jueves, 31 de julio de 2014

LOS BRILLANTES EMPEÑOS. La belleza como terapia

Los brillantes empeños
La belleza como terapia




Autor y director: Pablo Messiez
Con textos de Calderón, Lope, Tirso,
Teresa de Ávila, Quevedo y Cervantes

Intérpretes: Carlota Gaviño, Rebeca Hernando,
Javier Lara, Juan José Rodríguez,
Íñigo Roríguez-Claro, Mikele Urroz

Ayudante de dirección: Javier L. Patiño
Producción: Grumelot, en coproducción con
Nave 73 y el Festival Internacional
De Teatro Clásico de Almagro


¿Puede la palabra ser un lenitivo del dolor, como la tableta Okal de aquella infancia de crespones negros que me toco vivir? ¿Un paliativo para la insatisfacción? ¿Un remedio contra la soledad? ¿Un refugio, en fin, frente a ese mundo sucio y feo que rebosa los televisores?

No unas palabras cualquiera; no crisis ni austeridad ni regulación, no incomprensión ni paro, hambre, guerra, opacidad o desvergüenza. Ni siquiera cólico, escuálido o apátrida, aunque sean esdrújulas, que ya sabemos que son palabras con licencia para matar. No las palabras sueltas e inconexas que sólo son ruido, sino aquellas que unidas a otras en la línea del verso constituyen la belleza y que enlazadas en la ristra del tiempo forman la cultura. Esa misma cultura que la humanidad ha utilizado a lo largo de toda su historia como arma contra la barbarie. No el discurso vacuo del líder de turno, sino las enseñanzas eternas de los maestros de siempre.

Todas estas digresiones --paridas quizás sería más exacto-- me vienen a la cabeza después de ver y rever el espectáculo “Los brillantes empeños”, cuyos títulos ya he incluido arriba, que se ha presentado el pasado fin de Semana en la sala madrileña NAVE 73, tras haberse estrenado en el Festival de Teatro Clásico de Almagro, y que volverá pasado el verano a escenarios que en su momento se anunciarán.

Entro a saco en ella, armado con la única credencial de espectador atento y en la absoluta convicción de que una obra de arte, en este caso teatral, no dice sólo lo que sus creadores han querido poner en ella, sino también lo que los espectadores aportan con su propia percepción de lo que sucede en el escenario. Con esa patente de corso en la cartera, esto es lo que yo he visto. Confío en que otros hayan visto cosas diferentes, porque eso significaría que la cosa funciona.


En algún sitio ha explicado Pablo Messiez que en la intención del trabajo está que no importe tanto la acción dramática que se representa como las sensaciones que puedan provocar las distintas situaciones que se crean. Ciertamente. No es “Los brillantes empeños” una obra convencional, con su planteamiento, su nudo y su desenlace, bien explícitos, con las señales del paso a nivel a la vista. Al menos aparentemente, porque lo que si existe en ella es una nítida presentación de los personajes y de la situación, un estallido de las pasiones, miedos y contradicciones y un final en el que actores y personajes se enfrentan juntos a la conclusión, o no, de la historia que se cuenta, sea fábula o metáfora. Y esa historia es leve, cierto, pero no intrascendente. Ni prescindible.

Veamos. Seis hermanos huérfanos conviven en un espacio cerrado, ajenos a cualquier exterior reconocible y a cualquier tiempo preciso: En su aislamiento sufren los miedos, ausencias, curiosidades y represiones con la desesperanza de quien no encuentra otra solución a sus pesares que la repetición ritual de los pequeños gestos cotidianos que conforman una existencia. También componen un grupo social estructurado, bien definido en los roles que adopta cada miembro; desde el niño, adolescente quizás, que curioso pregunta lo que le intriga y se deslumbra ante el descubrimiento fascinante de que los huesos suenan cuando se golpean, hasta la hermana-madre que asume la responsabilidad que le corresponde e intenta mantener al menos una apariencia de orden y coherencia en la comunidad[1].

Los seis hermano no hacen nada extraordinario: comen patatas de la olla que hierve en el fuego, descansan en el banco, duermen la siesta, friegan el suelo, alivian el calor con el agua de la cubeta o el viento del ventilador, y al hilo de esas mínimas acciones van estallando las angustias que les oprimen, rompiendo el inestable equilibrio de la humanidad. Corren para aplacar las tentaciones o se pelean por quien recuerda mejor los gestos del padre ausente; les asalta el deseo culpable de quien siente el amor más allá de su capacidad de raciocinio. Y cuando el acoso de sus propios fantasmas, interiores o exteriores, se hace irresistible, rezan.

Porque quizás “Los brillantes empeños” pudiera ser un auto sacramental si no fuera porque aquí los rezos no los componen ruegos al altísimo ni jaculatorias por su gracia, sino los balsámicos versos del siglo de oro: Tirso, Lope, Calderón, Teresa de Ávila, Quevedo o Cervantes. O cantan esa maravilla del acervo popular que es “Vengo de moler morena”, que nos recuperó Don Agapito y que a los huérfanos les sirve para reconocerse como grupo y unirse en un todo mágico que se abre a la esperanza.




En el cartel de la obra se lee que “Los brillantes empeños” es una obra escrita “sobre” textos clásicos. No estoy muy de acuerdo; me gusta más la definición de la ficha, también del propio grupo, que cambia el “sobre” por un más exacto “con”. No me parece distinción baladí, pues pienso que esa mínima diferencia entre el “sobre” y el “con” marca, profundamente, el sentido y la forma del drama.

Cualquier trabajo elaborado sobre poemas o textos previos, clásicos o no, supone que el sentido de la obra, su concepto primigenio, se encuentra, pienso yo, directamente relacionado con ellos, que se pueden desarrollar, alterar o actualizar, pero que siempre compondrá el sustrato básico del drama y cuyo significado último no se puede traicionar sin riesgo de oportunismo. Una adaptación dice sustancialmente lo mismo que el poema o el texto original, pero de otra manera, en otro tiempo u otro contexto, bordeando siempre el peligro de hacer algo antiguo con vestuario de John Galliano. No soy contrario, sé que el resultado dependerá, como siempre, del talento del nuevo creador, de las componendas que acepte y de los riesgos que asuma.

Calculo yo que “Los brillantes empeños” es otra cosa, una obra absolutamente actual, a fuer de intemporal, en la que se incluyen textos clásicos, bellísimos, por cierto. Y en ello se encuentra buena parte de su originalidad y toda su contemporaneidad. También ese detalle marca tanto la forma en la que los creadores de la obra (en este terreno colectivo de la puesta en escena) se enfrentan con los poemas como el significado que estos adquieren en el conjunto del drama. Lope, Quevedo, Teresa y demás estrellas invitadas no constituyen el entramado a partir del cual se desarrolla el conflicto o la anécdota de la obra nueva, o no son sólo eso.

Al margen de qué haya sido antes, el huevo o la gallina, en el proceso creativo de “Los brillantes empeños”, los poemas son, ante todo, las experiencias pasadas y el conocimiento acumulado que a través de los libros han llegado hasta esa aislada comunidad de hermanos, quienes desde los utilizan su belleza y su hondura como un rito sagrado para exorcizar sus males, entenderse a sí mismos o expresar aquellos sentimientos que son incapaces de explicitar con su propio lenguaje. A mi entender, los poemas son citas, instrumentos, que no condicionan el devenir de la historia, pero que la explican en su significado más profundo.

En esa función terapéutica de los poemas, el “Vivo sin vivir en mí” de Teresa de Ávila, por ejemplo, le sirve a la más joven de las hermanas (Mikele Urroz) para identificar y entender (y hacérselo entender al espectador) el propio deseo culpable que siente por su hermano (Javier Lara). La incestuosa historia de Tamar y Amón contada por Tirso propicia que (Carlota Gaviño) e Iñigo Roríguez Claro) expliciten, a sí mismos y ante los demás, su propia pasión, así como el recitado conjunto de “La Dama Boba”, traído a escena por la hermana-madre (Rebeca Hernando), les sirve a ambos para redimirse del pecado cometido. Recordar como un mantra “La vida es sueño” ayuda a Alex (José Juan Rodríguez), el pequeño de la familia, a recuperarse de la crisis nerviosa que le ha provocado comprobar que hay dolores insufribles que están fuera de uno mismo.


Tal vez por ese lugar que ocupan los poemas en la obra y por la función que cumplen en el contexto de la historia de los hermanos no hay dramatización alguna en la forma de interpretarlos y ningún rapsoda los eleva a las más altas cumbres del arte escénico. La apuesta de los creadores de la obra es más compleja y arriesgada que todo eso. Las palabras de Tirso, Calderón y compañía no se recitan, se leen, se recuerdan, se salmodian, se recrean, se silabean, y paradójicamente su belleza no se diluye o se distrae en esa heterodoxia declamativa, sino que precisamente a través de ella se resalta la esplendorosa belleza de los versos, que permiten desentrañar tanto el sentido último de los textos primigenios como de la propia obra actual en la que están insertos. Una partitura para virtuosos que suena perfectamente afinada y a tempo justo.

Y montados ya en la melodía de estos empeños brillantes volvemos a la desnudez formal del escenario, sobre la que destaca una sobreabundancia de libros, muchos libros. Libros que a lo largo de la obra se consultan y con los que se intentan construir castillos en el aire, que se derrumban una vez tras otra, o falsas murallas de Jericó, caídas al sonar de silenciosas trompetas del apocalipsis. Libros en los que, como los recipientes que contuvieran los ungüentos, pociones o compuestos de una fantástica farmacia renacentista, se conservan las palabras que ayudan a los hermanos a sobrellevar la soledad en la que viven, las ausencias que les acosan, los deseos que les queman, las crisis que les derrumban. Un almacén que encierra la belleza acumulada del mundo que les es negada a los personajes.


Pese a la defensa que la obra hace de las palabras, la belleza y la cultura, como curativo de los males del mundo, hay momentos en que nos hacen dudar de su eficacia, planteando al espectador sugerentes interrogantes que debe resolver por sí mismo. En uno de ellos, (Mikele) valoriza ante (Javier), su hermano-pretendiente, las virtudes del silencio frente a las limitaciones de la palabra. Se habla, viene a decir, para recrear el pasado o soñar el futuro, mientras que el presente se vive en silencio; en él no se habla, se actúa. Es la vieja contradicción entre la acción o la reflexión, entre la realidad o el deseo, que uno mismo no ha sido capaz de solucionar en su vida y que otra vez le golpea en la cabeza. En otro pasaje, el joven Alex, que, como el más pequeño, inocente por tanto, es el que se hace las preguntas más simples y profundas, descubre que lo sustancial del recitativo de los versos, su capacidad curativa, está el ritmo, en la música que crea el simple silabeado de las palabras y no tanto lo que dicen. Y como el que no quiere la cosa en ese instante este espectador se coloca personalmente ante otro dilema sin solución tangible: ¿Es la forma o el fondo lo que importa? ¿Lo que se dice o la manera de decirlo? ¿El qué o el cómo?


Casi al final, cuando el inexistente telón está a punto de caer rematando la obra, todo cambia. No destriparé el vientre de la bestia, que no quiero ahorrar el sobresalto a quien vaya a verla en noviembre, pero sí diré que entonces, como por arte de birlibirloque, esa licencia eterna de los artistas, el espectador se siente de repente inserto en el drama. No es que tenga que bailar, cantar o besarse con los actores o con el compañero de fila, no, ¡por dios, vaya disparate! Los espectadores, que hasta entonces han mirado las peripecias de los hermanos como por un imaginario ojo de cerradura, han temblado con sus emociones o se han deslumbrado con sus declamaciones, se dan cuenta de que ya no son meros testigos del drama, sino que forman parte de él y cuanto en él ha sucedido les atañe. El conflicto es, definitivamente, su conflicto. Nuestro conflicto.

Todos, espectadores, actores y personajes se han convertido ya en la misma colectividad asustada, dolorida y reprimida, inmersos unos y otros en un mundo de similar extrañamiento. ¿Representa entonces un final feliz o infeliz ese “a comer” de la hermana-madre con que termina la obra, volviendo por otro lado al principio, que se ha iniciado con una llamada similar? ¿Significa un “vamos a seguir como si no pasara nada” o un “ya sabemos qué hacer”? ¿Es un hacer la vista gorda ahora que ya sabemos o una llamada a la acción, ahora que ya sabemos? “¿Debemos salir del teatro esperanzados o desencantados?

¿Veis? Eso es lo que más me jode de una obra de arte, que me manden a casa con deberes para hacer.










[1] La primera vez me trajo a la cabeza “La casa de Bernarda Alba”, de Lorca. Posteriormente no sé por qué pensé en “El jardín de los cerezos”, de Chejov. Y ahora no puedo quitarme de la cabeza “7 mujeres” de John Ford. Serán querencias del burro que busca abrevadero.

viernes, 18 de julio de 2014

CUATRO CANCIONES INÉDITAS SOBRE AQUELLA GUERRA CIVIL

1936.españa.1939.
Cuatro canciones inéditas sobre aquella guerra civil






El 18 de julio de 1936 una parte del ejército español se levantó en armas contra el Gobierno legítimo de la Republica, provocando tres años de cruel guerra civil, a los que siguieron casi cuarenta de dictadura.

