lunes, 13 de julio de 2015

MEDITACION ELECTORAL DE UNA NOCHE DE VERANO

Meditación electoral de una noche de verano







¿De verdad alguien en su sano juicio puede pensar que Podemos, con el 13% de votos que le augura la encuesta de hoy puede aspirar, como aspiran Pablo Iglesias y su cúpula dirigente, a ser la única fuerza capaz de dar la vuelta a la tortilla en solitario? ¿Solos? ¿Sin nadie más en común? ¿No es el suyo un paraguas demasiado pequeño para que se cobijen bajo él las fuerzas del cambio? ¿No sería bueno, aventuro, que alguien más aportara sus propios paraguas para que así, paraguas con paraguas, juntemos los metros de lona suficientes para enfrentar del aguacero que nos amenaza?

Sí, ya sé. Las encuestas están manipuladas. Sobre todo cuando los sondeos se nos ponen de cara y no nos dan los resultados que nos gustaría obtener. Lo he leído en numerosos comentarios, sobre todo de fieles seguidores del solos Podemos. “¿Pero cómo es posible que no vayamos a Poder, si somos los únicos que Podemos, los destinados a Poder? Alguien tiene que tener la culpa. Faltaría más que ahora nos convirtiéramos nosotros en perdedores desnortados y caducos que no saben leer el lenguaje de las masas?  Las encuestas están manipuladas”.

De acuerdo, las encuestas están manipuladas. Los malvados estadísticos y el perverso Diario.es, tan socialista él, tan favorable a Ahora en Común, tan acérrimo enemigo de Podemos, les han quitado puntos para ponérselos en las cuentas de ¿PP? ¿PSOE? ¿Ciudadanos? Desde luego a Ahora en Común no le han regalado ni una brizna de porcentaje, porque aún no han computado. Espero que hasta aquí podamos estar de acuerdo. La casta ha llamado a Juan Tamariz y han escamoteado votos a uno y se lo han dado a los otros. Pero las preguntas siguen siendo inquietantes. ¿Han trasvasado un 5% de los votos? ¿Acaso un 7%, un 8%, un 9%, un 10%? Mucho más deben haber cambalacheado la encuesta, porque hay 14 puntos porcentuales de distancia con el PSOE y 17 con el PP. Saca la bota, María, que me voy a emborrar, que esta noche me emborracho yo, me mamo bien mamao, pa no pensar.



Pongámonos serios, por favor, que la cosa no es de broma. Ese dato del 13,1% que le augura la encuesta a Podemos está en absoluta consonancia con los resultados que obtuvieron en las autonómicas, que como media en las comunidades en que se celebraron fue del 13,14%. Y eso no son encuestas, sino datos reales. Es verdad que algunos, con un centralismo mental preocupante, se fijan en el 18,59% de Madrid, o, si son de miras más amplias, en el 20,51 de Aragón o el 19,02 de Asturias, poco en cualquier caso, pero se olvidan de que también existen Valencia (11,23). Cantabria (8,83), Castilla la Mancha (9,73) o Extremadura (7,99). O, incluso, el 14,84 de Andalucía. También es consecuente con la evolución de las expectativas de votos que las distintas encuestas le vienen dando a Podemos. Como la del CIS, en la que desde enero, fecha del máximo acercamiento a su objetivo celeste, se puede observar una bajada permanente de más de siete puntos porcentuales. Ya, ya sé que las encuestas, además de manipulables, no son un dato real y no deben adorarse a pies juntillas sino ser ante ellas saludablemente escépticos. Lo pienso sin ironía alguna. Los sondeos no constituyen una realidad, pero indican tendencias que, por lo general, suelen ser bastante aproximativas y se deben tomar en cuenta. 

Seamos serios y responsables. Nos jugamos muchos en el envite y, a ser posible, me gustaría no tener que volver a cantar otra vez el perdimos, perdimos, perdimos otra vez de Les Luthiers.

Basta ya de escaramuzas, paraguas y chascarrillos de pico de oro y pongámonos a tomar impulso todos juntos, a ver si la fuerza reunida nos alcanza, no digo ya para asaltar los cielos, pero, por lo menos, para llegar al purgatorio.

Y a seguir en la faena. 




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