jacinto Guerrero en el Martín, que se
va convirtiendo en el teatro de revista por excelencia de este periodo. Superó
las 1000 representaciones y se mantuvo en cartel cuatro años.
1945.- El estreno
del año: “Tres días para quererte”.
1946.- Barcelona
conoce otro éxito: “Scala 46”.
1947.- Tres obras
destacadas: “Róbame una noche”, en el
Albéniz, “La estrella de Egipto” en
el Alcázar, y en La Latina, “La blanca
doble”, que se seguiría montado con profusión y de la que TVE haría una
versión televisiva en 1995.
1949.- “Las siete llaves, “Los babilónicos” y “Locura de
amor”.
1950.- La revista se
divide. Hay revistas espectáculo y comedias musicales. Con la nueva década
también menudean las revistas llamadas “fantasías”; “A todo color”, de Fernández Shaw y Parada en el Lope de Vega, “Colorín colorado” en el Madrid. En tono
más costumbrista se estrenan “Eres un sol”,
“Manolo tiene que ser” y “Las frigoríficas”. Celia sigue
triunfando con “La hechicera en palacio”,
de Riguel, Ramos, Castro y Padilla, de la que haría famosa la canción “La estudiantina portuguesa” en las más
de 1000 representaciones que alcanzó.
1953.- Otro año de
muchos y significativos estrenos. A destacar por su éxito “Salud y pesetas”, en el Martín. Primer libreto estrenado por el
humorista y novelista Álvaro de la Iglesia: “El corderito verde”, en el Lope de Vega. Otro hito lo marca “Metidos en harina”, de Santos y
Morcillo, especialmente porque marca la unión entre los actores Tomás Zori y
Fernando Santos, que cuando se unas poco después con Manuel Codeso se
convertirán en el trío masculino por excelencia de la revista durante más de 20
años.
Zori y Santos con Lina Morgan
1954.- Gran éxito de
“Brindis”, de Fernández Sevilla,
Tejedor y Sorozabal en el Lope de Vega. Otra curiosidad: “Ella, el amor y el peluquero”, con libro de Sagi Vela, que supone
el debut musical de Alberto Alguero, años después compositor para los más
famosos cantantes melódicos, que hasta entonces había colaborado con su padre.
1955.- A destacar en
el Apolo de Barcelona “Mujeres y Diosas”,
de Ortega, Dolz y Dotras Vila. Y una rareza: “Campanas de Viena”, con testo de Kaps y Johan y música de Algueró
padre.
1956.- Otro éxito de
Muñoz Román, tan acostumbrado a ellos: “La
chacha, Rodríguez y su padre”, en el Martín. Como se ve, la revista
adelanta el estilo de titular que heredará la comedia española del destape.
1958.- Se estrena en
el Alcázar “Un matraco en Nueva York”,
de Muñoz Roman, Guerrero y Alonso.
1960.- La vedette
Elder Barber consigue un gran éxito como autora del libreto e intérprete de “Carolina”, con música de Moreno Buendía,
que se estrena en el Maravillas.
1964.- En la
Zarzuela está “Buenos días amor”, y en el Maravillas, “Ella”, ambas de Rigel,
Arozamena y García Segura.
1967.- Muy elogiada
la calidad, superior a la media, se escribe, de “Ay, molinera”, con libro del diputado y comediógrafo, pero sobre
todo periodista, dueño y director de ABC, Juan Ignacio Luca de Tena. La música
la puso el maestro Moraleda.
1970.- Se estrena en
el Teatro de la Comedia de Madrid “Castañuela
70”, de los grupos independientes Tábano y Las Madres del Cordero que a
partir de una estructura de revista con sketch y canciones pretende una
interpretación crítica de la realidad política española. La obra, que es
prohibida por la policía en pleno éxito, dará lugar a una posterior corriente
de teatro musical moderno. En esta línea destacará el grupo catalán Dagoll
Dagom, que desde 1974 estrenarán numerosos espectáculos en catalán y
castellano, entre los que tienen especial relevancia “La nit de Sant Joan” (1981), “Glup!!”
(1983) o la versión del clásico estadounidense “El Mikado” (1986). En la misma línea se inscribirá “La Reina del
Nilo”, escrita por Moncho Alpuente y música original de Alberto Gambino con
Ricardo Solfa, Carmen Maura, Wyoming, Guillermo Montesinos y Félix Rotaeta
entre los actores.
La nit de sant Joan
1971/73.- “Tentación” de los Paso y Montorio en el
teatro Madrid, y “Cantando se entiende la
gente”, con música del maestro Seguro y libro del dramaturgo Juan José
Alonso Millán. Es la época de los cafés cantantes con salas como Fontana o La
Boite del Pintor, abastecida por pequeñas obras de autores como los reseñados
más arriba y otros. Los setenta es la etapa de parejas con tanto éxito como la
que formaron Lina Morgan y Juanito Navarro, descubrimientos como La Maña y una
larga lista de vedettes espectaculares entre las que alcanzan gran popularidad
Tania Doris, Vichy Lusson o Addy Ventura. En estos años llegarán también a
España los primeros musicales modernos estadounidenses, como “Jesucristo Superstar” y otros.
1975.- La noche del
24 al 25 de noviembre, mientras Franco da sus últimos estertores, en el teatro
Lara de Madrid se representa “La corte de
Faraón”, que había permanecido prohibida durante 36 años.
Los 80.- La revista, ya
en plena decadencia, sigue teniendo en cualquier caso un público fijo convirtió
en grandes éxitos como “Vaya par de gemelas”,
que Lina Morgan estreno en La Latina en 1981 y mantuvo dos años en cartel, o “Un marido de IVA y vuelta”, con la que
Tania Doris y Luis Cuenca dieron la vuelta a España en 1987.
Vaya par de
gemelas
La revista y su época
Monarquía, Dictadura y dictablanda
A lo largo de las
últimas dos décadas del siglo XIX se suceden en los escenarios, cafés y teatros
españoles un nutrido repertorio de operetas, zarzuelas, sainetes, espectáculos
musicales y de variedades. Las canzonetistas, cupletistas y tonadilleras aún no
se han convertido en vedettes de Revista. En el panorama teatral se van
imponiendo las coreografías, decorados, vestuarios y las cada vez mejores y más
estilizadas chicas del coro. Las suripantas son ahora vedettes o incluso jirls o jirles. Se parodia la actualidad, o bien temas intemporales de
"enredo social": adulterio, cuernos, el juego de la ingenua y
explosiva. Las obras están escasamente politizadas (o en todo caso son
conservadoras) y abundan los tópicos. El espectáculo con visos hollywoodense se
superpone a la evasión a la parisiense. Se incrementa el destape y la
espectacularidad, al mismo tiempo que disminuye la trama, escasean los libretos
y el género se convierte en una simple acumulación de gags, a veces sin
hilazón. El género sigue ganando popularidad gracias al humor, el
sentimentalismo y el tratamiento que se otorga a los problemas comunes, El
teatro frívolo anda bifurcado casi hasta los años treinta bajo múltiples
denominaciones: comedia lírica, gacetilla cómico-lírica, revista política,
revista de actualidad, revista espectáculo, revista lírica, teatro musical,
fantasía y vodevil; modalidades todas en las que la canción ocupa un lugar
primordial.
En esta época
son abundantes los enfrenamientos entre empresarios y autores. Los primeros
desprecian al empresario ocasional, mientras que los segundos persiguen a
cualquiera con dinero. Los dueños de las salas se quejan de que han de recurrir
al repertorio ya estrenado ante la escasez de obras nuevas o la lentitud de los
autores para escribirlas. Empiezan a agruparse los propietarios en cámaras
locales y algunos de sus representantes llegaran a destacar públicamente, como
en el caso de Pedro Ariño Castarlenas presidente de las salas de music-hall y
varietés de Cataluña. Todos se quejan por los impuestos abrumadores: al Estado,
al municipio, la contribución industrial, la cooperación al Fondo de Mendicidad
e Infancia, sobre papel, luminosos, etc. Al parecer no hay obra que se estrene
antes de abonar unas 800 pesetas de la época entre unos gastos y otros (el
precio de la butaca es de unas 5 pesetas, equivalente al de un menú decente en
un restaurante). Alrededor de 1920
el promedio de permanencia de una obra en Cataluña era de unos tres meses y la
taquilla diaria rondaba las 5.000 pesetas.
A pesar de que
en Madrid, por ejemplo, sólo existían dos emisoras radiofónicas por aquellos
años, la competencia entre teatro y el nuevo aparato, que ya empezaba a tomar
todos los hogares, era grande, ya que cada día se retransmitía al menos una obra
desde una sala. Desde 1925 la
Sociedad de Autores Españoles ha dictaminado que no se podrá radiar una obra
completa de las 17,30 a las 24.00, y que los domingos y festivos no se podrían
radiar en absoluto. Hace un par de años que la censura, secular institución
española, exige la presentación en Gobernación para su revisión y autorización
de los libretos y grabados anunciadores de las obras para evitar que
constituyan una propaganda inmoral. Se establecen los horarios de bolos para
los músicos. La jomada consta de ensayo, sesión de tarde, media hora de
intervalo y una segunda sesión (y hasta una tercera). Disponen de dos horas
para cenar los días de diario y de una y media los festivos. Un personaje que
se relaciona con el género es el agente. Se llaman a sí mismos directores
artísticos y a veces trabajan en exclusiva con un sólo teatro, al que proveen
todas sus necesidades de reparto. Contratan toda clase de artistas desde
variedades y zarzuela a atracciones o boxeo.
El Gobierno ha
dictaminado en consejo de ministros una reforma de la contribución industrial y
el impuesto sobre espectáculos, que dividen en diversos grados según un
criterio más o menos cultural: 1) Conciertos y ópera; 2) Teatro, sainetes y
zarzuelas; 3) Circo; 4) Cine y fútbol; 5) Toros, boxeo y peleas de animales; 6)
Variedades y music-hall; y 7) Cabarets y salones de baile.