Aparte de su significado histórico y político, la guerra que siguió a aquella sublevación de hoy hace 78 años, supuso para una gran mayoría de españoles un profundo y doloroso drama, íntimo e ideológico, personal y colectivo, que aún hoy conmueve.

Cuando en 1991 afrontamos la preparación del capítulo dedicado a la música de la guerra civil de la serie “España en solfa”,  que dirigíamos para TVE Herminia Bevia, Antonio Resines y yo mismo, pensamos que esa emoción conmovedora de aquellos hechos podía ser expresada por medio de canciones.

El resultado fueron las cuatro canciones que cuelgo ahora en este blog (que hasta ahora habían permanecido inéditas, fuera de la emisión de la propia seria), con las que sustituimos el habitual texto histórico que contextualizaba el tema musical que protagonizaba el capítulo. En su escritura utilizamos de vez en cuando tanto algunos versos sueltos del riquísimo Romancero a que dio lugar la contienda como ciertas frases melódicas del no menos importante cancionero de la guerra. Como se puede ver, contamos con una buena cantidad de amigos que se prestaron desinteresadamente a ayudarnos.

Dado que sólo conservo los audios de aquellas canciones, y no las visualizaciones con imágenes a que dieron lugar en el programa, me he permitido colocar nuevas ilustraciones son la pretensión de que refuercen el sentido de las canciones. No hubiera sido posible sin la existencia del abundantísimo archivo fotográfico de la guerra, especialmente de las fotos de Robert Capa, al que pertenecen todas las imágenes de la cuarta canción, “La derrota”, Agustí Centelles, Gerda Taro y David Seymour, “Chim”.

Trascurridos ya 78 años de aquel golpe militar, resulta doloroso e indignante que aún haya españoles que sigan sufriendo sus consecuencias. Más de 100.000 víctimas de la represión franquista todavía permanecen desaparecidas, enterradas por las cunetas y campos de España, sin que sus familias hayan podido recuperar sus cuerpos ni llorar sobre sus tumbas.

Vayan, pues, estas canciones en su memoria; queriendo recordar con ellas que un país no puede quedar realmente curado de tan dramáticas heridas mientras continúe esa injusticia. Mientras los vivos no puedan enterrar a sus muertos y descansar.


1936.españa.1939
Letra: Antonio Gómez
Música: Antonio Resines
Arreglos: Judas Sanz y Antonio Resines
Cantan: Antonio Resines, Luis Pastor, Vainica Doble, Javier Batanero y Ricardo Solfa.





martes, 8 de julio de 2014

ALGUNAS PALABRAS SOBRE ROCK ANDALUZ (1980)

Algunas palabras sobre el rock andaluz (1980)






A la vista y oído del actual panorama del rock español, al menos en lo que se muestra en los medios de comunicación, que es poco por no decir nada, cabría preguntarse si aquel sueño ochentero del rock con raíces (y dentro de él, el andaluz, sin duda su expresión más depurada) no fue sino una utopía hermosa, pero vana, de la que con el paso del tiempo no queda sino el valor del recuerdo y la añoranza de lo que pudo haber sido y no fue. Quien conozca mejor la actualidad del tema podrá contestarla. Yo no.

El 11 de abril de 1980, cuando el fenómenos estaba en pleno auge, escribí en el Diario de Las Palmas este artículo a cuenta de la aparición de tres discos de otros tantos nuevos grupos del género. Leyéndolo ahora me sigo planteando las mismas cuestiones que entonces me planteaba.





La cosa viene de lejos: Sevilla había sido de siempre un centro de elevada cultura rock, y ello posibilito la salida en 1970 de Smash, un conjunto que se debatía a medio camino entre Jimi Hendrix y Fosforito, cantando en un principio en inglés --como hacían también Green Piano o Nuevos Tiempos, otros conjuntos andaluces de la época-- hasta que en 1971, de la mano de su nuevo productor, Alain Milhaud, y con la colaboración de un cantaor flamenco, Manuel Molina (actualmente en Lole y Manuel), grabaron una versión rock de «El garrotín», aunque anteriormente hubieran hecho ya alguna aproximación al tema con composiciones como «Los tangos de ketama» o «Blues de la Alameda». La desintegración de Smash, la falta de arraigo de otros intentos, dio al traste con el invento, pero la semilla básica de enraizar la música rock con el sentimiento y las formas del flamenco había quedado sembrada.

En 1975 apareció el sello Gong, y en él, producidos por Gonzalo García Pelayo (que había sido primer productor de Smash), grabaron algunos músicos y grupos del sur: Gualberto, Goma y, sobre todo, Triana, que sería quien marcaría el punto más alto del éxito. Desde entonces ya se sabe la historia: grupos y grupos que han llegado a configurar eso que se llama rock andaluz, rock del Sur o rock con raíces: Imán, Azahar, Alameda, Vega, Guadalquivir, y los últimos que nos llegan: Medina Azahara, Cai y Storm (un grupo antiguo que renace de las cenizas).

Dejando   a  un  lado  a Storm, cuyo álbum «El día de la tormenta» (Alba/Edigsa, 1980) acaba de editarse después de varios años de silencio, y que siendo andaluces hacen un tipo de rock más duro y menos aflamencado, los otros dos grupos, Medina Azahara, cordobeses que han publicado su primer LP en la firma CBS hace sólo unos meses, y Cai, un quinteto gaditano que acaba de editar su primer álbum, «Noche abierta», con el mismo sello, siguen la estela dejada por el éxito multitudinario de Triana; compartiendo con ellos unos esquemas musicales similares, elaborados a partir de unas ciertas reminiscencias del ritmo de la bulería y otros cantes, la utilización de las guitarras y los teclados dentro de una concepción ligeramente «sinfónica», y la inclusión de unos textos, cantados con un acento aflamencado y desgarrado, en los que abundan las noches oscuras, claros amaneceres, patios, jardines, aire fresco y fuentes con agua,
Y aquí está el mayor peligro del rock andaluz: en su manierismo que hace que todos los grupos se parezcan, dando la impresión de que lo que se intenta es repetir la fórmula “Triana” en busca del éxito, una fórmula que ya figuraba completa en el primer LP de este grupo («El patio»,   Movieplay/Gong, 1975), y que desde entonces en poco se ha renovado.

Por supuesto que es positivo ese intento de romper con la burda imitación   que del modelo anglosajón hacía el rock español hasta hace poco, pero no se trata de caer en otro mimetismo estéril, y el rock andaluz parece demasiado pendiente de la fórmula impuesta por Triana, abandonando otros caminos que podría resultar igual de atractivos, como los que pudieran marcar la sutil sensibilidad   de   Gualberto,  el experimentalismo  difícil pero estimulante de Goma (que se perdió en el peor de los silencios) o el acercamiento al jazz de Vega.

La música popular española puede tener en el rock una fuente de inspiración que le sirva para tratar con nueva imaginación y sensibilidad nuestra propia música. El caso andaluz es un ejemplo de ello, pero hay que huir de todo amaneramiento fácil que nos encierre en formas prefabricadas. El rock que se hace hoy en Andalucía se encuentra ante este desafío, debe superarlo.








jueves, 3 de julio de 2014

MATERIALES PARA UNA HISTORIA DE LA MUSICA ESPAÑOLA. 1.- De la Revista al Musical

MATERIALES PARA UNA HISTORIA
DE LA MÚSICA POPULAR ESPAÑOLA
DEL SIGLO XX


En 1990, bajo el seudónimo de La Bestia del Lago, Herminia Bevia, Antonio Resines y yo mismo, guionizamos y dirigimos para La 2 de TVE la serie “España en Solfa”, un intento de contar la historia de la música popular española del siglo XX mediante la mezcla de documental y ligeras tramas de ficción. Ricardo Solfa protagonizó las 12 emisiones del programa. Se abordaron desde el folklore o la copla hasta el pop y el rock, los cantautores o el underground patrio, pasando por la canción durante la guerra civil o los intercambios musicales entre España y Sudamérica y acabando en las primeras muestras de hip-hop nacional.

Para preparar los guiones realizamos un cierto trabajo de documentación, que quedó plasmado en un largo rimero de folios que hacer unos meses encontré en una caja y que ahora pienso que pueden tener una cierta utilidad. Al final se reunieron alrededor de, no sé, entre 600 y 800 páginas llenas de datos, análisis, cronológicas, bibliografías, biografías, discografías y más sobre cada uno de los temas que se abordaron en la serie. 

Ni que decir tiene que hoy se puede encontrar en internet, una auténtica hemeroteca virtual que entonces no existía, muchos más detalles de los que nosotros recogimos, pero la verdad es que no he encontrado todo este volumen de información junto, reunido e inter-relacionado en un sólo trabajo. Sirvan pues estos “cuelgues” como una aportación a la historia de la música popular española del siglo XX, es decir de su proceso de transformación del folklore a canción contemporánea, un tema aún por estudiar en su sentido más amplio y completo.

Dada la fecha en que se realizó el trabajo (insisto: 1990) y las condiciones en que se ha conservado, pienso que se debe tomar cuanto en él se asegura con las prevenciones correspondientes. Aunque no se concrete, los datos que se ofrecen se extrajeron de las respectivas bibliografías de cada capítulo. Se recomienda que, caso de utilizarse, se confirmen por otras vías, que hoy en día son fácilmente accesibles. Dada la larga extensión de cada trabajo, aquí se puede descargar en PDF, que hoy hay prisa y mañana será otro día.





1.- De la Revista al Musical




Cronología (1880-1990)

La gran época para el género revisteril va desde las dos últimas décadas del siglo XIX, en las que se afirma como tal, hasta los inicios de la Guerra Civil, tras la que, pasada su Edad de Oro, que necesitaba libertad para expresarse, comienza la decadencia, en medio, por otro lado, de un inmenso éxito popular durante la dictadura. Antes de terminar la década de los 20 los espectáculos de revista (y el cine) han tomado el lugar que anteriormente ocupaba el cuplé. En los años 20 se incrementa la espectacularidad de los decorados y vestuarios, al tiempo que se estilizan las artistas y aumentan la crítica social, el destape, la picardía, en incluso la procacidad, en aquel subgénero ya perdido de nombre precioso: la canción sicalíptica.

Así definía el crítico teatral Santorello en 1928 los elementos de la revista por excelencia en su reseña de La orgía dorada, de Muñoz Seca y Pérez Fernández, con música de los maestros Guerrero y Benlloch, que fue estrenada en el Price aquel mismo año: "Agradable, ingrávida... por su ingenio, frivolidad, ritmos juveniles y graciosos, lujo, color, bellas siluetas, artísticas decoraciones. Hay en la revista escenas de varia y difícil clasificación: sainete, juguete cómico, zarzuela, versos, himnos, chistes de todas categorías, situaciones cómicas de mucho efecto, animación, alegría, elegancia..." Y según el Espasa se trata de un "Género ínfimo teatral, de más visualidad que literatura, compuesto de una serie de cuadros desligados con música".

La revista en España tiene una fisonomía propia, aunque guarde afinidades con la francesa. Lo que la define es la música frívola, la letra picaresca o satírica, la inclusión de cuplés o canciones sueltas que llegaban a convertirse en temas de éxito que consagraban a veces el espectáculo, bailes sugerentes, y, por supuesto, las vedettes (María Caballé, Isabelita Ruiz, Tina de Jarque, Miss Dolly, y muchas otras). Eran habituales las repeticiones de los números de más éxito en las representaciones. Con la postguerra pasará a primer plano la ofensiva "folklórica" andalucista. La revista pervivirá bajo un nuevo formato, como musical de gran espectáculo, orientada hacia todo tipo de público, libre de procacidades, y en línea de comedia musical ligera. La censura evitará exhibiciones corporales, que constituían el principal atractivo junto con las críticas sociales y las verdulerías, que también desaparecieron.

La Gran Vía

Hacia 1870.- Rudimentarios espectáculos músico-teatrales (Teatro Variedades de Madrid) Autores que tendrán larga trayectoria, como Lastra, Prieto, Chueca y Valverde.

1877.- “Los sobrinos del capitán Grant”, de Ramos Carrión y Fernández Caballero sobre la novela de Verne. Se podría encuadran en el género de lo “espectacular, variado y fantástico”, que luego practicaría con gran éxito el famoso Rambal y otros actores ya del siglo XX.

1880.- “Dos canarios de café”, “Luces y Sombras”, “De la noche a la mañana”. Se va añadiendo la burla y la ironía.

1884.- “Vivitos y coleando”, “¡Hoy, sale hoy!” El género se ha hermanado con el sainete. Se estrena la que muchos consideran la obra culmen del género, “La Gran Vía”, catalogada en su momento como “revista madrileña, cómica, lírica, fantástica, callejera”.

1888.- “¡Al agua patos!”,Certamen Nacional”, “El plato del día”, “Panorama Nacional”, “El arca de Noé”, como estreno destacado que pasará a la historia: “Cuadros Disolventes”, de la que muchos años después Lilián de Celis y otras cupletistas seguirán alcanzando el éxito interpretando su “Con una falda de percal planchá”.

