Amancio Prada. Sonetos
del amor oscuro. Federico García Lorca.
Entrevista y
reseñas (1986)
Encuentro entre otros papeles el programa de mano con el que Amancio Prada presentó sus versiones de los “Sonetos del
amor oscuro" de García Lorca en el Teatro María Guerrero de Madrid en abril de
1986. Me parece un buen motivo para reproducirlo, acompañado con los tres
artículos que sobre este trabajo escribí en El País.
Folleto y artículos me parecen vistos
hoy un día, un signo claro del paso del tiempo y de la muy diferente
consideración que la música popular y la propia cultura tenían antes y ahora en
los medios de comunicación.
Aunque sólo sea por la posibilidad de
confrontar algunos de los hermosísimos sonetos originales con las canciones resultantes, pienso que
merece la pena seguir hasta el final. O pasar directamente a él.
Amancio Prada pone música a los 'Sonetos del amor
oscuro', de Lorca
EL PAÍS. 28 ENERO 1986
La musicalización
de los Sonetos del amor oscuro, de
Federico García Lorca, será el próximo trabajo del cantante y compositor
Amancio Prada, que ayer presentó en Madrid el proyecto en compañía de Lluis
Pasqual, director del Centro Dramático Nacional, organismo que coproducirá el
espectáculo y que lo estrenará en la primera semana de abril. "Desde que acabé el trabajo sobre el Cántico
espiritual, de san Juan de la Cruz, estaba buscando unos textos que me
permitieran hacer un trabajo extenso, unitario, de largo aliento. Lo encontré
cuando leí los Sonetos del amor oscuro, que son a la vez lo más clásico, lo más
moderno y lo más actual que escribió el poeta. Para mí, están entre lo más
entrañable de su poesía", declaró Prada.
Aunque algunos
de estos sonetos habían sido ya traducidos y publicados en Francia, no fue
hasta una edición pirata editada en Granada en 1984 cuando se dieron a conocer,
después de una larga polémica sobre su existencia. Prada, que ya había musicalizado
en su penúltimo disco dos poemas de Lorca, La
guitarra y Danza da lua de Santiago,
afirmó no haber tenido ningún problema con la familia de García Lorca, que
siempre se ha mostrado escrupulosa en los trabajos realizados sobre la obra del
poeta.
"No he tenido ningún problema; al contrario.
Desde que tarareé las dos primeras musicalizaciones, a Manuel Fernández
Montesinos le gustaron. Al tenerlos acabados, le he escrito y ya cuento con el
permiso de la familia", indicó Prada, quien también aclaró algunos de
los aspectos musicales de la obra: "Al
principio, comencé a componer sobre una simple línea de piano; poco después,
empecé a crear las canciones siguiendo sólo la línea melódica, sin
instrumentos, porque creo que, si la melodía de una canción es buena, la
canción se sostiene; es como el esqueleto de la canción, que ha de ser sólido
desde el principio. La idea es montarlos con un pequeño grupo instrumental,
piano, guitarra y percusión, al que añadiremos en directo algún instrumento
más, pero no mucho".
Agustín Serrano,
pianista que acompaña a Prada en los últimos años y que ha hecho también los
arreglos de sus discos más recientes, será igualmente el responsable de los
arreglos y la dirección musical del espectáculo, que contará con la dirección
escénica del propio Lluis Pasqual.
"Quizá dirección sea mucho decir",
afirmó el director teatral; "en
realidad, se debería hablar de crear un clímax a partir de algunos mínimos
elementos escénicos, como la luz o el movimiento sobre el escenario, todo ello
al servicio de los poemas de Lorca y la música de Amancio".
El espectáculo
será estrenado con motivo de los actos que alrededor del cincuentenario de la
muerte del poeta organizará el Centro Dramático Nacional, que tendrán su punto
culminante en el estreno de la obra El
público.
Prada ha
presentado este proyecto justamente cuando acaba de aparecer su último disco en
el mercado, un trabajo que, con el título de Dulce vino de olvido, reúne
canciones con texto del propio cantante y musicalizaciones de poemas de Carmen
Martín Gaite, Isabel Escudero y José Agustín Goytisolo, además de una canción
de Chico Buarque de Holanda adaptada por Francisco Umbral.
Soliloquio de pasión
EL PAÍS. 4 ABR 1986
Sonetos del amor
oscuro. Amancio Prada sobre poemas de Lorca. Agustín Serrano (piano, arreglos y
dirección musical), Pedro Iturralde (saxos), Bruno Vidal (guitarra bajo) y
Carlos Carli (batería). Coordinación escénica: Lluís Pasqual. Teatro María
Guerrero. Madrid, 2 de abril.