En 1928 empieza a declinar la Dictadura
del general Primo de Rivera, que había subido al poder en el 23 con la
connivencia del rey Alfonso XIII. El año empieza con la lidia y muerte en plena
Gran Vía madrileña de un toro. Hay una proliferación de matadores que hacen
historia (Gitanillo de Triana, el Estatuario, Sanluqueño, Marcial Lalanda, El
Gallo, Chicuelo, Gallito de Zafra, Nicanor Villalta) y un promedio de media
docena de toreros muertos por año, amén de numerosísimas cogidas. Esta ya era
una gran época para el nuevo deporte patrio, el arte del balompié: el Atletic
madrileño y el Real Madrid serán campeón y subcampeón este año, mientras que al
año siguiente el Español vencerá al Madrid. Igualmente destacan las victorias
sobre otras selecciones europeas, incluidas las de Francia e Inglaterra, que ya
alcanzan una gran repercusión en la prensa. Explosión de un fuerte próximo a
Melilla con 50 muertos y más de 250 heridos. De la mano de un armenio florece
en Barcelona la trata de blancas: a 300 pesetas si son menores de 20 años y a
200 si sobrepasan esa edad. El 23 de septiembre, durante la representación del
sainete Lo mejor del puerto, tiene
lugar un terrible incendio en el teatro Novedades de Madrid, que en una hora
queda reducido a cenizas. Mueren 67 personas y más de 200 sufren quemaduras de
distinto grado.
Margarita Nelken
y Victoria Kent ejercen como abogadas en Madrid y publican algunos polémicos
trabajos en los que el feminismo y sus debates comienzan a introducirse en
España. García Lorca empieza a disfrutar de fama. Bagaría y Xaudaró son los
dibujantes del momento en prensa. Antonio Machado consigue un sillón en la
Academia. En el Ministerio de la Guerra homenaje a Franco encabezado por Millán
Astray. Muere Blasco Ibañez. Primer intento del repoblación piscícola del
Manzanares con alevines de trucha. Una de las pioneras de los derechos de la
mujer en España, Concha Peña, abogada y licenciada en Filosofía, continúa
defendiendo en conferencias públicas el divorcio, tarea a la que se unen otras
escritoras, como la canaria Mercedes Pinto. Fernández Florez, Alberto Insúa,
Gabriel Miró, Gómez de la Sema, Julio Camba publican libros de éxito en este
año. Se prohíbe por inmoral el Curso de Eugenesia de la Facultad de Medicina de
Madrid.
A estas alturas
de 1928 la Revista es ya un
espectáculo de éxito popular y ese año se estrenarán entre otras obras: ¡Chin! ¡Chin! Y Eureka en el Alkazar; ¡Abajo
las coquetas! en el Eslava; El país
de la revista, La perla del amor y
Las verbeneras en el Chueca; Las chicas de La Latina, La morería, Don Amancio el generoso y ¡Goal!
en La Latina; La chula de Pontevedra,
El último romántico, Los flamencos en el Apolo; La manola del Portillo y La princesa del circo en el Pavón; El Raja de Cochín y El viajante en cueros en el Romea; Los faroles en el Martín y La
orgía dorada en el Price. En Barcelona, con menos actividad que en la
capital, se estrenan Kosmópolis en el
Olimpia, y en el Talia, que debía tener querencia erótico-histórica Ku-Klux-Klan y Robespierre. Se ha clausurado provisionalmente el popular Teatro
Cómico, que con las 500 representaciones de Kiss-me
acababa de batir el récord de representaciones revisteriles en el Paralelo
barcelonés. En Catalunya se desarrolla una revista de “escabrosa mundanidad”, calificada por la crítica como “boulevardière”, y que reúne, dicen, la
gracia francesa y la salsa catalana en abundantes vodeviles.
En el campo
literario y cinematográfico también hay curiosas prohibiciones: la película La última orden, con Emil Jannings, y la
comedia Para el cielo y las altares
de Benavente. En este año se producen unas 50 películas nacionales (cine y
teatro están muy igualados) entre las que cabe citar: El médico a palos. El orgullo
de Albacete, La hermana San Sulpicio,
Los misterios de la imperial Toledo, Pepita Jiménez, Rejas y votos, Sortilegio,
Viva Madrid que es mi pueblo; como se
puede comprobar, géneros y títulos que retomaría el cine franquista de postguerra
con profusión.
En 1930 se estrenan dos de los clásicos de
nuestro cine: La aldea maldita, de
Florián Rey, y Zalacaín el aventurero,
la novela de Baroja llevada al cine por Juan de Orduña. Impera la moda de
películas como Nionga donde "todos los personajes son salvajes auténticos
del Congo belga" y en la que se enseña "todo lo que pueda interesarnos acerca de aquellas desgraciadas gentes",
según la publicidad de la época.
Llega a Madrid
el Circo Krone (5 pistas, 700 animales, 7 trenes, 2.000 artistas) y su director
acompañado de una pantera amaestrada es recibido por el Ministro de
Gobernación. El general Sanjurjo pasa a dirigir la Guardia Civil y Franco se
convierte en director de la Academia General Militar de Zaragoza. Unamuno,
Ortega y Gasset y Marañón son algunas de las glorias de la intelectualidad
española. Mueren María Guerrero y Luis Esteso, eximios actores, y triunfan en
escena Margarita Xirgú, que lleva a escena varias obras de Lorca, Loreto Prado,
Carmen Díaz, Lola Membrives, entre las actrices, y entre ellos el famosísimo Enrique
Rambal, Pepe Isbert, entonces incluso joven, Miguel Ligero, Antonio Vico,
Rafael Calvo. Se estrenan obras de autores teatrales de moda como Linares
Rivas, Paso, Estremera, Muñoz Seca, los Quintero, Luca de Tena, Suárez de Deza,
Sassone, Benavente, Arniches, además de versiones de obras importantes como Hamlet, La dama del mar o Cándida,
de Bernard Shaw, entonces autor de moda. El plantel femenino de cantantes está
encabezado por Pastora Imperio, Imperio Argentina, La Goya, Conchita Piquer, La
Argentinita, Raquel Meller, Custodia Romero. Algunos músicos e intérpretes: Pau
Casals, Manuel de Falla, Sagi-Vela, Fleta.
En la actualidad
internacional, y por primera vez, una mujer, Amelia Earhart, cruza el Atlántico
en solitario sólo un año después de la proeza de Lindberg. Tiene lugar un grave
atentado contra el rey Víctor Manuel de Italia. En Méjico el presidente electo
Obregón es asesinado a tiros. Hundimiento de un submarino francés y un
transatlántico alemán con varios centenares de personas. Los científicos
continúan esperando la respuesta a las señales enviadas a Marte en un intento
de comprobar si existen los marcianos. Desaparecen dos aviones en pleno vuelo,
uno en el Atlántico y otro en el Canal de la Mancha. León Trosky es expulsado
de la URSS. En Cuba sube al poder el dictador Machado. En Viena un grupo
racista al que había pertenecido Hitler encabeza manifestaciones violentas; en 1929 ya ha crecido la implantación de
su doctrina y cuenta con el apoyo de Krupp, el dueño del carbón alemán, y los
herederos del Kaiser. En un pueblo próximo a Londres son quemadas por brujas
una madre y una hija. Se produce el crac del 29, con el hundimiento de la
economía en Estados Unidos (14 millones de parados). El Gobierno alemán,
agobiado por las reparaciones del tratado de Versalles, clausura tras una
bancarrota todos los bancos del país (6 millones de parados). Mussolini cumple
ocho años en el poder.
El impacto del
cine americano es extraordinario en España y todo el mundo, gracias a la
espectacularidad asombrosa de Cecil B. de Mille y al éxito de grandes actores
como Chaplin. Gloria Swanson, Mary Pickford, Pola Negri o Greta Garbo son las
actrices extranjeras que hacen estragos. Entre los caballeros: Doudas
Fairbanks. Adolphe Menjou o Ramón Navarro, que hereda el lugar del recién
fallecido Rodolfo Valentino, entre los guapos, y Lon Chaney, Buster Keaton,
Harold Lloyd, Jackie Coogan en otras lides. Las revistas repiten sus rostros,
hablan de su ropa, de lo que comen, con quien se casan... Son tan populares que
hasta las publicaciones infantiles editan almanaques cinematográficos. También
triunfan estrellas de habla española como Lupe Tovar, Rosita Moreno, Dolores
del Rio, María Alba o Carmen Larrabeiti. De la América de arriba proceden
también todos los bailes de moda en la época: foxtrots, bostons, yale. Ya hay allí cerca de 35 millones de
automóviles, mientras que en toda Europa no llegan a 4 millones.
Volviendo a lo
que sucede en España, en mayo de aquel 1929
se hace un primer intento de sustituir las propinas por un recargo en factura.
Tras el caos subsiguiente la medida fracasa. Está construyéndose la Ciudad Universitaria
de Madrid, pero no con dinero público sino con aportaciones de particulares. Se
ratifica con vigor una ley del año anterior contra la pornografía, que es
duramente perseguida. Primo de Rivera con su decreto de Ley Universitaria y el
destierro del principal dirigente estudiantil da los primeros pasos hacia su
caída. Solo 600 de las 9.000 poblaciones españolas tienen teléfono cuando se
inaugura la Telefónica. Es la época de las "perras gordas" (una
entrada al cine, una buena propina) y las "perras chicas" (un
recorrido en tranvía o metro, o un periódico), y aparece el primer billete de
50 pts. Inauguración de las exposiciones universales de Sevilla y Barcelona. A
pesar de que es un buen año para la economía, ya que los presupuestos de guerra
se han reducido, la oposición al Gobierno de la Unión Patriótica ha crecido considerablemente.
Los españoles,
eternos descontentos, ya comentan por esos tiempos que el teatro cantado había
conocido tiempos mejores, e incluso que había muerto. Aún así hay críticos como
el del Heraldo de Aragón que opinan que en las obras han aumentado los "disparates audaces de situación y escabrosos
de lenguaje". Sea como sea, continúan los estrenos arrevistados: Las maravillosas, el mantón español, América
Fragante, ¡Oiga, oiga!, Por si las moscas (interpretada por Celia Gámez,
que ya destaca como gran vedette), Arriba
y abajo, Cha-cha-chá. Se calcula que, a pesar de la crisis, en un Madrid
con apenas un millón de habitantes, de los que menos de la tercera parte eran
madrileños de nacimiento, "existían
12.000 localidades permanentemente disponibles para presenciar teatro cantado"
(Historia de Madrid, de Bravo
Morata). Las vedettes y vicetiples eran muy populares y resulta habitual que, a
la llegada de una compañía a cualquier ciudad, la prensa local publicará
numerosas referencias, incluida la del hotel donde se alojaban. Lo normal era
que las obras se estrenaran durante el invierno en Madrid o Barcelona y que con
la llegada de los calores emigraran a provincias en agotadoras giras.