Cuadros disolventes

1899.- Último estreno del siglo: “Los presupuestos de Villapierde”: revista cómico-lírico-financiera en un acto y cinco cuadros (reformados). Libro de los señores Granés, García Alvarez y Paso; música de los maestros Calleja y Lleó.

1901.- En el comienzo del siglo XX se incorporan al género músicos y escritores como Ramos Carrión, Barbieri, Mariano Pina, Nieto, Perrín, Palacios, Arhiches, Lleó.

1907.- Con “La torre del oro” y “Las bribonas” finaliza lo que los estudiosos consideran la primera etapa del género.

1910.- “Venus Salón”, “El país de las Hadas”, “Tierra del sol”, “El arte de ser bonita” y, en lugar muy destacado, “La corte de Faraón”. Esta última --que ha sido definida como la obra “casi perfecta del género chico-ínfimo” tomaba del primero, la zarzuela, su estructura dramática de diálogos y canciones, y del segundo, las varietés, su clara procacidad-- se convirtió, como no podía ser menos, en un clásico, que se siguió representando en numerosos montajes hasta que la dictadura la prohibió en 1939. No se reestrenó hasta septiembre de 1975, aunque ya antes se había representado, muy suavizada y bajo la forma de una historia del Oeste americano, con indios y vaqueros. Como si fuera un acto de justicia histórica, su vuelta a los escenarios coincidió con la muerte de Franco. José Luis García Sánchez la convirtió en una estimable película en 1988.

La corte de Faraon

1916.- “El asombro de Damasco”, “Roma se divierte” y la muy atrevida “El Príncipe Carnaval”. A partir de aquí se imponen las variedades francesas en el sainete arrevistado. También llega a España una cierta cantidad de vedettes y coristas alemanas que huyen de la guerra.

1922.- Transcurre la gran época de las revistas de los Velasco en el Teatro Apolo. Las primeras serán “Arco Iris” (estrenada previamente en Barcelona) y “Ave César”, ambas de Tomás Borrás, Benlloch y el maestro Aulí.

1923/1928.- Momento prolífico en obras, fecundo en artistas y abundado en éxito. Los teatros más importantes son Reina Victoria, Apolo, Romea y Martín, aunque son abundantes las salas de segundo orden. Se sumas autores como Muñoz Seca, Rosillo y Antonio Paso, además los músicos Alonso y Guerrero, que serán recordados entre los más grandes. Obras que abarrotan los teatros en este quinquenio, unas antiguas otras de estreno: “Las maravillosas”, “La orgía dorada”, “El sobre verde”, “Las castigadoras”, “Todo el año es Carnaval”, “Las lloronas”, Arriba y Abajo”, “Cha, cha, cha”. Algunas seguirán montándose en los años siguientes. Un éxito de Celia: “Por si las moscas”, de Vela, Campúa y Alonso en el Romea. En el Teatro Cómico de Barcelona, “Yes-yes”, del maestro Clara, “Guiñitos” en el Poliorama, y en el Talía “Mah-jongg”. En 1926, la clásica sala Eldorado, famosa por sus atracciones escogidas, presenta “Le coq-dor” con ambientación rusa, y en el Eden Concert se presenta “La perdición de Mimí”, del maestro Perellada. Ese mismo año, dos estrenos señalados: “La feria de las hermosas”, de la Compañía Velasco en el Novedades, con nada menos que 22 cuadros de gran lujo y fastuosidad. Reposición en el Novedades de “Las Maravillosas”.

1930.- Con el precedente de “La Corte de Faraón” y “La feria de las Hermosas” y el estreno de obras nuevas como “Las mujeres del fuego”, los expertos señalan un momento de inflexión en el género, que se caracteriza por un mayor lujo en vestuario, peinados y utillería, y mayor magnificencia en los decorados y el espectáculo en general.

1931.- Se estrena la obra más significativa del nuevo modelo de Revista: “Las Leandras”, que consagrará para siempre a Celia Gámez, que la reestrenará insistentemente a lo largo de su exitosa carrera. Con libro de Gonzalez del Castillo y Muñoz Roman, y F. Alonso a cargo de la música, el acontecimiento tiene lugar el 12 de noviembre en el Teatro Pavón. Casi simultáneamente Laura Pinillos la estrena en Barcelona. Ese mismo año se graba un disco con las canciones.

Las Leandras

1932. En los teatros Circo e Iris de Zaragoza, se reestrena “Las Leandras”, esta vez con Blanquita Suárez a la cabeza del cartel.

1933.- Siguen el nuevo formato de gran espectáculo montajes como “Las de Villadiego”, que gira por provincias como lo hacen “La Oca”, de Muñoz Seca, y “La Pipa de oro”, de Paradas, Jiménez y Rosillo. Más títulos del año: “Noches de Cabaret”, otro éxito de la compañía Velasco, que no para, “Las mimosas”, de Muñoz Román y Rosillo, y “Cómo están las mujeres”, de Vera y Luna.

1934.- Se estrenan “La de los ojos blancos” y “Las chicas del Rhin”.

1935.- “Mucho cuidado con Lola”. Se suman a la representación de revistas algunas salas no habituales, El Coliseum (“¡Hip, hip, hurra”) y la Zarzuela (“Siete colores”).

1936.- El 23 de abril, en el Teatro Pavón de Madrid, tiene lugar el último estreno antes de la guerra de una revista musical: “Las tocas”, de la que son autores el que se llamó “triunvirato del éxito”: González Castillo y Muñoz Román del libro y Francisco Alonso de la música.

Celia Gámez "Ya hemos pasao"

1939.- Acabada la guerra y entrada Celia Gámez en Madrid con las tropas vencedoras, la vedette se incorpora a la compañía de operetas y Zarzuelas del empresario y tenor cómico Eladio Cuevas, con la que recorre la España, ya franquista en su totalidad, representado obras como “El conde de Luxemburgo”, “La viuda alegre”, “La casta Susana” y otras operetas de origen alemán. En mayo de 1939 reestrenan en Valencia “La Duquesa de Bel Tabarín”, con la que realizan una gira de gran éxito.

1940.- Comienza el imperio de lo “folklórico”. La censura se recrudece. Celia protagoniza “La cenicienta del Palace”, la primera revista en la que colabora con el joven autor y director Luis Escobar y con el joven maestro Fernando Moraleda, que establecen un nuevo modelo en el género, blanco en su contenido y musicalmente influido por la música más moderna, estadounidense o brasileña, entre otras. En Zaragoza, ciudad revisteril de antiguo, triunfa “Kentaky”, que anuncia en el Variedades a 10 bellezas húngaras en el cuerpo de baile.

1941.- Dos éxitos: “Yola”, de José Luis Sáenz de Heredia y Vázquez Ochando y música de Quintero e Iruste. En el teatro Nuevo de Barcelona, “La chica del topolino”, de Llerena y Llabres, música de Dotras Vila, que establece el modelo de la mujer moderna del nuevo régimen.

1942/43.- Muñoz Román da un carácter nuevo al género con sus figuras femeninas interpretadas por Queta Claver. A destacar el estreno en el Martín de “Si Fausto fuera Faustina”, con Celia en la cabeza de cartel, y “Dª Mariquita de mi corazón”. Comienza la colaboración de los Paso, padre e hijo (o mejor, abuelo y padre, pues hay un hijo posterior que triunfó en el teatro de los años sesenta y setenta), con estrenos como “Una rubia maravillosa” en el Maravillas, con música de Montorio. Se popularizan las obras del maestro Rosillo “Una noche contigo”, en el Fuencarral, y “Una noche en Constantinopla”, en el Calderón. En 1942 llegan a Barcelona los austriacos Arthur Kaps (director), Frank Johan (actor), Herta Frankel (marionetista) y el italiano Gustavo Re (actor), que han formado la compañía Los Vieneses y que durante los primeros años de la guerra han intentado escaquearse de la Alemania Nazi con giras por toda España. Ya en la neutral España montan ese año “Todo por el corazón”, una fina opereta que será su especialidad y que les abrirá las puertas de la revista, el cine y la televisión, en las que alcanzarían gran resonancia.

Si Fausto fuera Faustina

1944.- Tiene lugar un fundamental dentro del género: “Cinco minutos nada menos”, de Muñoz Román y Jacinto Guerrero en el Martín, que se va convirtiendo en el teatro de revista por excelencia de este periodo. Superó las 1000 representaciones y se mantuvo en cartel cuatro años.

1945.- El estreno del año: “Tres días para quererte”.

1946.- Barcelona conoce otro éxito: “Scala 46”.

1947.- Tres obras destacadas: “Róbame una noche”, en el Albéniz, “La estrella de Egipto” en el Alcázar, y en La Latina, “La blanca doble”, que se seguiría montado con profusión y de la que TVE haría una versión televisiva en 1995.

1949.- “Las siete llaves, “Los babilónicos” y “Locura de amor”.

1950.- La revista se divide. Hay revistas espectáculo y comedias musicales. Con la nueva década también menudean las revistas llamadas “fantasías”; “A todo color”, de Fernández Shaw y Parada en el Lope de Vega, “Colorín colorado” en el Madrid. En tono más costumbrista se estrenan “Eres un sol”, “Manolo tiene que ser” y “Las frigoríficas”. Celia sigue triunfando con “La hechicera en palacio”, de Riguel, Ramos, Castro y Padilla, de la que haría famosa la canción “La estudiantina portuguesa” en las más de 1000 representaciones que alcanzó.

1953.- Otro año de muchos y significativos estrenos. A destacar por su éxito “Salud y pesetas”, en el Martín. Primer libreto estrenado por el humorista y novelista Álvaro de la Iglesia: “El corderito verde”, en el Lope de Vega. Otro hito lo marca “Metidos en harina”, de Santos y Morcillo, especialmente porque marca la unión entre los actores Tomás Zori y Fernando Santos, que cuando se unas poco después con Manuel Codeso se convertirán en el trío masculino por excelencia de la revista durante más de 20 años.

Zori y Santos con Lina Morgan

1954.- Gran éxito de “Brindis”, de Fernández Sevilla, Tejedor y Sorozabal en el Lope de Vega. Otra curiosidad: “Ella, el amor y el peluquero”, con libro de Sagi Vela, que supone el debut musical de Alberto Alguero, años después compositor para los más famosos cantantes melódicos, que hasta entonces había colaborado con su padre.

1955.- A destacar en el Apolo de Barcelona “Mujeres y Diosas”, de Ortega, Dolz y Dotras Vila. Y una rareza: “Campanas de Viena”, con testo de Kaps y Johan y música de Algueró padre.

1956.- Otro éxito de Muñoz Román, tan acostumbrado a ellos: “La chacha, Rodríguez y su padre”, en el Martín. Como se ve, la revista adelanta el estilo de titular que heredará la comedia española del destape.

1958.- Se estrena en el Alcázar “Un matraco en Nueva York”, de Muñoz Roman, Guerrero y Alonso.

1960.- La vedette Elder Barber consigue un gran éxito como autora del libreto e intérprete de “Carolina”, con música de Moreno Buendía, que se estrena en el Maravillas.

1964.- En la Zarzuela está “Buenos días amor”, y en el Maravillas, “Ella”, ambas de Rigel, Arozamena y García Segura.

1967.- Muy elogiada la calidad, superior a la media, se escribe, de “Ay, molinera”, con libro del diputado y comediógrafo, pero sobre todo periodista, dueño y director de ABC, Juan Ignacio Luca de Tena. La música la puso el maestro Moraleda.

1970.- Se estrena en el Teatro de la Comedia de Madrid “Castañuela 70”, de los grupos independientes Tábano y Las Madres del Cordero que a partir de una estructura de revista con sketch y canciones pretende una interpretación crítica de la realidad política española. La obra, que es prohibida por la policía en pleno éxito, dará lugar a una posterior corriente de teatro musical moderno. En esta línea destacará el grupo catalán Dagoll Dagom, que desde 1974 estrenarán numerosos espectáculos en catalán y castellano, entre los que tienen especial relevancia “La nit de Sant Joan” (1981), “Glup!!” (1983) o la versión del clásico estadounidense “El Mikado” (1986). En la misma línea se inscribirá “La Reina del Nilo”, escrita por Moncho Alpuente y música original de Alberto Gambino con Ricardo Solfa, Carmen Maura, Wyoming, Guillermo Montesinos y Félix Rotaeta entre los actores.

La nit de sant Joan

1971/73.- Tentación” de los Paso y Montorio en el teatro Madrid, y “Cantando se entiende la gente”, con música del maestro Seguro y libro del dramaturgo Juan José Alonso Millán. Es la época de los cafés cantantes con salas como Fontana o La Boite del Pintor, abastecida por pequeñas obras de autores como los reseñados más arriba y otros. Los setenta es la etapa de parejas con tanto éxito como la que formaron Lina Morgan y Juanito Navarro, descubrimientos como La Maña y una larga lista de vedettes espectaculares entre las que alcanzan gran popularidad Tania Doris, Vichy Lusson o Addy Ventura. En estos años llegarán también a España los primeros musicales modernos estadounidenses, como “Jesucristo Superstar” y otros.