La
musicalización de poemas ha sido uso y abuso habitual en la canción popular
española durante años. Los poemas han servido como excusa, pretexto y coartada
culturalista o didáctica, pero también como un rico soporte literario para
canciones muchas veces mediocres y en algunas ocasiones, las mejores, parte
indisoluble de buenas composiciones. Amancio Prada ha sabido siempre encontrar
las músicas que, además de enmarcar y acentuar con rigor e inspiración el valor
del poema, le aislaran de su autor original para integrarlo en una obra propia
y personal del cantante de coherencia singular. En esta ocasión, con la
transformación en canciones de los Sonetos
del amor oscuro ha afrontado un desafío complejo y difícil que resuelve con
brillantez.
La estructura
cerrada del soneto obliga a un esfuerzo creativo para singularizar cada poema
en una canción diferenciada. Amancio Prada ha resuelto de manera similar cada
texto: tras la interpretación íntegra del soneto donde expone las líneas
melódicas principales, ha añadido a manera de coda ligeras variaciones,
repitiendo unas u otras estrofas hasta completar el desarrollo de cada tema,
creando un clima y una tensión propias y diferentes entre sí, con resultados
muy hermosos.
Amancio Prada ha
venido haciendo siempre la misma música, pero dotándola de coloridos distintos
según las diferentes formaciones instrumentales con que ha ido tocando. Los
sutiles arreglos de Serrano, su interpretación al piano junto a la de Iturralde
al saxo, ambas impecables, y una sección de ritmo en la que utiliza por primera
vez la batería, crean un ambiente de reposada tensión interna, de pasión
contenida, realzado a la perfección por el trabajo escenográfico de Pere
Francesch y la coordinación escénica de Lluís Pasqual, apenas insinuada pero
aportando matices que enriquecen el sentido final de las canciones.
Todo el recital
encierra en sí la esencia del espectáculo teatral. Amancio Prada lo ha sabido
siempre y en esta ocasión ha entrado a fondo en el tema, utilizando luces y
sombras, situaciones y sutiles movimientos escénicos para completar un recital
que se presenta como un largo soliloquio sobre la pasión amorosa, de desarrollo
lineal y estructura cerrada, sin crestas ni altibajos, sin alardes ni
espectacularidades gratuitas. En resumen, 45 minutos de canción sin fisuras. No
podía ser de otra forma; la breve duración y la concentración expresiva eran
condiciones indispensables para lograr el clima buscado. Hay, sin embargo, en
toda la obra de Amancio Prada una cierta propensión al formalismo, que roza el
riesgo del amaneramiento no sólo gestual sino también interpretativo en
general. Ese formalismo puede conducir a una relativa frialdad en el
espectador. En cualquier caso el trabajo del cantante, todo él en general y
éste en particular, no se presta a la escucha bulliciosa y extravertida, sino a
la recepción introspectiva de unas canciones de innegable belleza.
Amancio Prada canta a Lorca
EL
PAÍS. 8 NOV 1986
Agustín Serrano
(piano), Pedro Iturralde (saxo), Bruno Vidal (bajo) y Carlos Carli (batería).
Teatro María Guerrero. Madrid, 6 de noviembre.
Nueva
presentación de los Sonetos del amor
oscuro, de García Lorca, que Amancio Prada ha convertido en canciones y que
ya interpretara en Madrid el pasado abril. Poco que añadir a lo entonces dicho:
musicalizaciones complejas resueltas con brillantez y acierto, arreglos e
instrumentación impecables basados en la sobrada calidad de los cuatro músicos
participantes y un neto sentido del espectáculo, medido y cuidadoso, que con
elementos mínimos crea un espacio escénico en el que se acentúa el carácter
intimista de las canciones. Si acaso, un punto saturado de dramatización
interpretativa que a veces subraya innecesariamente el texto de los poemas.
Para esta
ocasión Amancio Prada ha añadido a los 11 sonetos ya musicalizados con anterioridad
otras seis canciones nuevas compuestas sobre poemas de Federico García Lorca,
tres propias y tres realizadas por Paco Ibáñez en su ya lejano primer disco de
1969.
Dos partes
nítidamente diferenciadas que se diferencian con un entreacto y concebidas como
un espectáculo cerrado, a cuyo desarrollo perfectamente guionizado contribuye
la proyección sobre una pantalla de los títulos de los temas, evitando así las
presentaciones habladas.
Posee Amancio
Prada la inestimable cualidad de encontrar la musicalidad adecuada a cada poema
con que se enfrenta, una musicalidad que sin dejar de estar en el poema
pertenece totalmente al compositor y le otorga ese carácter diferencial que
distingue a la canción del poema.
Una musicalidad
que es un juego constante de matices, muchas veces mínimos, pero siempre
significativos.
Soneto gongorino
en que el poeta manda a su amor una paloma
Noche del amor insomne
El amor duerme
en el pecho del poeta
Soneto de la dulce
queja
Soneto de la guirnalda
de rosas
No hay comentarios:
Publicar un comentario