domingo, 20 de abril de 2014

SENTENCIAS DEL DOMADOR DE FIERAS (poemas)

Sentencias
del domador de fieras







uno

Paseantes de un tiempo que ignora su final
nos lanzamos al agua en busca del olvido.
No queremos saber
que en las olas más altas de ese mar-laberinto
un dragón invisible de minúsculos párpados
hipnotiza sirenas y devora a sus hijos.



dos

Sufro a menudo
males intermitentes:
dolores de cabeza, diarreas.
un punto de catarro en los otoños,
y a veces también, a que ocultarlo,
este irreprimible deseo de partir.



tres

Exigiré respuesta en todos los diarios,
vaciaré las fuentes por ver si lo averiguo,
indagaré la noche en todas las miradas,
y aún después de saberlo, seguiré preguntando:
¿a qué edad del mes estamos, por favor?



cuatro

Suena la radio
y una agonía de soles
colorea el barracón de enfrente.
En Siberia
la tarde teje
telares de araña en los balcones
y el pensamiento es libre
como un dios que nace de la nada.





cinco

Quizás tú no lo sepas,
pero en cada palabra que bordea tu boca
hay tantas letras
que no puedo leerlas.



seis

Inocencia perdida la del niño
que mira hacia el pasado y se recuerda.
La memoria es un monstruo que te envuelve
y en un segundo ¡zas! te descuartiza.



siete

Volver la vista atrás y no ver nada,
feliz incongruencia del amnésico:
haber vivido el tiempo en fuego alterno
y amanecerse dueño del olvido.



ocho

Me gustaría saber que no estoy solo,
confesarme a mí mismo
que detrás de la puerta me espera Pulgarcito
con las migas que vuelven a casa a los perdidos.
Pero suena el teléfono
y es el último emisario del invierno.




nueve

¿Por qué buscar respuesta a preguntas
que nadie nos formula?
Por qué en el fondo del hombre
subyace implacable un gusano de olvidos.



diez

Cuando las tormentas te acosan
y las gaviotas se rebelan.
Cuando una manada de lobos
asalta tu farola en la Gran Vía,
saber quién eres será ya un primer paso.
No lo pierdas de vista por más que sea pequeño;
para darlo,
tendrás que amarrar fuerte las correas de tu paracaídas.



once

Cuando un avión despega
desconoce
las nubes que encontrará en su vuelo.

Cuando un barco leva anclas
ignora
las olas que romperá su quilla.

Cuando un hombre empieza a huir
no sabe
que ha de seguir así toda su vida.




doce

No sé si el tiempo
vale la pena vivirlo,
no vivirlo, o habitarlo.
Pero en tus ojos claros
un resplandor de vida
me ha revolcado el día.



trece

No busques respuestas
en la impenetrable oscuridad de la noche.
Las luciérnagas del conocimiento
son en verdad guardias urbanos
que velan en silencio
el sueño de los justos.



catorce

Reconoce
que tienes en las manos
las claves de tu vida.
Ya sólo te falta
encontrar la puerta de salida del infierno.
Si no buscas,
nunca descubrirás
que es un esfuerzo vano:
los límites del fuego que te quema acaban en tus ojos.




quince

Sentencias verdaderas las del oráculo,
luminosas ideas las del profeta,
virtuosas sugerencias las del confesor.

Pero también ellos cuentan
los amores de su vida con los dedos.



dieciseis

Entre saber y no saber,
prefiero saber.
Que nunca me pille desprevenido
el cobrador del gas.








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