1975.- La noche del 24 al 25 de noviembre, mientras Franco da sus últimos estertores, en el teatro Lara de Madrid se representa “La corte de Faraón”, que había permanecido prohibida durante 36 años.

Los 80.- La revista, ya en plena decadencia, sigue teniendo en cualquier caso un público fijo convirtió en grandes éxitos como “Vaya par de gemelas”, que Lina Morgan estreno en La Latina en 1981 y mantuvo dos años en cartel, o “Un marido de IVA y vuelta”, con la que Tania Doris y Luis Cuenca dieron la vuelta a España en 1987.

Vaya par de gemelas



La revista y su época


Monarquía, Dictadura y dictablanda

A lo largo de las últimas dos décadas del siglo XIX se suceden en los escenarios, cafés y teatros españoles un nutrido repertorio de operetas, zarzuelas, sainetes, espectáculos musicales y de variedades. Las canzonetistas, cupletistas y tonadilleras aún no se han convertido en vedettes de Revista. En el panorama teatral se van imponiendo las coreografías, decorados, vestuarios y las cada vez mejores y más estilizadas chicas del coro. Las suripantas son ahora vedettes o incluso jirls o jirles. Se parodia la actualidad, o bien temas intemporales de "enredo social": adulterio, cuernos, el juego de la ingenua y explosiva. Las obras están escasamente politizadas (o en todo caso son conservadoras) y abundan los tópicos. El espectáculo con visos hollywoodense se superpone a la evasión a la parisiense. Se incrementa el destape y la espectacularidad, al mismo tiempo que disminuye la trama, escasean los libretos y el género se convierte en una simple acumulación de gags, a veces sin hilazón. El género sigue ganando popularidad gracias al humor, el sentimentalismo y el tratamiento que se otorga a los problemas comunes, El teatro frívolo anda bifurcado casi hasta los años treinta bajo múltiples denominaciones: comedia lírica, gacetilla cómico-lírica, revista política, revista de actualidad, revista espectáculo, revista lírica, teatro musical, fantasía y vodevil; modalidades todas en las que la canción ocupa un lugar primordial.

En esta época son abundantes los enfrenamientos entre empresarios y autores. Los primeros desprecian al empresario ocasional, mientras que los segundos persiguen a cualquiera con dinero. Los dueños de las salas se quejan de que han de recurrir al repertorio ya estrenado ante la escasez de obras nuevas o la lentitud de los autores para escribirlas. Empiezan a agruparse los propietarios en cámaras locales y algunos de sus representantes llegaran a destacar públicamente, como en el caso de Pedro Ariño Castarlenas presidente de las salas de music-hall y varietés de Cataluña. Todos se quejan por los impuestos abrumadores: al Estado, al municipio, la contribución industrial, la cooperación al Fondo de Mendicidad e Infancia, sobre papel, luminosos, etc. Al parecer no hay obra que se estrene antes de abonar unas 800 pesetas de la época entre unos gastos y otros (el precio de la butaca es de unas 5 pesetas, equivalente al de un menú decente en un restaurante). Alrededor de 1920 el promedio de permanencia de una obra en Cataluña era de unos tres meses y la taquilla diaria rondaba las 5.000 pesetas.

A pesar de que en Madrid, por ejemplo, sólo existían dos emisoras radiofónicas por aquellos años, la competencia entre teatro y el nuevo aparato, que ya empezaba a tomar todos los hogares, era grande, ya que cada día se retransmitía al menos una obra desde una sala. Desde 1925 la Sociedad de Autores Españoles ha dictaminado que no se podrá radiar una obra completa de las 17,30 a las 24.00, y que los domingos y festivos no se podrían radiar en absoluto. Hace un par de años que la censura, secular institución española, exige la presentación en Gobernación para su revisión y autorización de los libretos y grabados anunciadores de las obras para evitar que constituyan una propaganda inmoral. Se establecen los horarios de bolos para los músicos. La jomada consta de ensayo, sesión de tarde, media hora de intervalo y una segunda sesión (y hasta una tercera). Disponen de dos horas para cenar los días de diario y de una y media los festivos. Un personaje que se relaciona con el género es el agente. Se llaman a sí mismos directores artísticos y a veces trabajan en exclusiva con un sólo teatro, al que proveen todas sus necesidades de reparto. Contratan toda clase de artistas desde variedades y zarzuela a atracciones o boxeo.

El Gobierno ha dictaminado en consejo de ministros una reforma de la contribución industrial y el impuesto sobre espectáculos, que dividen en diversos grados según un criterio más o menos cultural: 1) Conciertos y ópera; 2) Teatro, sainetes y zarzuelas; 3) Circo; 4) Cine y fútbol; 5) Toros, boxeo y peleas de animales; 6) Variedades y music-hall; y 7) Cabarets y salones de baile.

En 1928 empieza a declinar la Dictadura del general Primo de Rivera, que había subido al poder en el 23 con la connivencia del rey Alfonso XIII. El año empieza con la lidia y muerte en plena Gran Vía madrileña de un toro. Hay una proliferación de matadores que hacen historia (Gitanillo de Triana, el Estatuario, Sanluqueño, Marcial Lalanda, El Gallo, Chicuelo, Gallito de Zafra, Nicanor Villalta) y un promedio de media docena de toreros muertos por año, amén de numerosísimas cogidas. Esta ya era una gran época para el nuevo deporte patrio, el arte del balompié: el Atletic madrileño y el Real Madrid serán campeón y subcampeón este año, mientras que al año siguiente el Español vencerá al Madrid. Igualmente destacan las victorias sobre otras selecciones europeas, incluidas las de Francia e Inglaterra, que ya alcanzan una gran repercusión en la prensa. Explosión de un fuerte próximo a Melilla con 50 muertos y más de 250 heridos. De la mano de un armenio florece en Barcelona la trata de blancas: a 300 pesetas si son menores de 20 años y a 200 si sobrepasan esa edad. El 23 de septiembre, durante la representación del sainete Lo mejor del puerto, tiene lugar un terrible incendio en el teatro Novedades de Madrid, que en una hora queda reducido a cenizas. Mueren 67 personas y más de 200 sufren quemaduras de distinto grado.

Margarita Nelken y Victoria Kent ejercen como abogadas en Madrid y publican algunos polémicos trabajos en los que el feminismo y sus debates comienzan a introducirse en España. García Lorca empieza a disfrutar de fama. Bagaría y Xaudaró son los dibujantes del momento en prensa. Antonio Machado consigue un sillón en la Academia. En el Ministerio de la Guerra homenaje a Franco encabezado por Millán Astray. Muere Blasco Ibañez. Primer intento del repoblación piscícola del Manzanares con alevines de trucha. Una de las pioneras de los derechos de la mujer en España, Concha Peña, abogada y licenciada en Filosofía, continúa defendiendo en conferencias públicas el divorcio, tarea a la que se unen otras escritoras, como la canaria Mercedes Pinto. Fernández Florez, Alberto Insúa, Gabriel Miró, Gómez de la Sema, Julio Camba publican libros de éxito en este año. Se prohíbe por inmoral el Curso de Eugenesia de la Facultad de Medicina de Madrid.

A estas alturas de 1928 la Revista es ya un espectáculo de éxito popular y ese año se estrenarán entre otras obras: ¡Chin! ¡Chin! Y Eureka en el Alkazar; ¡Abajo las coquetas! en el Eslava; El país de la revista, La perla del amor y Las verbeneras en el Chueca; Las chicas de La Latina, La morería, Don Amancio el generoso y ¡Goal! en La Latina; La chula de Pontevedra, El último romántico, Los flamencos en el Apolo; La manola del Portillo y La princesa del circo en el Pavón; El Raja de Cochín y El viajante en cueros en el Romea; Los faroles en el Martín y La orgía dorada en el Price. En Barcelona, con menos actividad que en la capital, se estrenan Kosmópolis en el Olimpia, y en el Talia, que debía tener querencia erótico-histórica Ku-Klux-Klan y Robespierre. Se ha clausurado provisionalmente el popular Teatro Cómico, que con las 500 representaciones de Kiss-me acababa de batir el récord de representaciones revisteriles en el Paralelo barcelonés. En Catalunya se desarrolla una revista de “escabrosa mundanidad”, calificada por la crítica como “boulevardière”, y que reúne, dicen, la gracia francesa y la salsa catalana en abundantes vodeviles.

En el campo literario y cinematográfico también hay curiosas prohibiciones: la película La última orden, con Emil Jannings, y la comedia Para el cielo y las altares de Benavente. En este año se producen unas 50 películas nacionales (cine y teatro están muy igualados) entre las que cabe citar: El médico a palos. El orgullo de Albacete, La hermana San Sulpicio, Los misterios de la imperial Toledo, Pepita Jiménez, Rejas y votos, Sortilegio, Viva Madrid que es mi pueblo; como se puede comprobar, géneros y títulos que retomaría el cine franquista de postguerra con profusión.

En 1930 se estrenan dos de los clásicos de nuestro cine: La aldea maldita, de Florián Rey, y Zalacaín el aventurero, la novela de Baroja llevada al cine por Juan de Orduña. Impera la moda de películas como Nionga donde "todos los personajes son salvajes auténticos del Congo belga" y en la que se enseña "todo lo que pueda interesarnos acerca de aquellas desgraciadas gentes", según la publicidad de la época.

Llega a Madrid el Circo Krone (5 pistas, 700 animales, 7 trenes, 2.000 artistas) y su director acompañado de una pantera amaestrada es recibido por el Ministro de Gobernación. El general Sanjurjo pasa a dirigir la Guardia Civil y Franco se convierte en director de la Academia General Militar de Zaragoza. Unamuno, Ortega y Gasset y Marañón son algunas de las glorias de la intelectualidad española. Mueren María Guerrero y Luis Esteso, eximios actores, y triunfan en escena Margarita Xirgú, que lleva a escena varias obras de Lorca, Loreto Prado, Carmen Díaz, Lola Membrives, entre las actrices, y entre ellos el famosísimo Enrique Rambal, Pepe Isbert, entonces incluso joven, Miguel Ligero, Antonio Vico, Rafael Calvo. Se estrenan obras de autores teatrales de moda como Linares Rivas, Paso, Estremera, Muñoz Seca, los Quintero, Luca de Tena, Suárez de Deza, Sassone, Benavente, Arniches, además de versiones de obras importantes como Hamlet, La dama del mar o Cándida, de Bernard Shaw, entonces autor de moda. El plantel femenino de cantantes está encabezado por Pastora Imperio, Imperio Argentina, La Goya, Conchita Piquer, La Argentinita, Raquel Meller, Custodia Romero. Algunos músicos e intérpretes: Pau Casals, Manuel de Falla, Sagi-Vela, Fleta.

En la actualidad internacional, y por primera vez, una mujer, Amelia Earhart, cruza el Atlántico en solitario sólo un año después de la proeza de Lindberg. Tiene lugar un grave atentado contra el rey Víctor Manuel de Italia. En Méjico el presidente electo Obregón es asesinado a tiros. Hundimiento de un submarino francés y un transatlántico alemán con varios centenares de personas. Los científicos continúan esperando la respuesta a las señales enviadas a Marte en un intento de comprobar si existen los marcianos. Desaparecen dos aviones en pleno vuelo, uno en el Atlántico y otro en el Canal de la Mancha. León Trosky es expulsado de la URSS. En Cuba sube al poder el dictador Machado. En Viena un grupo racista al que había pertenecido Hitler encabeza manifestaciones violentas; en 1929 ya ha crecido la implantación de su doctrina y cuenta con el apoyo de Krupp, el dueño del carbón alemán, y los herederos del Kaiser. En un pueblo próximo a Londres son quemadas por brujas una madre y una hija. Se produce el crac del 29, con el hundimiento de la economía en Estados Unidos (14 millones de parados). El Gobierno alemán, agobiado por las reparaciones del tratado de Versalles, clausura tras una bancarrota todos los bancos del país (6 millones de parados). Mussolini cumple ocho años en el poder.

El impacto del cine americano es extraordinario en España y todo el mundo, gracias a la espectacularidad asombrosa de Cecil B. de Mille y al éxito de grandes actores como Chaplin. Gloria Swanson, Mary Pickford, Pola Negri o Greta Garbo son las actrices extranjeras que hacen estragos. Entre los caballeros: Doudas Fairbanks. Adolphe Menjou o Ramón Navarro, que hereda el lugar del recién fallecido Rodolfo Valentino, entre los guapos, y Lon Chaney, Buster Keaton, Harold Lloyd, Jackie Coogan en otras lides. Las revistas repiten sus rostros, hablan de su ropa, de lo que comen, con quien se casan... Son tan populares que hasta las publicaciones infantiles editan almanaques cinematográficos. También triunfan estrellas de habla española como Lupe Tovar, Rosita Moreno, Dolores del Rio, María Alba o Carmen Larrabeiti. De la América de arriba proceden también todos los bailes de moda en la época: foxtrots, bostons, yale. Ya hay allí cerca de 35 millones de automóviles, mientras que en toda Europa no llegan a 4 millones.

