martes, 25 de marzo de 2014

Amancio Prada. Sonetos del amor oscuro. Federico García Lorca. Entrevista y reseñas (1986)

Amancio Prada. Sonetos del amor oscuro. Federico García Lorca.
Entrevista y reseñas (1986)





Encuentro entre otros papeles el programa de mano con el que Amancio Prada presentó sus versiones de los “Sonetos del amor oscuro" de García Lorca en el Teatro María Guerrero de Madrid en abril de 1986. Me parece un buen motivo para reproducirlo, acompañado con los tres artículos que sobre este trabajo escribí en El País.

Folleto y artículos me parecen vistos hoy un día, un signo claro del paso del tiempo y de la muy diferente consideración que la música popular y la propia cultura tenían antes y ahora en los medios de comunicación.

Aunque sólo sea por la posibilidad de confrontar algunos de los hermosísimos sonetos originales con las canciones resultantes, pienso que merece la pena seguir hasta el final. O pasar directamente a él.






Amancio Prada pone música a los 'Sonetos del amor oscuro', de Lorca

EL PAÍS. 28 ENERO 1986

La musicalización de los Sonetos del amor oscuro, de Federico García Lorca, será el próximo trabajo del cantante y compositor Amancio Prada, que ayer presentó en Madrid el proyecto en compañía de Lluis Pasqual, director del Centro Dramático Nacional, organismo que coproducirá el espectáculo y que lo estrenará en la primera semana de abril. "Desde que acabé el trabajo sobre el Cántico espiritual, de san Juan de la Cruz, estaba buscando unos textos que me permitieran hacer un trabajo extenso, unitario, de largo aliento. Lo encontré cuando leí los Sonetos del amor oscuro, que son a la vez lo más clásico, lo más moderno y lo más actual que escribió el poeta. Para mí, están entre lo más entrañable de su poesía", declaró Prada.

Aunque algunos de estos sonetos habían sido ya traducidos y publicados en Francia, no fue hasta una edición pirata editada en Granada en 1984 cuando se dieron a conocer, después de una larga polémica sobre su existencia. Prada, que ya había musicalizado en su penúltimo disco dos poemas de Lorca, La guitarra y Danza da lua de Santiago, afirmó no haber tenido ningún problema con la familia de García Lorca, que siempre se ha mostrado escrupulosa en los trabajos realizados sobre la obra del poeta.

"No he tenido ningún problema; al contrario. Desde que tarareé las dos primeras musicalizaciones, a Manuel Fernández Montesinos le gustaron. Al tenerlos acabados, le he escrito y ya cuento con el permiso de la familia", indicó Prada, quien también aclaró algunos de los aspectos musicales de la obra: "Al principio, comencé a componer sobre una simple línea de piano; poco después, empecé a crear las canciones siguiendo sólo la línea melódica, sin instrumentos, porque creo que, si la melodía de una canción es buena, la canción se sostiene; es como el esqueleto de la canción, que ha de ser sólido desde el principio. La idea es montarlos con un pequeño grupo instrumental, piano, guitarra y percusión, al que añadiremos en directo algún instrumento más, pero no mucho".

Agustín Serrano, pianista que acompaña a Prada en los últimos años y que ha hecho también los arreglos de sus discos más recientes, será igualmente el responsable de los arreglos y la dirección musical del espectáculo, que contará con la dirección escénica del propio Lluis Pasqual.

"Quizá dirección sea mucho decir", afirmó el director teatral; "en realidad, se debería hablar de crear un clímax a partir de algunos mínimos elementos escénicos, como la luz o el movimiento sobre el escenario, todo ello al servicio de los poemas de Lorca y la música de Amancio".

El espectáculo será estrenado con motivo de los actos que alrededor del cincuentenario de la muerte del poeta organizará el Centro Dramático Nacional, que tendrán su punto culminante en el estreno de la obra El público.

Prada ha presentado este proyecto justamente cuando acaba de aparecer su último disco en el mercado, un trabajo que, con el título de Dulce vino de olvido, reúne canciones con texto del propio cantante y musicalizaciones de poemas de Carmen Martín Gaite, Isabel Escudero y José Agustín Goytisolo, además de una canción de Chico Buarque de Holanda adaptada por Francisco Umbral.



 



Soliloquio de pasión

EL PAÍS. 4 ABR 1986

Sonetos del amor oscuro. Amancio Prada sobre poemas de Lorca. Agustín Serrano (piano, arreglos y dirección musical), Pedro Iturralde (saxos), Bruno Vidal (guitarra bajo) y Carlos Carli (batería). Coordinación escénica: Lluís Pasqual. Teatro María Guerrero. Madrid, 2 de abril.