Con el inicio de
1930 presenta la dimisión el
gabinete de Primo de Rivera. Los principales responsables de la presión sobre
el dictador son hombres de letras, mientras que los trabajadores y sus líderes,
especialmente en la UGT, mantenían un contradictorio pacto con la Dictadura. El
general Bazán, Director General de Seguridad, dirige un informe al nuevo jefe
de Gobierno del general Berenguer, que tras la dictadura estricta de Primo de
Rivera había encabezado lo que se llamó “dictablanda”: “La actuación socialista durante los seis últimos años ha sido
francamente gubernamental. La legislación obrera, y más especialmente la
creación de los Comités Paritarios, ha sido causa determinante de que, pese a
la enorme crisis de trabajo, los obreros afiliados al socialismo hayan resistido
insinuaciones y gestiones, y se hayan negado sus jefes en repetidas ocasiones a
cooperar en los movimientos de revuelta y agitación política para los que
muchas veces fueron requeridos”.
La mayor
representación socialista está en Madrid (90,000 afiliados), Vizcaya (35,000) y
Asturias (60.000), entre el P.S. y la UGT. El comunismo era ilegal, y el
informe consideraba que la CNT y FAI eran los más numerosos, con especial
implantación en Cataluña (200.000), Valencia (45.000), Zaragoza (45.000) y
Asturias (60.000), aunque con muchos afiliados, los sindicatos anarquistas
carecían de organización y disciplina. Sólo un 5% de los obreros son
asalariados. Mola pasa a ocupar el puesto de Direcgtor General, de Seguridad,
se libera a los presos militares y estudiantiles, se aprueba el estatuto de la
FUE, se rehabilita a Unamuno, Ortega y Gaset, Jiménez de Asúa, Fernando de los
Ríos y otros intelectuales que se habían caracterizado por su lucha por la República,
pero se mantiene la prohibición de manifestaciones el uno de mayo. Se agudiza
el problema catalán y sigue creciendo el número de analfabetos
totales, que superan el 45%.
Pero la gente
continúa hablando más del guardameta Zamora que de las elecciones. Una de las
noticias habituales en la prensa es la gran cantidad de socavones y hundimientos
de viviendas que se producen, lo que ocasiona numerosas víctimas. En Madrid hay
150 iglesias, 162 conventos, 34 cines (muchos de temporada), 22 teatros y 3
institutos de enseñanza. Se trata además de una de las ciudades más caras de
España.
Se inaugura un
nuevo teatro, el Metropolitano, en el que tienen cabida algunas revistas como ¡Adelante señores, pasen ustedes! de
Muñoz Seca y Pérez Fdez. En el Romea, Colibrí
y Me acuesto a los ocho. En el Chueca
La ley seca y La mujer de bandera. En el Eslava Las pantorrillas y Las guapas.
En el Maravillas La pandilla. Abunda
en todos los géneros teatrales la sátira política tras la caída de Primo de
Rivera, pero también se observa un decaimiento del teatro musical. En 1931 se estrena Buenos Aires en Madrid en Madrid en la Zarzuela; reestreno en el
Pavón de Me acuesto a los ocho, esta
vez con Celia Gámez, y El pájaro rojo
en el Maravillas. Las vedettes de moda son las hermanas Pinillos, Liana
Gracián, Paquita Garzón, Magda de Bries, La Yankee y Celia Gámez. Ellos se
llaman Alady, Lepe, Bretaño, Barcenas, Heredia, Requena, López Somoza.
República
El nuevo Gobierno
de Berenguer sólo pretende mantener la monarquía mientras crece el clamor popular
en favor de elecciones, una nueva constitución y el advenimiento de la
República. Desde finales de 1930 se
producen alteraciones del orden en toda la geografía española: manifestaciones,
huelgas, detenciones, cierre de la Universidad, se cierra el Ateneo de Madrid y
se detiene a su junta directiva (Marañón, Pérez de Ayala...). Se firma el
manifiesto por La República y se sublevan los militares progresistas, primero
la guarnición militar en Jaca y posteriormente el aeródromo militar de Cuatro
Vientos, donde se destacan Queipo de Llano y Ramón Franco, a favor de la
República. Al gabinete de Berenguer le sucede el de Aznar durante unos meses,
mientras os bandos se decantan en contra o a favor del rey. Y así se llega al
12 de abril de 1931. Mientras se
inaugura la Copa de España de Fútbol, la gente acude a las urnas para unas
elecciones municipales que acabarán por decidir el futuro del país, que, por
aplastante mayoría, será republicano, al menos por unos años.
La realidad
española está poblada de crímenes truculentos, y en su mayoría pasionales,
redadas policiales unas veces de personas (chorizos, gente de malvivir,
mendigos) y otras de máquinas tragaperras, que ya entonces arruinaban a muchos.
Es la época de las cocinas económicas de carbón, leña o serrín. Las mujeres
lucen bucles y la última moda es la ondulación permanente. El caos circulatorio
y el alto índice de mortalidad (la palma se la llevan la tuberculosis,
enfermedades del corazón, la gripe, la cirrosis, el cáncer, el tifus y la
meningitis) también están a la orden del día. La socarronería y la desconfianza
priman en el ánimo popular. Se inaugura el aeropuerto de Barajas el 30 de
abril.
El 1 de mayo se
difunde la pastoral pro-monárquica del primado de la iglesia española cardenal
Segura. El 10 de mayo hay una reunión de destacados monárquicos en Madrid que
termina con enfrentamientos. El 11 arden cerca de una docena de conventos en
Madrid, y a continuación en otras provincias. El Gobierno de la República
restaura aparentemente el orden a costa de la lealtad de la izquierda.
Alcalá-Zamora presidente de la República, Azaña presidente del Consejo de
Ministros. Posteriormente se disuelve la Compañía de Jesús. Creación de los
guardias de asalto. Sanjurjo director de la Guardia Civil. Primer desfile
municipal sin soldados. Se multiplica exponencialmente el número de escuelas
públicas. No se castigará el aborto a menos que suponga muerte de la mujer. Al
año siguiente se aprobara el Estatuto de Catalunya, ya en trámite los de País
Vasco y Galicia. Libertad de confesión religiosa. Ley de divorcio y matrimonio
civil. Se hace popular una letrilla al respecto:
La ley esa del divorcio
tiene para mí un inconveniente
y es que dentro de unos años
todos seremos parientes.
Hitler sigue en
Alemania su carrera imparable: queda segundo por poco margen en las elecciones
de 1932, para ser nombrado canciller
posteriormente. En las elecciones fraudulentas de noviembre de 1933 consigue el 98% de los votos. Poco
después atajará por la fuerza la sedición en las SS y amenaza con poner a más
de 5 millones de hombres en pie de guerra. Por primera vez en 81 años de
aislamiento entre la Santa Sede y el Gobierno de Italia, Mussolini y el Papa se
entrevistan. Guerra chino-japonesa, batalla de Shangai. Juegos olímpicos de Los
Ángeles. Secuestro del hijo de Lindberg. El dictador Machado fusila 200 estudiantes
en Cuba; en 1934 le sucederá Fulgencio Batista. Se firma el Pacto de los Cuatro
entre Alemania, Francia, Inglaterra e Italia. Dillinger, el bandido más famoso
de EE.UU, muere acribillado. Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia. Rusia
ingresa en la Sociedad de Naciones.
En España, baja el
precio de la carne y sube el del café, el tabaco y el alcohol. Incendio en el
palacio de la Música y desplome del ascensor de la Red de San Luis. Al hilo de
la libertad que ha traído la República se extreman las ideas políticas, y las
simpatías por unos u otros se dejan sentir en el teatro, los ruedos, la prensa,
y en cada manifestación cotidiana. La
vida y costumbres españolas evolucionan sensiblemente por la influencia del
cine americano. Los ilustradores de moda son Penagos, Bartolozzi y Picó. Las
señoras se siguen suicidando junto a la tumba de Valentino. El cine es,
prácticamente en su totalidad, sonoro, y siguen aumentando las salas, que cada
vez gozan de decoraciones más aparatosas. Por contra, el teatro pierde
espectadores por esta competencia y por el incremento del precio de las butacas.
Se extiende la fiebre del yo-yó.
En provincias
como Zaragoza, Sevilla, Bilbao o Valencia, a más de en Madrid y Barcelona los
años 30 son también pródigos en problemas sociales, huelgas con saldo de vidas
humanas, deportaciones y confinamientos. Proliferan los atropellos varios y los
atracos a estancos, tiendas, juzgados, universidades y hasta locales de UGT.
Hay bombas y cohetes, registros, manifestaciones, estafas, suicidios y algún
secuestro. A las huelgas violentas de estudiantes se suman las de los obreros
de la industria ferroviaria, los curtidos, los empleados de oficinas y banca,
los dependientes de comercio, la industria alimentaria, construcción, tranviarios
y taxistas. Estas huelgas suele iniciarlas la CNT y en ocasiones se suma
posteriormente la UGT. En julio de 1932
Lerroux pronunciará en Zaragoza un discurso comentado en toda España. Se
producen numerosas detenciones antes de su llegada y, como resultado de la
huelga que las sigue, los comensales se ven obligados a servirse a sí mismos en
la cena en honor del político. En esta misma ciudad sólo hubo un día, el 5 de noviembre,
en que no se tramitara ninguna denuncia.
Se suceden
asesinatos de izquierdistas por la Guardia Civil y de guardias civiles por
extremistas de izquierda. Es destituido Sanjurjo. Se detiene a numerosos
pistoleros a sueldo encargados de atentar contra los miembros del Gobierno. En
agosto del 1932, Sanjurjo y otros
militares se sublevan sin éxito. Estatuto de Cataluña: triunfo de Esquerra. En
el nuevo Código Penal no figura la pena de muerte ni la cadena perpetua. Crece
la mendicidad y se instaura el alquiler de niños, Asesinato de Hildegart por su
madre, en un crimen que sacude a la población y que en los años 70 dará lugar a
una película de Fernando Fernán Gómez. Juan March, la fortuna más importante de
España hecha con el contrabando, se fuga de la cárcel en la que está detenido. Cuatro
años después será la principal fuente de financiación del golpe militar.
En 1933 se estrenarán los autobuses de dos
pisos. Huelga de la construcción y de los estudiantes de Medicina. Menudean, en
vísperas de elecciones, los asaltos, asesinatos, tiroteos y manifestaciones. En
los comicios municipales de abril votan por primera vez las mujeres en medio de
auge considerable de su papel público. Triunfo socialista en Madrid en las
elecciones de noviembre, en el resto de España triunfan las derechas con
especial significación de la CEDA de Gil-Robles. Se estrena en la Zarzuela la
revista Fu-Man-Chu y la industria del
cine sigue ganando terreno. Surgen la moneda perforada de 25 céntimos y la nueva
peseta. Numerosos asaltos anaco-sindicalistas a cuarteles de Madrid y Barcelona.
Sucesos de Casas Viejas donde mueren 19 personas. Empieza a intervenir en
política José Antonio Primo de Rivera y publica su revista El Fascio. Acto fundacional de Falange y entrevista José Antonio-Mussolini.