Volviendo a lo que sucede en España, en mayo de aquel 1929 se hace un primer intento de sustituir las propinas por un recargo en factura. Tras el caos subsiguiente la medida fracasa. Está construyéndose la Ciudad Universitaria de Madrid, pero no con dinero público sino con aportaciones de particulares. Se ratifica con vigor una ley del año anterior contra la pornografía, que es duramente perseguida. Primo de Rivera con su decreto de Ley Universitaria y el destierro del principal dirigente estudiantil da los primeros pasos hacia su caída. Solo 600 de las 9.000 poblaciones españolas tienen teléfono cuando se inaugura la Telefónica. Es la época de las "perras gordas" (una entrada al cine, una buena propina) y las "perras chicas" (un recorrido en tranvía o metro, o un periódico), y aparece el primer billete de 50 pts. Inauguración de las exposiciones universales de Sevilla y Barcelona. A pesar de que es un buen año para la economía, ya que los presupuestos de guerra se han reducido, la oposición al Gobierno de la Unión Patriótica ha crecido considerablemente.

Los españoles, eternos descontentos, ya comentan por esos tiempos que el teatro cantado había conocido tiempos mejores, e incluso que había muerto. Aún así hay críticos como el del Heraldo de Aragón que opinan que en las obras han aumentado los "disparates audaces de situación y escabrosos de lenguaje". Sea como sea, continúan los estrenos arrevistados: Las maravillosas, el mantón español, América Fragante, ¡Oiga, oiga!, Por si las moscas (interpretada por Celia Gámez, que ya destaca como gran vedette), Arriba y abajo, Cha-cha-chá. Se calcula que, a pesar de la crisis, en un Madrid con apenas un millón de habitantes, de los que menos de la tercera parte eran madrileños de nacimiento, "existían 12.000 localidades permanentemente disponibles para presenciar teatro cantado" (Historia de Madrid, de Bravo Morata). Las vedettes y vicetiples eran muy populares y resulta habitual que, a la llegada de una compañía a cualquier ciudad, la prensa local publicará numerosas referencias, incluida la del hotel donde se alojaban. Lo normal era que las obras se estrenaran durante el invierno en Madrid o Barcelona y que con la llegada de los calores emigraran a provincias en agotadoras giras.

Con el inicio de 1930 presenta la dimisión el gabinete de Primo de Rivera. Los principales responsables de la presión sobre el dictador son hombres de letras, mientras que los trabajadores y sus líderes, especialmente en la UGT, mantenían un contradictorio pacto con la Dictadura. El general Bazán, Director General de Seguridad, dirige un informe al nuevo jefe de Gobierno del general Berenguer, que tras la dictadura estricta de Primo de Rivera había encabezado lo que se llamó “dictablanda”: “La actuación socialista durante los seis últimos años ha sido francamente gubernamental. La legislación obrera, y más especialmente la creación de los Comités Paritarios, ha sido causa determinante de que, pese a la enorme crisis de trabajo, los obreros afiliados al socialismo hayan resistido insinuaciones y gestiones, y se hayan negado sus jefes en repetidas ocasiones a cooperar en los movimientos de revuelta y agitación política para los que muchas veces fueron requeridos”.

La mayor representación socialista está en Madrid (90,000 afiliados), Vizcaya (35,000) y Asturias (60.000), entre el P.S. y la UGT. El comunismo era ilegal, y el informe consideraba que la CNT y FAI eran los más numerosos, con especial implantación en Cataluña (200.000), Valencia (45.000), Zaragoza (45.000) y Asturias (60.000), aunque con muchos afiliados, los sindicatos anarquistas carecían de organización y disciplina. Sólo un 5% de los obreros son asalariados. Mola pasa a ocupar el puesto de Direcgtor General, de Seguridad, se libera a los presos militares y estudiantiles, se aprueba el estatuto de la FUE, se rehabilita a Unamuno, Ortega y Gaset, Jiménez de Asúa, Fernando de los Ríos y otros intelectuales que se habían caracterizado por su lucha por la República, pero se mantiene la prohibición de manifestaciones el uno de mayo. Se agudiza el problema catalán y sigue creciendo el número de analfabetos totales, que superan el 45%.

Pero la gente continúa hablando más del guardameta Zamora que de las elecciones. Una de las noticias habituales en la prensa es la gran cantidad de socavones y hundimientos de viviendas que se producen, lo que ocasiona numerosas víctimas. En Madrid hay 150 iglesias, 162 conventos, 34 cines (muchos de temporada), 22 teatros y 3 institutos de enseñanza. Se trata además de una de las ciudades más caras de España.

Se inaugura un nuevo teatro, el Metropolitano, en el que tienen cabida algunas revistas como ¡Adelante señores, pasen ustedes! de Muñoz Seca y Pérez Fdez. En el Romea, Colibrí y Me acuesto a los ocho. En el Chueca La ley seca y La mujer de bandera. En el Eslava Las pantorrillas y Las guapas. En el Maravillas La pandilla. Abunda en todos los géneros teatrales la sátira política tras la caída de Primo de Rivera, pero también se observa un decaimiento del teatro musical. En 1931 se estrena Buenos Aires en Madrid en Madrid en la Zarzuela; reestreno en el Pavón de Me acuesto a los ocho, esta vez con Celia Gámez, y El pájaro rojo en el Maravillas. Las vedettes de moda son las hermanas Pinillos, Liana Gracián, Paquita Garzón, Magda de Bries, La Yankee y Celia Gámez. Ellos se llaman Alady, Lepe, Bretaño, Barcenas, Heredia, Requena, López Somoza.




República

El nuevo Gobierno de Berenguer sólo pretende mantener la monarquía mientras crece el clamor popular en favor de elecciones, una nueva constitución y el advenimiento de la República. Desde finales de 1930 se producen alteraciones del orden en toda la geografía española: manifestaciones, huelgas, detenciones, cierre de la Universidad, se cierra el Ateneo de Madrid y se detiene a su junta directiva (Marañón, Pérez de Ayala...). Se firma el manifiesto por La República y se sublevan los militares progresistas, primero la guarnición militar en Jaca y posteriormente el aeródromo militar de Cuatro Vientos, donde se destacan Queipo de Llano y Ramón Franco, a favor de la República. Al gabinete de Berenguer le sucede el de Aznar durante unos meses, mientras os bandos se decantan en contra o a favor del rey. Y así se llega al 12 de abril de 1931. Mientras se inaugura la Copa de España de Fútbol, la gente acude a las urnas para unas elecciones municipales que acabarán por decidir el futuro del país, que, por aplastante mayoría, será republicano, al menos por unos años.

La realidad española está poblada de crímenes truculentos, y en su mayoría pasionales, redadas policiales unas veces de personas (chorizos, gente de malvivir, mendigos) y otras de máquinas tragaperras, que ya entonces arruinaban a muchos. Es la época de las cocinas económicas de carbón, leña o serrín. Las mujeres lucen bucles y la última moda es la ondulación permanente. El caos circulatorio y el alto índice de mortalidad (la palma se la llevan la tuberculosis, enfermedades del corazón, la gripe, la cirrosis, el cáncer, el tifus y la meningitis) también están a la orden del día. La socarronería y la desconfianza priman en el ánimo popular. Se inaugura el aeropuerto de Barajas el 30 de abril.

El 1 de mayo se difunde la pastoral pro-monárquica del primado de la iglesia española cardenal Segura. El 10 de mayo hay una reunión de destacados monárquicos en Madrid que termina con enfrentamientos. El 11 arden cerca de una docena de conventos en Madrid, y a continuación en otras provincias. El Gobierno de la República restaura aparentemente el orden a costa de la lealtad de la izquierda. Alcalá-Zamora presidente de la República, Azaña presidente del Consejo de Ministros. Posteriormente se disuelve la Compañía de Jesús. Creación de los guardias de asalto. Sanjurjo director de la Guardia Civil. Primer desfile municipal sin soldados. Se multiplica exponencialmente el número de escuelas públicas. No se castigará el aborto a menos que suponga muerte de la mujer. Al año siguiente se aprobara el Estatuto de Catalunya, ya en trámite los de País Vasco y Galicia. Libertad de confesión religiosa. Ley de divorcio y matrimonio civil. Se hace popular una letrilla al respecto:

La ley esa del divorcio
tiene para mí un inconveniente
y es que dentro de unos años
todos seremos parientes.

Hitler sigue en Alemania su carrera imparable: queda segundo por poco margen en las elecciones de 1932, para ser nombrado canciller posteriormente. En las elecciones fraudulentas de noviembre de 1933 consigue el 98% de los votos. Poco después atajará por la fuerza la sedición en las SS y amenaza con poner a más de 5 millones de hombres en pie de guerra. Por primera vez en 81 años de aislamiento entre la Santa Sede y el Gobierno de Italia, Mussolini y el Papa se entrevistan. Guerra chino-japonesa, batalla de Shangai. Juegos olímpicos de Los Ángeles. Secuestro del hijo de Lindberg. El dictador Machado fusila 200 estudiantes en Cuba; en 1934 le sucederá Fulgencio Batista. Se firma el Pacto de los Cuatro entre Alemania, Francia, Inglaterra e Italia. Dillinger, el bandido más famoso de EE.UU, muere acribillado. Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia. Rusia ingresa en la Sociedad de Naciones.

En España, baja el precio de la carne y sube el del café, el tabaco y el alcohol. Incendio en el palacio de la Música y desplome del ascensor de la Red de San Luis. Al hilo de la libertad que ha traído la República se extreman las ideas políticas, y las simpatías por unos u otros se dejan sentir en el teatro, los ruedos, la prensa, y en cada manifestación cotidiana.  La vida y costumbres españolas evolucionan sensiblemente por la influencia del cine americano. Los ilustradores de moda son Penagos, Bartolozzi y Picó. Las señoras se siguen suicidando junto a la tumba de Valentino. El cine es, prácticamente en su totalidad, sonoro, y siguen aumentando las salas, que cada vez gozan de decoraciones más aparatosas. Por contra, el teatro pierde espectadores por esta competencia y por el incremento del precio de las butacas. Se extiende la fiebre del yo-yó.

En provincias como Zaragoza, Sevilla, Bilbao o Valencia, a más de en Madrid y Barcelona los años 30 son también pródigos en problemas sociales, huelgas con saldo de vidas humanas, deportaciones y confinamientos. Proliferan los atropellos varios y los atracos a estancos, tiendas, juzgados, universidades y hasta locales de UGT. Hay bombas y cohetes, registros, manifestaciones, estafas, suicidios y algún secuestro. A las huelgas violentas de estudiantes se suman las de los obreros de la industria ferroviaria, los curtidos, los empleados de oficinas y banca, los dependientes de comercio, la industria alimentaria, construcción, tranviarios y taxistas. Estas huelgas suele iniciarlas la CNT y en ocasiones se suma posteriormente la UGT. En julio de 1932 Lerroux pronunciará en Zaragoza un discurso comentado en toda España. Se producen numerosas detenciones antes de su llegada y, como resultado de la huelga que las sigue, los comensales se ven obligados a servirse a sí mismos en la cena en honor del político. En esta misma ciudad sólo hubo un día, el 5 de noviembre, en que no se tramitara ninguna denuncia.

Se suceden asesinatos de izquierdistas por la Guardia Civil y de guardias civiles por extremistas de izquierda. Es destituido Sanjurjo. Se detiene a numerosos pistoleros a sueldo encargados de atentar contra los miembros del Gobierno. En agosto del 1932, Sanjurjo y otros militares se sublevan sin éxito. Estatuto de Cataluña: triunfo de Esquerra. En el nuevo Código Penal no figura la pena de muerte ni la cadena perpetua. Crece la mendicidad y se instaura el alquiler de niños, Asesinato de Hildegart por su madre, en un crimen que sacude a la población y que en los años 70 dará lugar a una película de Fernando Fernán Gómez. Juan March, la fortuna más importante de España hecha con el contrabando, se fuga de la cárcel en la que está detenido. Cuatro años después será la principal fuente de financiación del golpe militar.