La musicalización de poemas ha sido uso y abuso habitual en la canción popular española durante años. Los poemas han servido como excusa, pretexto y coartada culturalista o didáctica, pero también como un rico soporte literario para canciones muchas veces mediocres y en algunas ocasiones, las mejores, parte indisoluble de buenas composiciones. Amancio Prada ha sabido siempre encontrar las músicas que, además de enmarcar y acentuar con rigor e inspiración el valor del poema, le aislaran de su autor original para integrarlo en una obra propia y personal del cantante de coherencia singular. En esta ocasión, con la transformación en canciones de los Sonetos del amor oscuro ha afrontado un desafío complejo y difícil que resuelve con brillantez.

La estructura cerrada del soneto obliga a un esfuerzo creativo para singularizar cada poema en una canción diferenciada. Amancio Prada ha resuelto de manera similar cada texto: tras la interpretación íntegra del soneto donde expone las líneas melódicas principales, ha añadido a manera de coda ligeras variaciones, repitiendo unas u otras estrofas hasta completar el desarrollo de cada tema, creando un clima y una tensión propias y diferentes entre sí, con resultados muy hermosos.

Amancio Prada ha venido haciendo siempre la misma música, pero dotándola de coloridos distintos según las diferentes formaciones instrumentales con que ha ido tocando. Los sutiles arreglos de Serrano, su interpretación al piano junto a la de Iturralde al saxo, ambas impecables, y una sección de ritmo en la que utiliza por primera vez la batería, crean un ambiente de reposada tensión interna, de pasión contenida, realzado a la perfección por el trabajo escenográfico de Pere Francesch y la coordinación escénica de Lluís Pasqual, apenas insinuada pero aportando matices que enriquecen el sentido final de las canciones.

Todo el recital encierra en sí la esencia del espectáculo teatral. Amancio Prada lo ha sabido siempre y en esta ocasión ha entrado a fondo en el tema, utilizando luces y sombras, situaciones y sutiles movimientos escénicos para completar un recital que se presenta como un largo soliloquio sobre la pasión amorosa, de desarrollo lineal y estructura cerrada, sin crestas ni altibajos, sin alardes ni espectacularidades gratuitas. En resumen, 45 minutos de canción sin fisuras. No podía ser de otra forma; la breve duración y la concentración expresiva eran condiciones indispensables para lograr el clima buscado. Hay, sin embargo, en toda la obra de Amancio Prada una cierta propensión al formalismo, que roza el riesgo del amaneramiento no sólo gestual sino también interpretativo en general. Ese formalismo puede conducir a una relativa frialdad en el espectador. En cualquier caso el trabajo del cantante, todo él en general y éste en particular, no se presta a la escucha bulliciosa y extravertida, sino a la recepción introspectiva de unas canciones de innegable belleza.



Amancio Prada canta a Lorca

 EL PAÍS. 8 NOV 1986
Agustín Serrano (piano), Pedro Iturralde (saxo), Bruno Vidal (bajo) y Carlos Carli (batería). Teatro María Guerrero. Madrid, 6 de noviembre.

Nueva presentación de los Sonetos del amor oscuro, de García Lorca, que Amancio Prada ha convertido en canciones y que ya interpretara en Madrid el pasado abril. Poco que añadir a lo entonces dicho: musicalizaciones complejas resueltas con brillantez y acierto, arreglos e instrumentación impecables basados en la sobrada calidad de los cuatro músicos participantes y un neto sentido del espectáculo, medido y cuidadoso, que con elementos mínimos crea un espacio escénico en el que se acentúa el carácter intimista de las canciones. Si acaso, un punto saturado de dramatización interpretativa que a veces subraya innecesariamente el texto de los poemas.

Para esta ocasión Amancio Prada ha añadido a los 11 sonetos ya musicalizados con anterioridad otras seis canciones nuevas compuestas sobre poemas de Federico García Lorca, tres propias y tres realizadas por Paco Ibáñez en su ya lejano primer disco de 1969.

Dos partes nítidamente diferenciadas que se diferencian con un entreacto y concebidas como un espectáculo cerrado, a cuyo desarrollo perfectamente guionizado contribuye la proyección sobre una pantalla de los títulos de los temas, evitando así las presentaciones habladas.

Posee Amancio Prada la inestimable cualidad de encontrar la musicalidad adecuada a cada poema con que se enfrenta, una musicalidad que sin dejar de estar en el poema pertenece totalmente al compositor y le otorga ese carácter diferencial que distingue a la canción del poema.

Una musicalidad que es un juego constante de matices, muchas veces mínimos, pero siempre significativos.




 Soneto gongorino en que el poeta manda a su amor una paloma


Noche del amor insomne


El amor duerme en el pecho del poeta




Soneto de la dulce queja




Soneto de la guirnalda de rosas






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