En marzo de 1934 Mussolini firmará un pacto con la ultraderecha española para
derrocar a la República, Detención del anarquista Durruti. La CNT convoca
huelga general nacional que no secunda la UGT. En enfrentamientos entre
estudiantes fascistas y de la FUE (sindicato estudiantil de izquierdas) hay 8
muertos y más de 40 heridos. Violencia también en el juicio contra Sanjurjo por
su sublevación. Tras las elecciones se forma un nuevo gabinete presidido por
Lerroux (republicanos radicales) que, tras entrevistarse con Gil-Robles,
prefiere pactar con los derechistas de la CEDA que con los izquierdistas de
Azaña o Largo Caballero. En palabras de Bravo Morata en su Historia de Madrid:
“Hay una República de izquierdas y una
República de derechas, y en el turno de gobernación del país, la una y la otra
se dedican a destejer casi todo lo que la otra o la una tejieron poco antes”.
Con el cambio reaccionario
consecuencia de los resultados de las elecciones de 1933, que gana la derecha y que dará lugar al llamado bienio negro,
se proclama una famosa ley llamada De Malos y Vagueantes, que se prolongará
hasta bien avanzado el franquismo. Para acabar con la mendicidad se detiene a
más de 600 personas solo en Madrid y se prohíbe la venta ambulante. En
septiembre se disuelven las Cortes. Nuevo reglamento de la Guardia Civil.
Nuevas disposiciones sobre la ley previa de expropiación de terratenientes.
Surge la botella de butano, mientras la prensa se hace eco del caos por obras y
tráfico en la capital. Empieza a desaparecer el sombrero en las señoras y los
caballeros. Autogiro de la Cierva. Multa gubernativa de 5.000 pesetas a Radio
España por emitir noticias prohibidas.
En febrero de 1934 Falange Española se fusiona con
las Juntas Obreras Nacional Sindicalistas. Auge del movimiento monárquico
impulsado por los aires reaccionarios que impone el Gobierno. Frecuentes
tiroteos, huelgas de la construcción, artes gráficas, metalúrgicos. Tras una
concentración agraria se declara una huelga general violenta con 6 muertos, 18
heridos y 300 detenidos. Menudean las muertes de estudiantes, obreros,
sindicalistas y políticos.
Alcalá Galiano
da una imagen muy gráfica en ABC de lo que las derechas consideraban males
propios de esos años: “¡Qué espectáculo
el de nuestras calles y avenidas! Gentes descamisadas o medio desnudas que
convierten nuestra capital en una aldea. Legiones de mendigos exhibiendo sus
miserias y niños que persiguen a los transeúntes con el sonsonete de un disco
aprendido. Gitanas sucias que rodean bares y cafés, impidiendo que ningún
ciudadano pueda tomar tranquilamente su refresco... En medio de las aceras
nutridos grupos de mirones atascan la circulación alrededor de esos vendedores
ambulantes parecidos a los de una feria de un pueblo. A la entrada de los
hoteles, pintorescos ejemplares de la golfería asaltan a los viajeros, sin duda
para fomentar la atracción del turismo… Actualmente Madrid es la ciudad más
ruidosa de Europa, quizás del mundo. El transeúnte madrileño tiene un curioso
concepto del amor propio: cree que retirarse o dejar paso a un coche es una
humillación”.
Para que las
señorías no griten desde sus escaños se les facilitan micrófonos de solapa. Para
protestar por una disposición que prohibía el claxon de los coches después de
las doce se produce una manifestación de miles de bocinas a esa hora. Se
inaugura la primera cafetería a la americana y con climatización en la Gran Vía:
“De Cine”. Muere Ramón y Cajal.
Desembarco en Ifni que se considera un éxito de la política republicana. La
Guardia Civil mata a un legendario bandolero de la serranía de Ronda, el Pasos
Largos. La crónica de sucesos es pródiga en historias esotéricas y macabras: el
duende de Zaragoza; la sombra paseante de Hospitalet; en una embarcación a la
deriva aparece el cadáver de un hombre descuartizado, abundantes crímenes
pasionales. Una famosa estrella de varietés es asesinada por su amante que se
suicida después. Se retira de la Puerta de Alcalá la lápida conmemorativa de
los capitanes sublevados en Jaca.
Algunas
películas de éxito en ese momento son El
negro que tenía el alma blanca, Los crímenes del museo, Tarzán y su compañera,
Luces de Buenos Aires, La vida privada de Enrique VIII, La calle 42 o El caserón de las sombras. En los
teatros triunfan los Quintero, Benavente, Arniches, Serrano Anguita, Pemán… Se
estrenan Yerma, de Lorca, La sirena varada, de Casona, Margarita y los hombres, de Neville, y Angelina o el honor de un brigadier, de
Jardiel. Estas son algunas de las revistas de la temporada: Soy un sinvergüenza, Las Vampiresas, La de los ojos en blanco. Apoteósico triunfo de España sobre
Portugal en fútbol: 9-0.
La CEDA propone
sustituir a los obreros en huelga por afiliados suyos que trabajarán gratis. Se
empieza a producir un acercamiento entre Acción Popular (muy especialmente por
parte de las juventudes cedistas) y Falange. Nuevo Gobierno presidido por
Lerroux, que restablece la pena de muerte, declara la alerta en todo el país y
firma una ley de amnistía favorable a los sublevados contra la República. Estamos
en pleno bienio negro. A los dos meses, estallan varias bombas, se suceden las
huelgas que paralizan la vida pública. Queda en libertad el general Sanjurjo y Samper
será responsable de Estado. El paro ha aumentado notablemente hasta alcanzar a
700.000 obreros en el país. Franco asciende a general de división y el ministro
de la Guerra le retiene como asesor especial. Más tarde le encargará dirigir la
lucha contra la rebelión asturiana. Se prohíbe el uso de emblemas y uniformes
así como las excursiones en grupos los días festivos tras unos incidentes con
muertos entre falangistas y socialistas. Destrucción de una exposición
anti-fascista en el Ateneo de Madrid. En otros incidentes mueren vanos jóvenes
comunistas. Se presiente ya el enfrentamiento que tendrá lugar antes de transcurridos
dos años.
En 1934 hay más de una veintena de
partidos representados en las Cortes. Al mismo tiempo, los diputados vascos
amenazan con perseguir la independencia y lo mismo hacen los catalanes, Al poco
de tomar posesión el Gobierno Lerroux estalla la llamada "revolución de
octubre de 1934". Abundan los tiroteos en Madrid, en los que participan
niños y viejecitas, con el resultado de numerosos muertos. Mientras que en
Asturias se produce una sublevación de mineros anarquistas y socialistas, en
Cataluña se trata de la declaración de una República Federal por parte de la Generalitat.
Azaña, de manera fortuita y equivocada, se ve señalado como jefe de la
revuelta. 30.000 asturianos en armas se enfrentan por primera vez a Franco que,
desde Madrid, dirige el ataque. La contienda en Asturias se cerrará con más de
3.000 muertos.
El Gobierno,
prácticamente inexistente, discute acerca de los consejos de guerra y posibles
indultos para los implicados, mientras toma disposiciones oficiales de carácter
represivo. Entretanto se producen ejecuciones de detenidos y es asesinado un
periodista por acusar a la Legión de brutalidades en Asturias. En la reapertura
de las Cortes tras los terribles sucesos faltan numerosos diputados de
izquierda, detenidos o huidos al extranjero, mientras que J. A. Primo de Rivera
rinde homenaje al Gobierno por su actuación. Se suceden algunos incidentes y dimisiones
en el Parlamento y una orden de Gobernación da nuevas competencias a la Guardia
Civil. Se suceden los suplicatorios para procesar a miembros del Gabinete como
Azaña o Indalecio Prieto. Se piden 23 penas de muerte.
Falange queda
registrada como asociación política y se crea el Bloque Nacional (monárquicos
con Calvo Sotelo al frente y la incorporación de Jacinto Benavente). Entre las
disposiciones legislativas reaccionarias más destacadas de 1934 se suprime la coeducación y se prohíbe a los militares la
pertenencia a partidos políticos. Aparece el periódico Ya, que incrementa la nutrida prensa de derechas. Se hunde el
Viaducto y el Ayuntamiento de Madrid promueve durante unos días una curiosa
medida: elimina todas las señales y semáforos para ver si, a la desesperada, se
organiza el tráfico en la capital por sí mismo. Una epidemia de gripe acaba con
cientos de madrileños. En la construcción se registra un nivel de paro que
dobla prácticamente al de empleo. Se suceden los suicidios y crímenes pasionales,
y el Puente de Vallecas es ya una de las barriadas de extrarradio más mísera y
abandonada.
Ya estamos en 1935. Dos travestís de éxito en los
escenarios: Mirco y Antonio Alonso. Espectáculo de Ramper y Conchita Piquer. Es
derribado el teatro Romea. El Price conoce una época de esplendor como circo
con Pompoff, Teddy, Nabucodonosorcito y Zampabollos. Muere Carlos Gardel en
accidente aéreo en Colombia. El cine sigue creciendo imparablemente, como
registra el número de estrenos extranjeros y nacionales: La hermana San Sulpicio, Morena Clara y Rosario la Cortijera entre las
españolas, y La Reina Cristina de
Suecia, La dama de las camelias, Tres lanceros bengalies y Los Miserables entre las llegadas de
fuera. Las Revistas del año son Las
ansiosas, Variedades, Las inolvidables, Hip, hip, hurra y Las de armas tomar. Otros estrenos
teatrales: Martes y 13, de los
Quintero, Lo que Dios no perdona y En el nombre del padre, ambas de
Marquina, Los nietos del Cid, de
Serrano Anguita, una nueva versión de Bodas
de sangre, de Lorca, y Un negocio
excelente, de Maura.
En las nuevas
elecciones en Alemania, Hitler consigue permanecer
en el poder con una gran mayoría de votos. Italia agrede a Abisinia y en Grecia
se declara una cruenta revolución. Eduardo VIII rey de Inglaterra tras la
muerte de Jorge V. En Madrid se producen atentados contra dos diarios
progresistas El Heraldo y El Liberal. Continúan los enfrentamientos
entre falangistas y comunistas o socialistas, y de estos con la policía. Se
producen graves fricciones en Falange entre Ramiro Ledesma y José Antonio. A
finales de año el partido filo fascista contará con más de 25.000 afiliados,
incluidos los miembros del SEU, y tendrán dos nuevas publicaciones: Haz y Arriba. Fuerzas falangistas asaltan los almacenes SEPU en la Gran
Vía madrileña por considerarla una empresa semita. El Gobierno Lerroux
condecora a Franco y le nombra comandante en jefe de las fuerzas militares de
Marruecos. Casi 800.000 parados registrados en todo el país. La concesión de 20
indultos a los condenados por los sucesos de octubre del 34, desgarra
nuevamente al Gobierno en el mes de abril. Apenas un mes después se forma un
nuevo gabinete, presidido todavía por Lerroux y en el que el 70% de los
ministros es de filiación derechista. Gil Robles es nombrado Ministro de la
Guerra y se aprueba una contra reforma de la ley de expropiación agraria que
propugnó la República del 14 de abril.