En 1933 se estrenarán los autobuses de dos pisos. Huelga de la construcción y de los estudiantes de Medicina. Menudean, en vísperas de elecciones, los asaltos, asesinatos, tiroteos y manifestaciones. En los comicios municipales de abril votan por primera vez las mujeres en medio de auge considerable de su papel público. Triunfo socialista en Madrid en las elecciones de noviembre, en el resto de España triunfan las derechas con especial significación de la CEDA de Gil-Robles. Se estrena en la Zarzuela la revista Fu-Man-Chu y la industria del cine sigue ganando terreno. Surgen la moneda perforada de 25 céntimos y la nueva peseta. Numerosos asaltos anaco-sindicalistas a cuarteles de Madrid y Barcelona. Sucesos de Casas Viejas donde mueren 19 personas. Empieza a intervenir en política José Antonio Primo de Rivera y publica su revista El Fascio. Acto fundacional de Falange y entrevista José Antonio-Mussolini. En marzo de 1934 Mussolini firmará un pacto con la ultraderecha española para derrocar a la República, Detención del anarquista Durruti. La CNT convoca huelga general nacional que no secunda la UGT. En enfrentamientos entre estudiantes fascistas y de la FUE (sindicato estudiantil de izquierdas) hay 8 muertos y más de 40 heridos. Violencia también en el juicio contra Sanjurjo por su sublevación. Tras las elecciones se forma un nuevo gabinete presidido por Lerroux (republicanos radicales) que, tras entrevistarse con Gil-Robles, prefiere pactar con los derechistas de la CEDA que con los izquierdistas de Azaña o Largo Caballero. En palabras de Bravo Morata en su Historia de Madrid: “Hay una República de izquierdas y una República de derechas, y en el turno de gobernación del país, la una y la otra se dedican a destejer casi todo lo que la otra o la una tejieron poco antes”.

Con el cambio reaccionario consecuencia de los resultados de las elecciones de 1933, que gana la derecha y que dará lugar al llamado bienio negro, se proclama una famosa ley llamada De Malos y Vagueantes, que se prolongará hasta bien avanzado el franquismo. Para acabar con la mendicidad se detiene a más de 600 personas solo en Madrid y se prohíbe la venta ambulante. En septiembre se disuelven las Cortes. Nuevo reglamento de la Guardia Civil. Nuevas disposiciones sobre la ley previa de expropiación de terratenientes. Surge la botella de butano, mientras la prensa se hace eco del caos por obras y tráfico en la capital. Empieza a desaparecer el sombrero en las señoras y los caballeros. Autogiro de la Cierva. Multa gubernativa de 5.000 pesetas a Radio España por emitir noticias prohibidas.

En febrero de 1934 Falange Española se fusiona con las Juntas Obreras Nacional Sindicalistas. Auge del movimiento monárquico impulsado por los aires reaccionarios que impone el Gobierno. Frecuentes tiroteos, huelgas de la construcción, artes gráficas, metalúrgicos. Tras una concentración agraria se declara una huelga general violenta con 6 muertos, 18 heridos y 300 detenidos. Menudean las muertes de estudiantes, obreros, sindicalistas y políticos.

Alcalá Galiano da una imagen muy gráfica en ABC de lo que las derechas consideraban males propios de esos años: “¡Qué espectáculo el de nuestras calles y avenidas! Gentes descamisadas o medio desnudas que convierten nuestra capital en una aldea. Legiones de mendigos exhibiendo sus miserias y niños que persiguen a los transeúntes con el sonsonete de un disco aprendido. Gitanas sucias que rodean bares y cafés, impidiendo que ningún ciudadano pueda tomar tranquilamente su refresco... En medio de las aceras nutridos grupos de mirones atascan la circulación alrededor de esos vendedores ambulantes parecidos a los de una feria de un pueblo. A la entrada de los hoteles, pintorescos ejemplares de la golfería asaltan a los viajeros, sin duda para fomentar la atracción del turismo… Actualmente Madrid es la ciudad más ruidosa de Europa, quizás del mundo. El transeúnte madrileño tiene un curioso concepto del amor propio: cree que retirarse o dejar paso a un coche es una humillación”.

Para que las señorías no griten desde sus escaños se les facilitan micrófonos de solapa. Para protestar por una disposición que prohibía el claxon de los coches después de las doce se produce una manifestación de miles de bocinas a esa hora. Se inaugura la primera cafetería a la americana y con climatización en la Gran Vía: “De Cine”. Muere Ramón y Cajal. Desembarco en Ifni que se considera un éxito de la política republicana. La Guardia Civil mata a un legendario bandolero de la serranía de Ronda, el Pasos Largos. La crónica de sucesos es pródiga en historias esotéricas y macabras: el duende de Zaragoza; la sombra paseante de Hospitalet; en una embarcación a la deriva aparece el cadáver de un hombre descuartizado, abundantes crímenes pasionales. Una famosa estrella de varietés es asesinada por su amante que se suicida después. Se retira de la Puerta de Alcalá la lápida conmemorativa de los capitanes sublevados en Jaca.

Algunas películas de éxito en ese momento son El negro que tenía el alma blanca, Los crímenes del museo, Tarzán y su compañera, Luces de Buenos Aires, La vida privada de Enrique VIII, La calle 42 o El caserón de las sombras. En los teatros triunfan los Quintero, Benavente, Arniches, Serrano Anguita, Pemán… Se estrenan Yerma, de Lorca, La sirena varada, de Casona, Margarita y los hombres, de Neville, y Angelina o el honor de un brigadier, de Jardiel. Estas son algunas de las revistas de la temporada: Soy un sinvergüenza, Las Vampiresas, La de los ojos en blanco. Apoteósico triunfo de España sobre Portugal en fútbol: 9-0.

La CEDA propone sustituir a los obreros en huelga por afiliados suyos que trabajarán gratis. Se empieza a producir un acercamiento entre Acción Popular (muy especialmente por parte de las juventudes cedistas) y Falange. Nuevo Gobierno presidido por Lerroux, que restablece la pena de muerte, declara la alerta en todo el país y firma una ley de amnistía favorable a los sublevados contra la República. Estamos en pleno bienio negro. A los dos meses, estallan varias bombas, se suceden las huelgas que paralizan la vida pública. Queda en libertad el general Sanjurjo y Samper será responsable de Estado. El paro ha aumentado notablemente hasta alcanzar a 700.000 obreros en el país. Franco asciende a general de división y el ministro de la Guerra le retiene como asesor especial. Más tarde le encargará dirigir la lucha contra la rebelión asturiana. Se prohíbe el uso de emblemas y uniformes así como las excursiones en grupos los días festivos tras unos incidentes con muertos entre falangistas y socialistas. Destrucción de una exposición anti-fascista en el Ateneo de Madrid. En otros incidentes mueren vanos jóvenes comunistas. Se presiente ya el enfrentamiento que tendrá lugar antes de transcurridos dos años.

En 1934 hay más de una veintena de partidos representados en las Cortes. Al mismo tiempo, los diputados vascos amenazan con perseguir la independencia y lo mismo hacen los catalanes, Al poco de tomar posesión el Gobierno Lerroux estalla la llamada "revolución de octubre de 1934". Abundan los tiroteos en Madrid, en los que participan niños y viejecitas, con el resultado de numerosos muertos. Mientras que en Asturias se produce una sublevación de mineros anarquistas y socialistas, en Cataluña se trata de la declaración de una República Federal por parte de la Generalitat. Azaña, de manera fortuita y equivocada, se ve señalado como jefe de la revuelta. 30.000 asturianos en armas se enfrentan por primera vez a Franco que, desde Madrid, dirige el ataque. La contienda en Asturias se cerrará con más de 3.000 muertos.

El Gobierno, prácticamente inexistente, discute acerca de los consejos de guerra y posibles indultos para los implicados, mientras toma disposiciones oficiales de carácter represivo. Entretanto se producen ejecuciones de detenidos y es asesinado un periodista por acusar a la Legión de brutalidades en Asturias. En la reapertura de las Cortes tras los terribles sucesos faltan numerosos diputados de izquierda, detenidos o huidos al extranjero, mientras que J. A. Primo de Rivera rinde homenaje al Gobierno por su actuación. Se suceden algunos incidentes y dimisiones en el Parlamento y una orden de Gobernación da nuevas competencias a la Guardia Civil. Se suceden los suplicatorios para procesar a miembros del Gabinete como Azaña o Indalecio Prieto. Se piden 23 penas de muerte.

Falange queda registrada como asociación política y se crea el Bloque Nacional (monárquicos con Calvo Sotelo al frente y la incorporación de Jacinto Benavente). Entre las disposiciones legislativas reaccionarias más destacadas de 1934 se suprime la coeducación y se prohíbe a los militares la pertenencia a partidos políticos. Aparece el periódico Ya, que incrementa la nutrida prensa de derechas. Se hunde el Viaducto y el Ayuntamiento de Madrid promueve durante unos días una curiosa medida: elimina todas las señales y semáforos para ver si, a la desesperada, se organiza el tráfico en la capital por sí mismo. Una epidemia de gripe acaba con cientos de madrileños. En la construcción se registra un nivel de paro que dobla prácticamente al de empleo. Se suceden los suicidios y crímenes pasionales, y el Puente de Vallecas es ya una de las barriadas de extrarradio más mísera y abandonada.

Ya estamos en 1935. Dos travestís de éxito en los escenarios: Mirco y Antonio Alonso. Espectáculo de Ramper y Conchita Piquer. Es derribado el teatro Romea. El Price conoce una época de esplendor como circo con Pompoff, Teddy, Nabucodonosorcito y Zampabollos. Muere Carlos Gardel en accidente aéreo en Colombia. El cine sigue creciendo imparablemente, como registra el número de estrenos extranjeros y nacionales: La hermana San Sulpicio, Morena Clara y Rosario la Cortijera entre las españolas, y La Reina Cristina de Suecia, La dama de las camelias, Tres lanceros bengalies y Los Miserables entre las llegadas de fuera. Las Revistas del año son Las ansiosas, Variedades, Las inolvidables, Hip, hip, hurra y Las de armas tomar. Otros estrenos teatrales: Martes y 13, de los Quintero, Lo que Dios no perdona y En el nombre del padre, ambas de Marquina, Los nietos del Cid, de Serrano Anguita, una nueva versión de Bodas de sangre, de Lorca, y Un negocio excelente, de Maura.

En las nuevas elecciones en Alemania,  Hitler consigue permanecer en el poder con una gran mayoría de votos. Italia agrede a Abisinia y en Grecia se declara una cruenta revolución. Eduardo VIII rey de Inglaterra tras la muerte de Jorge V. En Madrid se producen atentados contra dos diarios progresistas El Heraldo y El Liberal. Continúan los enfrentamientos entre falangistas y comunistas o socialistas, y de estos con la policía. Se producen graves fricciones en Falange entre Ramiro Ledesma y José Antonio. A finales de año el partido filo fascista contará con más de 25.000 afiliados, incluidos los miembros del SEU, y tendrán dos nuevas publicaciones: Haz y Arriba. Fuerzas falangistas asaltan los almacenes SEPU en la Gran Vía madrileña por considerarla una empresa semita. El Gobierno Lerroux condecora a Franco y le nombra comandante en jefe de las fuerzas militares de Marruecos. Casi 800.000 parados registrados en todo el país. La concesión de 20 indultos a los condenados por los sucesos de octubre del 34, desgarra nuevamente al Gobierno en el mes de abril. Apenas un mes después se forma un nuevo gabinete, presidido todavía por Lerroux y en el que el 70% de los ministros es de filiación derechista. Gil Robles es nombrado Ministro de la Guerra y se aprueba una contra reforma de la ley de expropiación agraria que propugnó la República del 14 de abril.

Aún habrá tres reorganizaciones de Gobierno más antes de que termine el año: en octubre, noviembre y la última el 30 de diciembre. Se han suspendido las transferencias y facultades concedidas al parlamento catalán, como también se suprimirá el recién declarado estatuto. Se avecinan las elecciones de febrero de 1936 cuando se autoriza la reaparición de Mundo Obrero, órgano del PCE cerrado por el Gobierno derechista, y se levanta la censura de prensa. No obstante, la derecha es muy poderosa y el mismo Gil Robles ha amenazado públicamente con que se hará con el poder por el camino que sea, Falange declara Frente Nacional 19 provincias españolas y se suceden los ataques con victimas a afiliados cenetistas, comunistas y socialistas. El 15 de enero se forma el Frente Popular: Izquierda Republicana, Unión Republicana, Partido Socialista, Partido Comunista, UGT, Partido Federal y Partido Obrero de Unificación Marxista. Se registran los primeros enfrentamientos entre FAI-CNT y UGT. Solidaridad obrera, órgano de los anarquistas, propugna la abstención, lo que le hace perder afiliados que se pasarán a las filas socialistas. La derecha republicana pretende un compromiso electoral con los monárquicos de Calvo Sotelo que tiene como resultado escisiones en el Bloque Nacional al salir Maura y otros. Entre tanto, algunos jornales no alcanzan las dos pesetas diarias, el paro sigue creciendo y en la prensa aparecen con frecuencia noticias de muertes por inanición y suicidios de familias enteras rendidas por el hambre, el desahucio y la miseria más absoluta. La tuberculosis (unos 30.000 muertos al año) sigue haciendo estragos. Se continúa desterrando y encarcelando a los defensores de la libertad, y para dar cabida a los detenidos se habilitan hasta conventos. "Reexpedición” al lugar de origen, cuando no detención, de los mendigos que aumentan en las calles.

 Currito de la Cruz, La hija del penal y La bien pagada son algunos de los títulos destacados del cine nacional. El cine americano seguirá imponiéndose con obras como Sombrero de copa, La llamada de la selva o La simpática huerfanita. En la cartelera teatral de la primera mitad de 1936 se percibe ya la dramática importancia que ha tomado la política, y se estrenan obras de tema enfrentado: Lenin o La canción de Riego por un lado y El diablo rojo, por otro, son títulos que sirven para señalar el ambiente existente. Muchas salas están más tiempo destinadas a los mítines y conferencias que a las representaciones teatrales. Todo ello expresa una crispación que llega incluso a los escenarios más frívolos. En una revista del Pavón se produce un altercado con un grupo de jóvenes que gritan “¡Viva España católica!” ante la ligereza de ropa en las artistas. La gran vedette Laura Pinillos les hace frente desde el escenario y el público reclama que se repita el número interrumpido, abucheando a los alborotadores, algunos de los cuales son detenidos por la policía. Menudean este tipo de reacciones en los teatros según las inclinaciones políticas de los asistentes. Manuel de Falla es el músico más consagrado. Muere Valle-Inclán en Santiago. Destacados intelectuales republicanos de la época son Claudio Sánchez-Albornoz y Salvador de Madariaga.

Finalmente, las elecciones de febrero dan el triunfo al Frente Popular y el suceso es reconocido incluso por la prensa derechista. La candidatura más votada de las frentistas resulta ser, no obstante, la de Azaña, con más votos que el principal líder de la izquierda, Largo Caballero, y por supuesto que el líder derechista Gil Robles. Es curioso señalar que el representante comunista, José Díaz, aventaja al falangista Giménez Caballero, que resulta el último por votos en la lista del Frente Nacional Anti-Revolucionario. Aún así, no habrá ningún representante comunista en el Gobierno. Hay quienes sostienen que el triunfo de la izquierda se debe a que muchos cenetistas han secundado individualmente la candidatura republicana, pese a la inicial recomendación de abstención de la Confederación libertaria. En cualquier caso, no se trata de un triunfo espectacular y la oposición en la calle y la Cámara al nuevo Gobierno del Frente Popular será encarnizada.

La derecha demuestra desde el primer momento que no se resigna a la derrota. El Jefe del Estado Mayor Central (Franco) habla con los responsables de la Guardia Civil primero y del Ministerio de la Guerra después para solicitar el estado de guerra. Mientras tanto, la gente está en la calle celebrando el triunfo izquierdista y exigiendo con urgencia el cumplimiento de las promesas electorales. En ciertos puntos se reproducen aisladamente liberaciones de presos, quemas de conventos y escenas de revanchismo. Las primeras disposiciones firmadas por Azaña y Alcalá Zamora pondrán en la calle a todos los condenados en octubre del 34 en Asturias, Cataluña y Madrid. A las 48 horas de tomar el poder el Gobierno restituye el estatuto catalán y devuelve las alcaldías a los ganadores en abril del 31, que habían sido destituidos, así como ordena el cese de Franco y Goded. La Iglesia sigue percibiendo dinero del estado.

Se instaurará la jornada de 48 horas en la siderometalurgia. Se registran atentados contra Largo Caballero y el socialista Jiménez de Asúa por parte de falangistas. Se detiene a varios responsables, incluidos Primo de Rivera, Ruiz de Alda y Fernández Cuesta. Han comenzado también las batallas parlamentarias en las que las derechas, y especialmente Calvo Sotelo, se distinguirán por su encorada oposición. Se suceden las destituciones entre los responsables militares y de la Guardia Civil. Unificación de las Juventudes Socialistas y Comunistas. Después de graves disturbios en diversos puntos del país con motivo de la celebración del triunfo de la República en abril de 1931, se forma el segundo Gobierno del Frente Popular (sin socialistas ni comunistas) en el mes de mayo, y Azaña asciende de Presidente del Consejo a Presidente de la República. Clausura de los locales de FE y detención de más cincuenta falangistas, incluido José Antonio, en menos de tres meses.

Se registran asesinatos de diputados en Málaga y Madrid, obra en unos casos de fascistas y en otros de cenetistas, que han pasado a la ofensiva contra el Gobierno, a veces con ayuda de las huelgas y otras directamente de las armas. En aquella España de los meses previos al 18 de julio de 1936 hay dos Españas claramente definidas, izquierdas y derechas, pero, además, no son bloques unidos, sino que se dan mil opiniones enfrentadas dentro de cada ámbito. Se prepara la rebelión militar. Ya desde el mes de marzo, antes de las elecciones, la conspiración promovida por Sanjurjo y dirigida por Mola está en marcha. Existe ya coordinación entre Norte, Centro y Sur, se cuenta con Goded en Cataluña y Baleares, y Ramón Serrano Súñer será el responsable de conectar en Canarias con Franco. El general Kindelán, figura máxima de la aviación, se incorporará y surgirá el proyecto Dragón Rapide para trasladar a Franco al norte de África y ponerle al frente de los contingentes de la zona (unos 30,000 hombres). Previamente ha muerto de manera poco clara, (un supuesto disparo fortuito de su arma) el gobernador militar de Canarias, el general Amado Balmes. Esta muerte resultará tan providencial para Franco como lo será cuatro días después la de Sanjurjo en un accidente de aviación. Kindelán será quién proponga la elección de Franco como mando supremo y generalísimo.



Guerra civil

Aunque Mola está en Pamplona y Sanjurjo en Estoril, el objetivo principal de la sublevación militar es Madrid. Sanjurjo en sus instrucciones lo dejaba claro: “La capital de la nación ejerce en nuestra Patria una influencia decisiva sobre el resto del territorio, al extremo que puede asegurarse que todo hecho que se realice en ella se acepta como cosa consumada por la inmensa mayoría de los españoles”. No obstante, la feroz resistencia de los madrileños a los sucesivos intentos de tomar la capital y la intención del Generalisimo, señalada por muchos analistas, de hacer una guerra de destrucción, fuerzan que se inicie una larga y sangrienta contienda de casi tres años, que finalizará con la toma de Madrid, ahora sí, en marzo de 1939.
Al estallar la sublevación militar los 14 millones de habitantes del país subsisten en muy desiguales condiciones. Los sueldos oscilan desde los seis reales diarios para un jornalero andaluz a las 20 pesetas de un mozo en Cataluña. Mientras el kilo de garbanzos cuesta 1,50, una docena de huevos sale a 2,70 y el kilo de cerdo a 5 pesetas. Una butaca a un teatro viene a costar entre 2 y 3 pesetas, según la sala. España sigue siendo un país eminentemente agrario, aún sin Reforma, en el que conviven arados romanos y máquinas, religión y superstición, cultura y analfabetismo, divorcio y frecuentes asesinatos por adulterio. Giral ha ocupado el puesto de Casares Quiroga y admite armar a los defensores del Frente Popular, para resistir a los sublevados.

En el país existen más de 2.500 cinematógrafos registrados, además de los de verano, número muy superior al de Francia, Alemania e Italia. En el verano de 1936 se podían ver en Madrid obras como Cinco minutos de amor, con Laura Pinillos y Ozores, padre, en el Eslava, o El truco del calamar (no apta para señoritas), en el Rosales, mientras los cañones y carros de asalto rebeldes asediaban la ciudad. Aunque la actividad teatral se irá reduciendo, continuaran los espectáculos, de diferente cariz según que la ciudad haya sido ocupada por los rebeldes o siga en manos de la República. Muchos intelectuales y artistas españoles realizan apasionadas proclamas anti-fascistas, e incluso se suman a las fuerzas legales. Es asesinado García Lorca (se cree que el 18 de agosto) y Unamuno muere en Salamanca después de un último rasgo de dignidad y un duro enfrentamiento con Millán Astray. En Paracuellos del Jarama es fusilado el dramaturgo derechista Muñoz Seca, que dejará para la posteridad y sin distinción de ideologías su Venganza de Don Mendo. Algunos protagonistas del teatro musical se destacarán como defensores de la causa popular: Laura Pinillos, La Yankee, Pastora Imperio, Tina de Jarque, Miguel Ligero, Ramper, Carmen Flores, Amalia de Isaura, Miguel de Molina, Angelillo, La Argentinita, Lepe...

Se   produce   un   curioso   fenómeno   en   las   indumentarias masculinas y femeninas. En la zona leal, los hombres prescinden de los sombreros, corbatas y trajes, mientras que ellas abandonan los zapatos de tacón y adoptan prendas más cómodas. Las calles se uniforman de monos y ropas de trabajo que, muchas veces, visten por igual ambos sexos. En Madrid, por ejemplo, se retiran de la circulación aquellos ciudadanos que simpatizan con el bando nacional y han perdido la batalla momentáneamente, mientras que los habitantes de las periferias (y los fugados de los pueblos ante el avance fascista) toman las calles del centro de la ciudad. Se instituye para muchos la recomendación anarquista del amor libre, ante la evidencia de la guerra y los muertos de cada día. Ya nadie saluda “hola” o “adiós”, sino “salud”, acompañado a veces del “compañero” o “camarada”, y se abandona el “usted” para pasar al tuteo generalizado.

En la prensa de la época se encuentran frecuentes alusiones a la imprudencia del personal civil. En Madrid es habitual que la gente se asome a los balcones para observar combates aéreos en lugar de bajar a los refugios, que las madres salgan de casa con sus hijos, retirándose a los portales, sólo cuando la metralla cae cerca, que los novios continúen su paseo, y que todos sigan acudiendo a cines, teatros, cafeterías y demás espectáculos. Los más sorprendidos son, por supuesto, los extranjeros, que observan con sorpresa cómo las mujeres de una cola para adquirir víveres se echan al suelo ante los cañonazos y vuelve a levantarse sin perder su sitio. Por lo demás, la prensa se compone de comunicados, bandos, partes de guerra, proclamas, información sobre las restricciones o existencias de productos de primera necesidad. En la radio leal pueden escucharse los discursos de Largo Caballero, los bandos de Pedro Rico y los llamamientos de La Pasionaria. Desde la Sevilla ya fascista, la voz exaltada de Queipo de llano amenaza a toda España a través de las ondas, mereciendo la diatriba de Rafael Alberti:

¡Atención! Radio Sevilla.
Queipo de Llano es quien ladra,
quien muge, quien gargajea,
quien rebuzna a cuatro patas...

En el Madrid de 1937 siguen abiertos 18 teatros y 37 cines para algo más de medio millón de habitantes que forman la población no evacuada de la capital. Bravo Morata afirma en su Historia de Madrid que, a pesar de que las horas de salida de los espectáculos coincidían con las de los frecuentes bombardeos en la Gran Vía (rebautizada Avda. del Quince y Medio), no mermó la ganancia de la taquilla ni el excelente estado de ánimo existente un año después de comenzada la guerra.

Tanto en la zona rebelde como en la leal se alteran los nombres de las calles, pero mientras que los sublevados recurren con poca imaginación a obispos y militares para rebautizarlas, en Madrid se echará mano del ingenio popular, que dejará para la historia un callejero de ocurrentes metáforas: La Linda Tapada (La Cibeles), El Ocaso de los Dioses (Recoletos), Los Emboscados (Neptuno). En la capital republicana se siguen publicando doce diarios: El Sol, La Voz, ABC, Ahora, Informaciones, El Socialista, La Libertad, El Liberal, Política, El Heraldo, Claridad y Mundo Obrero, además de otras numerosas publicaciones semanales o mensuales, de partidos, sindicatos, milicias y las más diversas organizaciones. Y todo ello a pesar de la situación, la escasez de papel y la escasa población lectora. Incluso ve la luz una nueva publicación especializada: Nuevo Cinema.

Quizás uno de los sitios donde menos se nota el estallido de la guerra sea en la cartelera teatral, en la que figuran obras y artistas similares a los de años anteriores, si bien los teatros quedan bajo el control sindical. Sobre los escenarios abunda la Zarzuela (La Chulapona, Dª Francisquita, La del Manojo de Rosas), el flamenco arrevistado y las variedades, y, por supuesto, las operetas y revistas (Las ansiosas, Las ametralladoras). Un caso extremo es el del tradicional Don Juan de Zorrilla, que en noviembre del primer año de guerra se representó en siete montajes distintos.

A pesar del hambre y las duras batallas son muchos los que se resisten a abandonar Madrid, de forma que el Gobierno tiene que imponer desde Valencia la evacuación de ancianos v embarazadas. El mercado negro sigue creciendo y es habitual adquirir a altos precios productos de la ayuda civil europea. No son sólo necesitados los que se abastecen en los comedores colectivos, ya que muchos especulan con lo que consiguen por este medio mientras se benefician también de las cartillas de racionamiento. Se intenta contrarrestar este caos en el terreno de la información con semanarios, carteles y mítines a los que se suman artistas como Alberti. Se crean guarderías, bibliotecas y hasta la primera discoteca ambulante con 2000 títulos. Se produce una incorporación masiva de mujeres al mundo laboral, desde la agricultura hasta el cobro en los tranvías o la industria.

En 1938 se estrena en Madrid una zarzuela-opereta de gran éxito que supera las 100 representaciones: El mesón del pato rojo, de Portillo y Romo. En julio de ese año, y a pesar de los reveses, se mantiene el ánimo y una resistencia que nunca se esperó tan larga. Una corresponsal belga asiste sorprendida al espectáculo que brindan los madrileños: “Lo extraordinario del Madrid en guerra no es el propio Madrid ni la guerra misma: son los habitantes. En medio de una lluvia de obuses que caía sobre la otra lluvia, los tranvías pasan con todas sus luces, y las caras de los viajeros van pegadas a los viajeros para ven `donde cae’”.