Aún habrá tres
reorganizaciones de Gobierno más antes de que termine el año: en octubre,
noviembre y la última el 30 de diciembre. Se han suspendido las transferencias y
facultades concedidas al parlamento catalán, como también se suprimirá el
recién declarado estatuto. Se avecinan las elecciones de febrero de 1936 cuando se autoriza la reaparición
de Mundo Obrero, órgano del PCE
cerrado por el Gobierno derechista, y se levanta la censura de prensa. No
obstante, la derecha es muy poderosa y el mismo Gil Robles ha amenazado públicamente
con que se hará con el poder por el camino que sea, Falange declara Frente Nacional
19 provincias españolas y se suceden los ataques con victimas a afiliados cenetistas,
comunistas y socialistas. El 15 de enero se forma el Frente Popular: Izquierda
Republicana, Unión Republicana, Partido Socialista, Partido Comunista, UGT,
Partido Federal y Partido Obrero de Unificación Marxista. Se registran los
primeros enfrentamientos entre FAI-CNT y UGT. Solidaridad obrera, órgano de los anarquistas, propugna la
abstención, lo que le hace perder afiliados que se pasarán a las filas
socialistas. La derecha republicana pretende un compromiso electoral con los
monárquicos de Calvo Sotelo que tiene como resultado escisiones en el Bloque
Nacional al salir Maura y otros. Entre tanto, algunos jornales no alcanzan las
dos pesetas diarias, el paro sigue creciendo y en la prensa aparecen con
frecuencia noticias de muertes por inanición y suicidios de familias enteras
rendidas por el hambre, el desahucio y la miseria más absoluta. La tuberculosis
(unos 30.000 muertos al año) sigue haciendo estragos. Se continúa desterrando y
encarcelando a los defensores de la libertad, y para dar cabida a los detenidos
se habilitan hasta conventos. "Reexpedición” al lugar de origen, cuando no
detención, de los mendigos que aumentan en las calles.
Currito
de la Cruz, La hija del penal y La
bien pagada son algunos de los títulos destacados del cine nacional. El
cine americano seguirá imponiéndose con obras como Sombrero de copa, La llamada
de la selva o La simpática huerfanita.
En la cartelera teatral de la primera mitad de 1936 se percibe ya la dramática importancia que ha tomado la
política, y se estrenan obras de tema enfrentado: Lenin o La canción de Riego
por un lado y El diablo rojo, por
otro, son títulos que sirven para señalar el ambiente existente. Muchas salas
están más tiempo destinadas a los mítines y conferencias que a las
representaciones teatrales. Todo ello expresa una crispación que llega incluso
a los escenarios más frívolos. En una revista del Pavón se produce un altercado
con un grupo de jóvenes que gritan “¡Viva España católica!” ante la ligereza de ropa en las artistas. La
gran vedette Laura Pinillos les hace frente desde el escenario y el público reclama
que se repita el número interrumpido, abucheando a los alborotadores, algunos de
los cuales son detenidos por la policía. Menudean este tipo de reacciones en
los teatros según las inclinaciones políticas de los asistentes. Manuel de
Falla es el músico más consagrado. Muere Valle-Inclán en Santiago. Destacados
intelectuales republicanos de la época son Claudio Sánchez-Albornoz y Salvador
de Madariaga.
Finalmente, las
elecciones de febrero dan el triunfo al Frente Popular y el suceso es
reconocido incluso por la prensa derechista. La candidatura más votada de las
frentistas resulta ser, no obstante, la de Azaña, con más votos que el
principal líder de la izquierda, Largo Caballero, y por supuesto que el líder
derechista Gil Robles. Es curioso señalar que el representante comunista, José
Díaz, aventaja al falangista Giménez Caballero, que resulta el último por votos
en la lista del Frente Nacional Anti-Revolucionario. Aún así, no habrá ningún
representante comunista en el Gobierno. Hay quienes sostienen que el triunfo de
la izquierda se debe a que muchos cenetistas han secundado individualmente la
candidatura republicana, pese a la inicial recomendación de abstención de la
Confederación libertaria. En cualquier caso, no se trata de un triunfo
espectacular y la oposición en la calle y la Cámara al nuevo Gobierno del
Frente Popular será encarnizada.
La derecha
demuestra desde el primer momento que no se resigna a la derrota. El Jefe del
Estado Mayor Central (Franco) habla con los responsables de la Guardia Civil
primero y del Ministerio de la Guerra después para solicitar el estado de
guerra. Mientras tanto, la gente está en la calle celebrando el triunfo
izquierdista y exigiendo con urgencia el cumplimiento de las promesas
electorales. En ciertos puntos se reproducen aisladamente liberaciones de
presos, quemas de conventos y escenas de revanchismo. Las primeras
disposiciones firmadas por Azaña y Alcalá Zamora pondrán en la calle a todos
los condenados en octubre del 34 en Asturias, Cataluña y Madrid. A las 48 horas
de tomar el poder el Gobierno restituye el estatuto catalán y devuelve las
alcaldías a los ganadores en abril del 31, que habían sido destituidos, así
como ordena el cese de Franco y Goded. La Iglesia sigue percibiendo dinero del
estado.
Se instaurará la
jornada de 48 horas en la siderometalurgia. Se registran atentados contra Largo
Caballero y el socialista Jiménez de Asúa por parte de falangistas. Se detiene
a varios responsables, incluidos Primo de Rivera, Ruiz de Alda y Fernández
Cuesta. Han comenzado también las batallas parlamentarias en las que las
derechas, y especialmente Calvo Sotelo, se distinguirán por su encorada
oposición. Se suceden las destituciones entre los responsables militares y de
la Guardia Civil. Unificación de las Juventudes Socialistas y Comunistas. Después
de graves disturbios en diversos puntos del país con
motivo de la celebración del triunfo de la República en abril de 1931, se forma
el segundo Gobierno del Frente Popular (sin socialistas ni comunistas) en el
mes de mayo, y Azaña asciende de Presidente del Consejo a Presidente de la República.
Clausura de los locales de FE y detención de más cincuenta falangistas,
incluido José Antonio, en menos de tres meses.
Se registran
asesinatos de diputados en Málaga y Madrid, obra en unos casos de fascistas y
en otros de cenetistas, que han pasado a la ofensiva contra el Gobierno, a veces
con ayuda de las huelgas y otras directamente de las armas. En aquella España
de los meses previos al 18 de julio de 1936 hay dos Españas claramente definidas,
izquierdas y derechas, pero, además, no son bloques unidos, sino que se dan mil
opiniones enfrentadas dentro de cada ámbito. Se prepara la rebelión militar. Ya
desde el mes de marzo, antes de las elecciones, la conspiración promovida por
Sanjurjo y dirigida por Mola está en marcha. Existe ya coordinación entre
Norte, Centro y Sur, se cuenta con Goded en Cataluña y Baleares, y Ramón
Serrano Súñer será el responsable de conectar en Canarias con Franco. El
general Kindelán, figura máxima de la aviación, se incorporará y surgirá el
proyecto Dragón Rapide para trasladar a Franco al norte de África y ponerle al
frente de los contingentes de la zona (unos 30,000 hombres). Previamente ha
muerto de manera poco clara, (un supuesto disparo fortuito de su arma) el gobernador
militar de Canarias, el general Amado Balmes. Esta muerte resultará tan
providencial para Franco como lo será cuatro días después la de Sanjurjo en un
accidente de aviación. Kindelán será quién proponga la elección de Franco como mando
supremo y generalísimo.
Guerra civil
Aunque Mola está
en Pamplona y Sanjurjo en Estoril, el objetivo principal de la sublevación
militar es Madrid. Sanjurjo en sus instrucciones lo dejaba claro: “La capital de la nación ejerce en nuestra
Patria una influencia decisiva sobre el resto del territorio, al extremo que
puede asegurarse que todo hecho que se realice en ella se acepta como cosa
consumada por la inmensa mayoría de los españoles”. No obstante, la feroz
resistencia de los madrileños a los sucesivos intentos de tomar la capital y la
intención del Generalisimo, señalada por muchos analistas, de hacer una guerra
de destrucción, fuerzan que se inicie una larga y sangrienta contienda de casi
tres años, que finalizará con la toma de Madrid, ahora sí, en marzo de 1939.
Al estallar la
sublevación militar los 14 millones de habitantes del país subsisten en muy
desiguales condiciones. Los sueldos oscilan desde los seis reales diarios para
un jornalero andaluz a las 20 pesetas de un mozo en Cataluña. Mientras el kilo
de garbanzos cuesta 1,50, una docena de huevos sale a 2,70 y el kilo de cerdo a
5 pesetas. Una butaca a un teatro viene a costar entre 2 y 3 pesetas, según la sala.
España sigue siendo un país eminentemente agrario, aún sin Reforma, en el que
conviven arados romanos y máquinas, religión y superstición, cultura y
analfabetismo, divorcio y frecuentes asesinatos por adulterio. Giral ha ocupado
el puesto de Casares Quiroga y admite armar a los defensores del Frente
Popular, para resistir a los sublevados.
En el país
existen más de 2.500 cinematógrafos registrados, además de los de verano,
número muy superior al de Francia, Alemania e Italia. En el verano de 1936 se podían ver en Madrid obras como
Cinco minutos de amor, con Laura
Pinillos y Ozores, padre, en el Eslava, o El
truco del calamar (no apta para señoritas), en el Rosales, mientras los
cañones y carros de asalto rebeldes asediaban la ciudad. Aunque la actividad
teatral se irá reduciendo, continuaran los espectáculos, de diferente cariz
según que la ciudad haya sido ocupada por los rebeldes o siga en manos de la
República. Muchos intelectuales y artistas españoles realizan apasionadas
proclamas anti-fascistas, e incluso se suman a las fuerzas legales. Es asesinado
García Lorca (se cree que el 18 de agosto) y Unamuno muere en Salamanca después
de un último rasgo de dignidad y un duro enfrentamiento con Millán Astray. En
Paracuellos del Jarama es fusilado el dramaturgo derechista Muñoz Seca, que
dejará para la posteridad y sin distinción de ideologías su Venganza de Don Mendo. Algunos
protagonistas del teatro musical se destacarán como defensores de la causa popular:
Laura Pinillos, La Yankee, Pastora Imperio, Tina de Jarque, Miguel Ligero,
Ramper, Carmen Flores, Amalia de Isaura, Miguel de Molina, Angelillo, La Argentinita,
Lepe...
Se produce
un curioso fenómeno
en las indumentarias masculinas y femeninas. En la
zona leal, los hombres prescinden de los sombreros, corbatas y trajes, mientras
que ellas abandonan los zapatos de tacón y adoptan prendas más cómodas. Las
calles se uniforman de monos y ropas de trabajo que, muchas veces, visten por
igual ambos sexos. En Madrid, por ejemplo, se retiran de la circulación
aquellos ciudadanos que simpatizan con el bando nacional y han perdido la
batalla momentáneamente, mientras que los habitantes de las periferias (y los
fugados de los pueblos ante el avance fascista) toman las calles del centro de
la ciudad. Se instituye para muchos la recomendación anarquista del amor libre,
ante la evidencia de la guerra y los muertos de cada día. Ya nadie saluda
“hola” o “adiós”, sino “salud”, acompañado a veces del “compañero” o “camarada”,
y se abandona el “usted” para pasar al tuteo generalizado.
En la prensa de
la época se encuentran frecuentes alusiones a la imprudencia del personal
civil. En Madrid es habitual que la gente se asome a los balcones para observar
combates aéreos en lugar de bajar a los refugios, que las madres salgan de casa
con sus hijos, retirándose a los portales, sólo cuando la metralla cae cerca,
que los novios continúen su paseo, y que todos sigan acudiendo a cines,
teatros, cafeterías y demás espectáculos. Los más sorprendidos son, por
supuesto, los extranjeros, que observan con sorpresa cómo las mujeres de una
cola para adquirir víveres se echan al suelo ante los cañonazos y vuelve a
levantarse sin perder su sitio. Por lo demás, la prensa se compone de
comunicados, bandos, partes de guerra, proclamas, información sobre las
restricciones o existencias de productos de primera necesidad. En la radio leal
pueden escucharse los discursos de Largo Caballero, los bandos de Pedro Rico y
los llamamientos de La Pasionaria. Desde la Sevilla ya fascista, la voz exaltada
de Queipo de llano amenaza a toda España a través de las ondas, mereciendo la
diatriba de Rafael Alberti:
“¡Atención! Radio Sevilla.
Queipo de Llano
es quien ladra,
quien muge,
quien gargajea,
quien rebuzna a
cuatro patas...”
En el Madrid de 1937 siguen abiertos 18 teatros y 37
cines para algo más de medio millón de habitantes que forman la población no evacuada
de la capital. Bravo Morata afirma en su Historia
de Madrid que, a pesar de que las horas de salida de los espectáculos
coincidían con las de los frecuentes bombardeos en la Gran Vía (rebautizada
Avda. del Quince y Medio), no mermó la ganancia de la taquilla ni el excelente
estado de ánimo existente un año después de comenzada la guerra.
Tanto en la zona
rebelde como en la leal se alteran los nombres de las calles, pero mientras que
los sublevados recurren con poca imaginación a obispos y militares para
rebautizarlas, en Madrid se echará mano del ingenio popular, que dejará para la
historia un callejero de ocurrentes metáforas: La Linda Tapada (La Cibeles), El
Ocaso de los Dioses (Recoletos), Los Emboscados (Neptuno). En la capital
republicana se siguen publicando doce diarios: El Sol, La Voz, ABC, Ahora, Informaciones, El Socialista, La Libertad,
El Liberal, Política, El Heraldo, Claridad y Mundo Obrero, además de otras
numerosas publicaciones semanales o mensuales, de partidos, sindicatos,
milicias y las más diversas organizaciones.
Y todo ello a pesar de la situación, la escasez de papel y la escasa
población lectora. Incluso ve la luz una nueva publicación especializada: Nuevo Cinema.
Quizás uno de
los sitios donde menos se nota el estallido de la guerra sea en la cartelera
teatral, en la que figuran obras y artistas similares a los de años anteriores,
si bien los teatros quedan bajo el control sindical. Sobre los escenarios
abunda la Zarzuela (La Chulapona, Dª
Francisquita, La del Manojo de Rosas), el flamenco arrevistado y las
variedades, y, por supuesto, las operetas y revistas (Las ansiosas, Las ametralladoras). Un caso extremo es el del
tradicional Don Juan de Zorrilla, que
en noviembre del primer año de guerra se representó en siete montajes
distintos.
A pesar del
hambre y las duras batallas son muchos los que se resisten a abandonar Madrid,
de forma que el Gobierno tiene que imponer desde Valencia la evacuación de
ancianos v embarazadas. El mercado negro sigue creciendo y es habitual adquirir
a altos precios productos de la ayuda civil europea. No son sólo necesitados
los que se abastecen en los comedores colectivos, ya que muchos especulan con
lo que consiguen por este medio mientras se benefician también de las cartillas
de racionamiento. Se intenta contrarrestar este caos en el terreno de la
información con semanarios, carteles y mítines a los que se suman artistas como
Alberti. Se crean guarderías, bibliotecas y hasta la primera discoteca
ambulante con 2000 títulos. Se produce una incorporación masiva de mujeres al
mundo laboral, desde la agricultura hasta el cobro en los tranvías o la
industria.
En 1938 se estrena en Madrid una
zarzuela-opereta de gran éxito que supera las 100 representaciones: El mesón del pato rojo, de Portillo y
Romo. En julio de ese año, y a pesar de los reveses, se mantiene el ánimo y una
resistencia que nunca se esperó tan larga. Una corresponsal belga asiste
sorprendida al espectáculo que brindan los madrileños: “Lo extraordinario del Madrid en guerra no es el propio Madrid ni la
guerra misma: son los habitantes. En medio de una lluvia de obuses que caía
sobre la otra lluvia, los tranvías pasan con todas sus luces, y las caras de
los viajeros van pegadas a los viajeros para ven `donde cae’”.
Pastora Imperio,
que se ha quedado en la España leal, hace un chiste a costa de un obús que habría
caído en su cama y destrozado su casa: “¡Un
obús en mi cama! Con lo que a mí me gusta dormir sola”. En alguna obra
incluso se llega a idear un autodenominado “guardia
de circulación de obuses”, encargado de dirigir “el tráfico de cañonazos” en la Gran Vía. Se aprecia también a estas
alturas un incremento de la disciplina y la eficacia, incluso reinan un cierto
orden y limpieza en medio del desbarajuste de la guerra. Las mujeres vuelven a
vestirse con sus mejores galas para el paseo, las peluquerías se llenan y las carteleras
de los cines son cada vez más variadas.
La sala Alkázar
se convierte en el centro de las Escuelas Profesionales del Sindicato Único
Regional de Espectáculos Públicos. En los cines de la ciudad sitiada siguen
triunfando los Hermanos Marx, Charlot, Claudette Colbert, Clark Gable, Peter
Lorre, Marión Davies, Maurice Chevalier, Spencer Tracy, Bette Davis..., muchos
de los cuales, son, además, simpatizantes de la República. En Madrid aparece
otra revista, Nuevo Orden. Hasta ABC y Blanco y Negro se siguen publicando bajo dirección republicana.
Continúan las restricciones no solo de alimentos y vestido sino, ya muy graves,
de agua, combustible y energía eléctrica. Y, a pesar de todo, la vida cultural
continúa con infinidad de conferencias, exposiciones o conciertos.
Hace ya más de un
año que Franco recorre la geografía nacional acompañado del brazo incorrupto de
Santa Teresa, debidamente protegido y custodiado. Cerca de Madrid desaparece un
camión cargado de blenocol destinado a impedir que se extienda la epidemia venérea
creciente como resultado de la escasa higiene existente en los abundantes
burdeles. Se prohíbe la apertura de locales comerciales, ya que ocultan en sus trastiendas
un negocio de envergadura: el hambre de la mayoría sigue constituyendo la
fortuna de algunos. A finales de año se producirá la retirada de los
combatientes de las Brigadas internacionales, decidida por Negrín ante la falta
de pronunciamiento en Ginebra. A la muerte de Mola en accidente aéreo se suma
la también extraña de Ramón Franco, Se suceden los festivales artísticos que
suponen un destacado apoyo a los resistentes por su extremado éxito.
En 1938, último año entero de guerra, se
reponen algunas revistas de gran éxito: La
corte de Faraón en el Ideal, ¡Pide
por esa boca! en el García Lorca, Me
acuesto a las ocho en el Maravillas o Las
incendiarias en el Dicenta. En la calle y en los escenarios se siguen
contando chistes sobre el suministro de leña o el reparto de botes de carne,
pero lo cierto es que están racionadas hasta las cerillas y muchos periódicos dejan
de publicarse por falta de papel. El Gobierno se encuentra ahora en Cataluña y
Barcelona se verá asediada y será objeto de numerosos ataques aéreos en
noviembre. La batalla de Cataluña será un hito importante en la decisión de la guerra,
ya que a las bajas producidas en la lucha se suman los soldados que se ven
obligados a refugiarse en Francia, y el ejército gubernamental ve reducidos sus
efectivos en más de medio millón de hombres. La zona republicana se parte.
En los primeros meses
de 1939 cunde el desanimo, pero
siguen abiertos 17 teatros en la capital y se suceden los éxitos. A las
revistas en cartel se suman con el nuevo año Por tu cara bonita, en el Martín, La flauta de Bartolo, en el Maravillas, y No me atropelles, en el Progreso.
En Zaragoza,
plena zona nacional, Celia Gámez, que no ha parado de actuar ni de expresar su
admiración por el Caudillo, y que pronto entrará en Madrid cantando el Ya hemos pasao, estrena con su propia
compañía la adaptación de la opereta alemana La casta Susana. En la misma ciudad se repondrá Las tocas, de Muñoz Román, por la
Compañía de Revistas Españolas. Con los primeros días del mes de marzo aumenta
el éxodo a través de los Pirineos. El número de exiliados se mide ya en cientos
de miles. Tras el reconocimiento extranjero
del Gobierno de Franco, Azaña dimite. Negrín saldrá para Francia poco después,
y el 1 de abril, tras tomar Madrid, se da por finalizada la guerra.
Franquismo
Con la paz
acuden a Madrid numerosos artistas que habían faltado de la ciudad durante tres
años. Se estrenará en el Martín Mujeres
de fuego y Monte Carmelo,
zarzuela-revista de Moreno Torroba y Sagi Vela. La censura, guiada por mano
eclesiástica, ya hace estragos, no solo en la revista, donde suben
automáticamente los escotes, bajan las faldas y se blanquean las procacidades,
sino, sobre todo, en el cine, que ya comienza a ser el auténtico arte de masas.
En la nueva e integrista España se desata una ofensiva de cine político,
especialmente documental: Crisol de
España, Como ama Italia a su Duce, Desfile de la Victoria en Valencia, El
resurgir de España por obra del Caudillo, que se apodera también de la
ficción, de la que se puede decir que, aparte de los sucedáneos de las comedias
italianas de teléfonos blancos, tiene tan sólo tres géneros: el patriótico,
propagandístico de la justeza de la sublevación (Raza), el histórico, glorificador del pasado imperial (Agustina de Aragón), y el religioso,
sostenedor sobrenatural de todo el entramado ideológico del régimen (El Judas).
En terreno de
las películas extranjeras, tras unos años iniciales de cine alemán e italiano,
poco a poco se van imponiendo las cintas de Hollywood, especialmente tras la
derrota del eje en 1945. En este caso, Franco no tiene poder para imponer las
historias que a él le gustarían, pero sí para impedir que lleguen las que
considera perniciosas para la salud moral de sus súbditos. O para cambiarlas
cuando la herejía o el pecado están tan solo en un dialogo o una secuencia,
cosa que se hace con frecuencia, a veces con resultados paradójicos, como el de
Mogambo (1953), en el que por
convertir a un matrimonio en hermanos para evitar un adulterio, se acaba
cayendo en un incesto. Hasta tal punto se pretende silenciar lo insilenciable,
que en los carteles de las películas no aparece el nombre de algún actor o
actriz protagonista, como el de Bette Davis, por ejemplo, que había mostrado su
solidaridad con la República, que fue sustituido por un simple “la gran
protagonista de La loba”.
Durante los años
40, toreros, cantantes, actores y futbolistas deben saludar brazo en alto al
respetable antes de empezar los espectáculos, y el público les contesta con
igual saludo mientras suenan himnos patrióticos, se canta el Cara al Sol y se gritan los rituales Arriba España, Viva Franco. También los rezos acompañan el inicio de actos públicos e inauguraciones
y abren y cierran las jornadas escolares. Celia Gámez pone de moda el pasodoble
Ya hemos pasado, como respuesta al No Pasarán republicano. Los toreros de
más gloria son Belmonte, Marcial Lalanda y Manolete, sobre el que corre una
leyenda negra injustificada sobre su sangrienta participación en la represión
franquista.
En su cruzada
contra la inmoralidad, la censura vela igual por el recato del vestuario de las
coristas que por la virginidad de los jóvenes, prohibiendo la entrada a menores
de 14 años en numerosos cines y teatros y restringiendo a los mayores de 18 la
más leve sombra de pecado. Desaparecen de los escenarios los uniformes
militares y los de clérigos y monjas, demasiado importantes como para que los
exhiba la farándula. Lo curioso es que esas vestimentas han aumentado
exponencialmente su presencia en las calles. A los cientos de miles de uniformes
militares (alrededor de 250.000 en un Maris de apenas un millón de habitantes) se
suman las abundantes sotanas y unos 50.000 hábitos de monja, más aquellos otros
que sirven para cumplir con una promesa o pasar más desapercibido, también los
de los falangistas, requetés, guardia mora, los de los juveniles flechas o los
de la Guardia Civil. Todo ello entremezclado con las corbatas negras y otros símbolos
de luto, botones, brazaletes, que entristecen las ropas de unos cuantos
millones de españoles. Ocasionalmente se sumarán a este paisaje de la nueva
moda urbana las mantillas para ellas, los trajes de tonos oscuros para ellos, y
los hábitos de penitentes para ambos. Hasta los taxistas son obligados a
vestirse con guardapolvos y gorra. Oficialmente desaparece el hambre, pero se
multiplican los pobres y mendigos, eufemísticamente llamados necesitados. En
los metros de Madrid y Barcelona, los únicos que funcionan en España, el cartel
de “Reservado para caballeros mutilados”
guarda sitio a los excombatientes que han salido malparados de la guerra. Por
fortuna, no hay que presentar ningún certificado de que la mutilación
corresponde al bando vencedor para sentarse en ellos.
Todo se numera
tomando como referencia el “Año de la
Victoria”: “Primer Año Triunfal”,
“Segundo Año Triunfal”, y así hasta
la nausea. Es importante destacar los cambios de lenguaje que se producen, que
abren el camino al reinado del eufemismo. Los trabajadores pasan a ser
productores, la ensaladilla rusa se convierte en nacional y los buenos días son
sustituidos por el Arriba España. El diccionario se enriquece con términos como
balilla, centuria, banderín, y las calles pierden muchos de sus viejos nombres,
no sólo los que se les pudieran haber puesto durante la República, para
glorificar a los nuevos héroes, mártires y santos. Se reescriben de manera
moralizante los libros escolares, entre los que vuelve a ocupar un lugar
preeminente el Catecismo. Las procesiones, encabezadas bajo palio por el nuevo
jefe del estado, constituyen un espectáculo frecuente. Se llegará a proponer a
Franco para la purpura cardenalicia en un intento de reunir en él las jefaturas
política y religiosa. Incluso se pondrá de moda un nuevo peinado “arriba
España” con el pelo estirado hacia arriba, al estilo de los moños italianos.
Los serenos cantan las horas durante sus guardias precedidas de un “Ave María purísima”.
En septiembre de
1939 ha comenzado la II Guerra
Mundial, en la que España, que ha saldado su contienda con un millón de
muertos, se mantendrá en situación no beligerante, aunque sí colaborante con el
Eje. En un principio, la marcha del conflicto beneficiará al Gobierno de Franco,
gracias al triunfo en todos los frentes de Alemania, Italia y Japón. Aparece Camino el texto doctrinario del Opus, se
anula el divorcio y se modifica el Código Penal. En Madrid existen en 1940 treinta cárceles con unos 90.000
presos políticos, y las cifras del propio Ministerio de Justicia franquista fijan
en casi 200.000 los condenados a muerte hasta 1945. Se descubre la penicilina.
Celia Gámez se
beneficia de sus simpatías políticas y conoce épocas de aún mayor gloria. En el
40 estrenara La cenicienta del Palace y El baile del Savoy, que son grandes
éxitos. Raquel Meyer interpreta al mismo tiempo la revista Hip, hip, hurra. Perdida toda su picardía y mordiente, el género se
comienza a publicitar como “el
espectáculo de las familias”. No obstante, algunos primados, como el Cardenal
Segura, llegarán a amenazar con la excomunión a los que acudan a ver la revista
La Blanca Doble.
La vida española
que refleja la prensa de los años 40 está repleta de informaciones militares y
sindicales. Es abundante la propaganda de Frente de Juventudes y la Sección
Femenina, del Movimiento Católico, La Falange y el Auxilio Social. Las noticias
que más abundan son las correspondientes a la bendición y colocación de nuevas
piedras, clausuras o inauguraciones. No faltan ni un solo día las noticias
referentes al culto, santoral, fiestas patronales, fútbol y toros. Los
trabajadores limitan por los cuatro puntos cardinales con la Obra Social, el
Seguro de Enfermedad, el Hogar del Productor y las Residencias Sindicales.
Empiezan a imponerse los cursos por correspondencia, y los más avanzados de
entre ellos, que se denominan “linguafónicos”,
incluyen discos. Las noticias de sucesos parecen más motivo de chiste que de
compasión. Así se destaca, por ejemplo, que un chimpancé se ha comido en las
Ramblas de Barcelona a un pequinés ante la impotencia de los dueños de ambos
animales. En Madrid, y durante quince años, se publicarán repetidas noticias de
nacimientos de gatos con alas. Las quejas contra la administración no alcanzan
más allá del Servicio de Correos.
En la moda sigue
imperando el chic parisién. El punto, que ha sustituido a los crespones de seda
y gasa Georgette de los años 30, hace furor en los vestidos, que son
preferentemente ablusados o camiseros. La publicidad insiste
machaconamente en el cuidado de la salud: cómo atacar piojos, sarna y otras enfermedades
de la piel, el alcohol de quina como vino medicinal, la magnesia bisurada
contra las dolencias de estómago que provoca la deficiente alimentación, el
citrato de magnesia como reconstituyente bebida familiar. No dejaban de ser
recomendaciones bien intencionadas en un país que estallaba de miseria. El DDT
es el último descubrimiento de la ciencia que igual libra cosechas de las
pestes que eleva la clientela de la carnicería del barrio, impoluta con su uso.
En las portadas, los diarios lucen con frecuencia rótulos como Saludo a Franco o Arriba España. También es frecuente la inserción de lemas
moralizantes: “Vida sana, perfecta
camaradería, formación moral" que recomendaban las Juventudes
Femeninas; o "Nuestro puesto esta al
aire libre” del masculino Frente de Juventudes.
Las noticias de
sociedad de los periódicos abundan en
peticiones de mano, relevantes premios de piano o canto para las señoritas
mejor educadas, destacadas menciones a caballeros que terminan la carrera o
ganan la oposición. Para estas ocasiones se recomienda regalar una “joya” que
encarna a vez la medalla de la madre y la del amor juntas: el Carnet de
Identidad Católico, con efigies del Sagrado Corazón, la Virgen del Carmen y el
Cristo del Desagravio. Sigue siendo habitual para aquellos que acuden al teatro
tomar a la salida un aperitivo, café, chocolate o merienda, según costumbres y
disponibilidad. En esta década de los cuarenta todavía se mantiene el
racionamiento de productos básicos como el jabón, las patatas, el aceite o el
azúcar, que al igual que el tabaco de cuarterón sólo se pueden adquirir con los
famosos cupones, aunque si se quiere más y se tiene dinero para comprarlo, siempre
se puede acudir al estraperlo, que se ha convertido en una verdadera plaga.
Proliferan los
intermediarios, las personas influyentes que debido al acierto en la elección
de bando y amistades ostentan prebendas y bicocas. Puede ser un funcionario, un
militar, un empleado o un camarero. La corrupción supera todo lo conocido y
constituye una cadena de recomendaciones y compra de favores. Cada organismo,
banco o instituto oficial tiene su asesor religioso en nómina, encargado de
vigilar las relaciones entre empleados v empleadas, velar por el recato en el
vestir de ellas, o fomentar los ejercicios espirituales, que no descuentan de
las vacaciones. Se imponen los premios de natalidad y nupcialidad para impulsar
el crecimiento demográfico. Desde noviembre de 1940 ha quedado prohibido trasnochar. Se han modificado los
horarios de espectáculos, bares y restaurantes… En 1941 se unifican los ferrocarriles y se crea la RENFE. Sólo unas 10.000
personas acceden a estudios superiores, cifra que contrasta con los 500.000 españoles
en edad universitaria. Y eso sólo entre los hombres.
Los años 40 son
también los años de la radio, que conoce un enorme impulso. La producción
cinematográfica española, aunque abundante, es de bajísimo interés o calidad,
debido al sistema de financiación del
Departamento Nacional de Cinematografía y su Sindicato. Proliferan las
obras de teatro y zarzuelas que se llevan a las pantallas, mientras que
escasean los estrenos de filmes extranjeros. Se producen dramáticas anécdotas
en alguna sala de proyección cuando ciertos espectadores se retrasan, o se olvidan,
a la hora de saludar brazo en alto tras el himno nacional, llegando a ser
multados, o algo peor. En teatro abundan las obras ejemplarizantes y algunas
comedias blancas cuyos libretos han sido totalmente respetados por la censura, y
pronto empieza a triunfar la nueva generación de dramaturgos (Jardiel, Neville,
Mihura, López Rubio…) que ya antes de la guerra se habían acercado
ideológicamente a la derecha y que mantendrán una actitud más o menos escéptica
o cínica, según los casos, ante la dictadura. En el estricto terreno de la
revista, Celia Gámez triunfa en el Eslava con La Cenicienta del Palace, todo un clásico, y Laura Pinillos lo hace
en el Martín como Mujeres a la medida.
Pero las cosas han cambiado sustancialmente y la revista ya no es lo que era,
habiendo dejado en los campos de batalla toda mordiente, política o moral.
Hasta las variedades del teatro Maravillas, género en el que la Bella Chelito
se había buscado la pulga durante décadas y en el que había florecido la
canción sicalíptica, se anuncian como un “Espectáculo
para familias. ¡Alta moralidad!”. Desde 1940, sólo en Madrid hay medio centenar de censores teatrales.
Son tiempos de
obsesión anti-masónica y anti-comunista. A lo largo de 18 años se levanta el
Valle de los Caídos. En él trabajarán más de 20.000 obreros forzosos
procedentes del bando vendido. Tras el encuentro Hitler-Franco en Hendaya se
suceden los homenajes públicos al Führer. Se funda la Policía Armada en un acto
presidido por Himler. La cuestación de Auxilio Social se realiza por señoritas
de Falange, acompañadas a veces por sus compañeros uniformados. Es obligado
contribuir y existe prohibición de admitir en los locales públicos a las
personas que no luzcan en la solapa la estrella acreditativa del óbolo. Incluso
se multa a los bares que admiten clientes sin la marca de su contribución a la
causa común. Se decide denominar Vía de la Victoria, Vía Europa y Vía Imperio
los tres accesos principales a Madrid. Son los años de Mariquita Pérez.
Durante los
primeros años 40 el país se encuentra absolutamente germanizado, y hasta una
revista estrenada en el Paralelo barcelonés lleva por nombre Las Stukas. En el terreno revisteril, se
importan vedettes alemanas con altos cachés y se celebran festivales
wagnerianos. Por aquello de romper con la mala imagen del pasado, las revistas
empiezan a llamarse comedias musicales, como se hace con los espectáculos de
Celia Gámez Peppina y Yola, aunque tal refinamiento nunca calará
entre el público, que seguirá llamando a las cosas por su nombre. En 1941 sale el primer número de La Codorniz. Se crea la Brigada de
Costumbres y se prohíbe a los novios besarse al atardecer. Según comunicado de
la Dirección General de Seguridad: “En la
calle, en los paseos, en lugares de esparcimiento y recreo, tales como teatros,
cines, cafés, bares y similares, se observa un relajamiento censurable en
nuestras costumbres, oyéndose frases obscenas y groseras, y viéndose parejas de
jóvenes que, sin recato alguno, mantienen actitudes, más que incorrectas,
desvergonzadas…” En Valencia, el gobernador Planas de Tovar parte en dos la
playa de La Malvarrosa con una alambrada y divide a las familias, obligando a
que esposas y maridos se bañen por separado; ellas, con los niños.
Con clara
intención amedrentadora, durante esto años menudean en los periódicos junto a
la doctrina imperial y patriótica y las noticias piadosas, las informaciones concernientes a
la ejecución de sentencias, consejos de guerra y fusilamientos. De la guerra
que libran los aliados y las fuerzas del Eje o la batalla de Rusia no se
publican más noticias que las de las condecoraciones a la División Azul. 11
jóvenes son fusilados en Almería por leer un boletín de información de la Embajada
británica, mueren, en circunstancias bien diferentes, Miguel Hernández y
Alfonso XIII. Las emisoras de radio difunden en directo los temas de moda: La Zarzamora, Sombreros y Mantillas, María
del Mar, Mi Jaca y los populares
temas interpretados por Concha Piquer La
Parrala y Rocío. Otros cantantes
de éxito van siendo Imperio Argentina, que ya lo era, Jorge Sepúlveda, Tomás
Ríos, Tomás de Antequera, que ocupará el sitio dejado por Miguel de Molina al
exiliarse, o la orquesta de Bonet de San Pedro. La Voz de Alemania es la
emisora que se ocupa de la emisión de siete boletines diarios de noticias. Se
inaugura una sala de fiestas de un lujo jamás visto en Madrid, Pasapoga,
popularmente conocida como el Pasaypaga, que se convertirá en mítico local de
la nocturnidad madrileña y del estraperlo.
La censura
oscila de un lado para otro. La canción Bésame
mucho se prohíbe y se autoriza sucesivamente, a incluso algún intérprete
que se atreve con ella en los momentos de alza censora va a parar al calabozo.
Lo que se da por bueno en Zaragoza es prohibido en Bilbao o Barcelona y
viceversa. Hasta los cuentos infantiles sufren los estragos de esta fiebre.
Proliferan las sesiones de teatro o cine con variedades y noticiarios como
complemento. Conviven circo y flamenco, documentales y números cómicos en
directo. Pepe Luis Vázquez, Manolete y los hermanos Bienvenida son los ídolos
de los ruedos. Iberia se convierte en dueña del espacio aéreo civil. Mediados
los cuarenta, el racionamiento semanal en Madrid consiste en 100 gramos se
azúcar, 200 de alubias, 200 de garbanzos y cuarto de kilo de jabón.
En una vuelta de
la Inquisición, se queman oficial y públicamente periódicos, revistas y libros
considerados judaicos, marxistas, masones, separatistas u obscenos, mientras se
exhorta a todos a hacer lo propio con aquellos similares que caigan en sus
manos. Hay meses en los que sólo en Madrid tienen lugar 20 ejecuciones. Tres
años después de la victoria aún no hay el menor signo de reconstrucción; el
boom de la construcción que llegaría en los cincuenta aún es sólo utopía
gubernamental, aunque poco a poco irán llegando las inauguraciones de puentes,
presas y centros públicos. Pero de momento, muchas familias siguen viviendo en
casas en ruinas, entre escombros, y los alrededores de Madrid siguen estando
como durante la guerra, cubiertos de trincheras abiertas en las que cada día se
producen accidentes a causa de municiones y obuses abandonados. Empieza a
crecer el chabolismo a partir de casamatas y trincheras. Hay hambre, sigue la
especulación y la escasez, pero aún así la gente agradece haber sobrevivido a
la guerra.
El número de
teatros se ha visto reducido a 13 y sólo 2 son habituales de la revista
(comedia musical); el Eslava, con Celia siempre en cartel, y el Martin, en el
que obtiene un gran triunfo Dª Mariquita
de mi corazón, de Muñoz Román y Alonso. Este último lleva compuestas 187
obras, entre las que La parranda, Las Leandras y Las castigadora han
sido las más taquilleras y se han convertido en obras maestras del género. Lo
más atrevido en aquel Madrid de 1942
es el salón Congo, que es casi un viejo
cabaret. La marcha de la guerra se refleja en las carteleras de cine y teatro.
Cada avance aliado, liberaliza,
aunque sea pobremente, el panorama. Por el contrario, cada noticia que favorece
a Alemania supone un alargamiento de faldas y caras.
En 1943 y en Canarias, la célebre revista La Blanca Doble, por la que parecían tener especial inquina, es objeto de un ataque
en toda regla por parte del obispo Pildain. Aunque la obra había pasado ya
todas las censuras imaginables desde su primera puesta en escena, le debió
parecer perniciosa al obispo, que mandó desde el pulpito piquetes de mujeres a
las taquillas para clamar contra los pecadores que se atrevan a entrar en el
teatro. Y eso que el tal Pildain tuvo luego fama de antifranquista, por sus
resquemores para con el dictador; pero es que la moral es la moral. En el Price
de Madrid, los hermanos Cape consiguen un gran éxito con el número del ¿Qué le dijo…?. Otra de las obras más
taquilleras del momento es Cinco minutos
nada menos, de Muñoz Tomás y Guerrero. El número más popular vuelve a los
orígenes del género glosando una sección de la prensa titulada ¿Qué hizo usted ayer? Se inaugura el
teatro Albéniz.
En 1945 la prensa inglesa anuncia una
suscripción abierta para el primer viaje a la Luna. Calculan la fecha de salida
para 1965, con poco margen de error. Se asiste a un auge tremendo de las dos
fiestas nacionales: el fútbol y los toros, El ciclismo conoce también un
incremento de su popularidad gracias a figuras como Langarica, Timoner o Berrendero.
El país es cada vez más y más pio. Tras la victoria aliada se refuerza el
ideario del nacional-catolicismo sobre el falangista para hacerse olvidar su
filo-nazismo. Desaparecen las esvásticas al tiempo que crecen milagros, novenas
y advocaciones colectivas a la lluvia. Las únicas manifestaciones callejeras,
aparte del Desfile de la Victoria, son de tipo religioso: procesiones, vía
crucis, romerías, viernes de Jesús de Medinaceli, Comunión del Sagrado Corazón
y un etcétera tan infinito como la bondad de dios.
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA
-Barrera Maraver, Antonio. “Crónicas del Género Chico y de un Madrid divertido”.
Avapies, Madrid, 1983.
-Bravo Morata, Federico. “Historia de Madrid”. Tomos 5-22.
Editoria Unión. Madrid, 1986.
-García Barón, C. “Cancionero del 98”. Cuadernos para el Diálogo, Madrid, 1974.
-López Ruiz, José. “Aquel Madrid del cuplé”. Avapies, Madrid, 1988.
-Retana, Álvaro. “Historia de la canción española”, Madrid, 1967. “Estrellas del cuple”, Colección Jirafa,
Madrid, 1963.
No hay comentarios:
Publicar un comentario