Pastora Imperio, que se ha quedado en la España leal, hace un chiste a costa de un obús que habría caído en su cama y destrozado su casa: “¡Un obús en mi cama! Con lo que a mí me gusta dormir sola”. En alguna obra incluso se llega a idear un autodenominado “guardia de circulación de obuses”, encargado de dirigir “el tráfico de cañonazos” en la Gran Vía. Se aprecia también a estas alturas un incremento de la disciplina y la eficacia, incluso reinan un cierto orden y limpieza en medio del desbarajuste de la guerra. Las mujeres vuelven a vestirse con sus mejores galas para el paseo, las peluquerías se llenan y las carteleras de los cines son cada vez más variadas.

La sala Alkázar se convierte en el centro de las Escuelas Profesionales del Sindicato Único Regional de Espectáculos Públicos. En los cines de la ciudad sitiada siguen triunfando los Hermanos Marx, Charlot, Claudette Colbert, Clark Gable, Peter Lorre, Marión Davies, Maurice Chevalier, Spencer Tracy, Bette Davis..., muchos de los cuales, son, además, simpatizantes de la República. En Madrid aparece otra revista, Nuevo Orden. Hasta ABC y Blanco y Negro se siguen publicando bajo dirección republicana. Continúan las restricciones no solo de alimentos y vestido sino, ya muy graves, de agua, combustible y energía eléctrica. Y, a pesar de todo, la vida cultural continúa con infinidad de conferencias, exposiciones o conciertos.

Hace ya más de un año que Franco recorre la geografía nacional acompañado del brazo incorrupto de Santa Teresa, debidamente protegido y custodiado. Cerca de Madrid desaparece un camión cargado de blenocol destinado a impedir que se extienda la epidemia venérea creciente como resultado de la escasa higiene existente en los abundantes burdeles. Se prohíbe la apertura de locales comerciales, ya que ocultan en sus trastiendas un negocio de envergadura: el hambre de la mayoría sigue constituyendo la fortuna de algunos. A finales de año se producirá la retirada de los combatientes de las Brigadas internacionales, decidida por Negrín ante la falta de pronunciamiento en Ginebra. A la muerte de Mola en accidente aéreo se suma la también extraña de Ramón Franco, Se suceden los festivales artísticos que suponen un destacado apoyo a los resistentes por su extremado éxito.

En 1938, último año entero de guerra, se reponen algunas revistas de gran éxito: La corte de Faraón en el Ideal, ¡Pide por esa boca! en el García Lorca, Me acuesto a las ocho en el Maravillas o Las incendiarias en el Dicenta. En la calle y en los escenarios se siguen contando chistes sobre el suministro de leña o el reparto de botes de carne, pero lo cierto es que están racionadas hasta las cerillas y muchos periódicos dejan de publicarse por falta de papel. El Gobierno se encuentra ahora en Cataluña y Barcelona se verá asediada y será objeto de numerosos ataques aéreos en noviembre. La batalla de Cataluña será un hito importante en la decisión de la guerra, ya que a las bajas producidas en la lucha se suman los soldados que se ven obligados a refugiarse en Francia, y el ejército gubernamental ve reducidos sus efectivos en más de medio millón de hombres. La zona republicana se parte.

En los primeros meses de 1939 cunde el desanimo, pero siguen abiertos 17 teatros en la capital y se suceden los éxitos. A las revistas en cartel se suman con el nuevo año Por tu cara bonita, en el Martín, La flauta de Bartolo, en el Maravillas, y No me atropelles, en el Progreso.

En Zaragoza, plena zona nacional, Celia Gámez, que no ha parado de actuar ni de expresar su admiración por el Caudillo, y que pronto entrará en Madrid cantando el Ya hemos pasao, estrena con su propia compañía la adaptación de la opereta alemana La casta Susana. En la misma ciudad se repondrá Las tocas, de Muñoz Román, por la Compañía de Revistas Españolas. Con los primeros días del mes de marzo aumenta el éxodo a través de los Pirineos. El número de exiliados se mide ya en cientos de miles. Tras  el reconocimiento extranjero del Gobierno de Franco, Azaña dimite. Negrín saldrá para Francia poco después, y el 1 de abril, tras tomar Madrid, se da por finalizada la guerra.



Franquismo

Con la paz acuden a Madrid numerosos artistas que habían faltado de la ciudad durante tres años. Se estrenará en el Martín Mujeres de fuego y Monte Carmelo, zarzuela-revista de Moreno Torroba y Sagi Vela. La censura, guiada por mano eclesiástica, ya hace estragos, no solo en la revista, donde suben automáticamente los escotes, bajan las faldas y se blanquean las procacidades, sino, sobre todo, en el cine, que ya comienza a ser el auténtico arte de masas. En la nueva e integrista España se desata una ofensiva de cine político, especialmente documental: Crisol de España, Como ama Italia a su Duce, Desfile de la Victoria en Valencia, El resurgir de España por obra del Caudillo, que se apodera también de la ficción, de la que se puede decir que, aparte de los sucedáneos de las comedias italianas de teléfonos blancos, tiene tan sólo tres géneros: el patriótico, propagandístico de la justeza de la sublevación (Raza), el histórico, glorificador del pasado imperial (Agustina de Aragón), y el religioso, sostenedor sobrenatural de todo el entramado ideológico del régimen (El Judas).

En terreno de las películas extranjeras, tras unos años iniciales de cine alemán e italiano, poco a poco se van imponiendo las cintas de Hollywood, especialmente tras la derrota del eje en 1945. En este caso, Franco no tiene poder para imponer las historias que a él le gustarían, pero sí para impedir que lleguen las que considera perniciosas para la salud moral de sus súbditos. O para cambiarlas cuando la herejía o el pecado están tan solo en un dialogo o una secuencia, cosa que se hace con frecuencia, a veces con resultados paradójicos, como el de Mogambo (1953), en el que por convertir a un matrimonio en hermanos para evitar un adulterio, se acaba cayendo en un incesto. Hasta tal punto se pretende silenciar lo insilenciable, que en los carteles de las películas no aparece el nombre de algún actor o actriz protagonista, como el de Bette Davis, por ejemplo, que había mostrado su solidaridad con la República, que fue sustituido por un simple “la gran protagonista de La loba”.

Durante los años 40, toreros, cantantes, actores y futbolistas deben saludar brazo en alto al respetable antes de empezar los espectáculos, y el público les contesta con igual saludo mientras suenan himnos patrióticos, se canta el Cara al Sol y se gritan los rituales Arriba España, Viva Franco. También los rezos acompañan el inicio de actos públicos e inauguraciones y abren y cierran las jornadas escolares. Celia Gámez pone de moda el pasodoble Ya hemos pasado, como respuesta al No Pasarán republicano. Los toreros de más gloria son Belmonte, Marcial Lalanda y Manolete, sobre el que corre una leyenda negra injustificada sobre su sangrienta participación en la represión franquista.

En su cruzada contra la inmoralidad, la censura vela igual por el recato del vestuario de las coristas que por la virginidad de los jóvenes, prohibiendo la entrada a menores de 14 años en numerosos cines y teatros y restringiendo a los mayores de 18 la más leve sombra de pecado. Desaparecen de los escenarios los uniformes militares y los de clérigos y monjas, demasiado importantes como para que los exhiba la farándula. Lo curioso es que esas vestimentas han aumentado exponencialmente su presencia en las calles. A los cientos de miles de uniformes militares (alrededor de 250.000 en un Maris de apenas un millón de habitantes) se suman las abundantes sotanas y unos 50.000 hábitos de monja, más aquellos otros que sirven para cumplir con una promesa o pasar más desapercibido, también los de los falangistas, requetés, guardia mora, los de los juveniles flechas o los de la Guardia Civil. Todo ello entremezclado con las corbatas negras y otros símbolos de luto, botones, brazaletes, que entristecen las ropas de unos cuantos millones de españoles. Ocasionalmente se sumarán a este paisaje de la nueva moda urbana las mantillas para ellas, los trajes de tonos oscuros para ellos, y los hábitos de penitentes para ambos. Hasta los taxistas son obligados a vestirse con guardapolvos y gorra. Oficialmente desaparece el hambre, pero se multiplican los pobres y mendigos, eufemísticamente llamados necesitados. En los metros de Madrid y Barcelona, los únicos que funcionan en España, el cartel de “Reservado para caballeros mutilados” guarda sitio a los excombatientes que han salido malparados de la guerra. Por fortuna, no hay que presentar ningún certificado de que la mutilación corresponde al bando vencedor para sentarse en ellos.

Todo se numera tomando como referencia el “Año de la Victoria”: “Primer Año Triunfal”, “Segundo Año Triunfal”, y así hasta la nausea. Es importante destacar los cambios de lenguaje que se producen, que abren el camino al reinado del eufemismo. Los trabajadores pasan a ser productores, la ensaladilla rusa se convierte en nacional y los buenos días son sustituidos por el Arriba España. El diccionario se enriquece con términos como balilla, centuria, banderín, y las calles pierden muchos de sus viejos nombres, no sólo los que se les pudieran haber puesto durante la República, para glorificar a los nuevos héroes, mártires y santos. Se reescriben de manera moralizante los libros escolares, entre los que vuelve a ocupar un lugar preeminente el Catecismo. Las procesiones, encabezadas bajo palio por el nuevo jefe del estado, constituyen un espectáculo frecuente. Se llegará a proponer a Franco para la purpura cardenalicia en un intento de reunir en él las jefaturas política y religiosa. Incluso se pondrá de moda un nuevo peinado “arriba España” con el pelo estirado hacia arriba, al estilo de los moños italianos. Los serenos cantan las horas durante sus guardias precedidas de un “Ave María purísima”.

En septiembre de 1939 ha comenzado la II Guerra Mundial, en la que España, que ha saldado su contienda con un millón de muertos, se mantendrá en situación no beligerante, aunque sí colaborante con el Eje. En un principio, la marcha del conflicto beneficiará al Gobierno de Franco, gracias al triunfo en todos los frentes de Alemania, Italia y Japón. Aparece Camino el texto doctrinario del Opus, se anula el divorcio y se modifica el Código Penal. En Madrid existen en 1940 treinta cárceles con unos 90.000 presos políticos, y las cifras del propio Ministerio de Justicia franquista fijan en casi 200.000 los condenados a muerte hasta 1945. Se descubre la penicilina.

Celia Gámez se beneficia de sus simpatías políticas y conoce épocas de aún mayor gloria. En el 40 estrenara La cenicienta del Palace y El baile del Savoy, que son grandes éxitos. Raquel Meyer interpreta al mismo tiempo la revista Hip, hip, hurra. Perdida toda su picardía y mordiente, el género se comienza a publicitar como “el espectáculo de las familias”. No obstante, algunos primados, como el Cardenal Segura, llegarán a amenazar con la excomunión a los que acudan a ver la revista La Blanca Doble.

La vida española que refleja la prensa de los años 40 está repleta de informaciones militares y sindicales. Es abundante la propaganda de Frente de Juventudes y la Sección Femenina, del Movimiento Católico, La Falange y el Auxilio Social. Las noticias que más abundan son las correspondientes a la bendición y colocación de nuevas piedras, clausuras o inauguraciones. No faltan ni un solo día las noticias referentes al culto, santoral, fiestas patronales, fútbol y toros. Los trabajadores limitan por los cuatro puntos cardinales con la Obra Social, el Seguro de Enfermedad, el Hogar del Productor y las Residencias Sindicales. Empiezan a imponerse los cursos por correspondencia, y los más avanzados de entre ellos, que se denominan “linguafónicos”, incluyen discos. Las noticias de sucesos parecen más motivo de chiste que de compasión. Así se destaca, por ejemplo, que un chimpancé se ha comido en las Ramblas de Barcelona a un pequinés ante la impotencia de los dueños de ambos animales. En Madrid, y durante quince años, se publicarán repetidas noticias de nacimientos de gatos con alas. Las quejas contra la administración no alcanzan más allá del Servicio de Correos.

En la moda sigue imperando el chic parisién. El punto, que ha sustituido a los crespones de seda y gasa Georgette de los años 30, hace furor en los vestidos, que son preferentemente ablusados o camiseros. La publicidad insiste machaconamente en el cuidado de la salud: cómo atacar piojos, sarna y otras enfermedades de la piel, el alcohol de quina como vino medicinal, la magnesia bisurada contra las dolencias de estómago que provoca la deficiente alimentación, el citrato de magnesia como reconstituyente bebida familiar. No dejaban de ser recomendaciones bien intencionadas en un país que estallaba de miseria. El DDT es el último descubrimiento de la ciencia que igual libra cosechas de las pestes que eleva la clientela de la carnicería del barrio, impoluta con su uso. En las portadas, los diarios lucen con frecuencia rótulos como Saludo a Franco o Arriba España. También es frecuente la inserción de lemas moralizantes: “Vida sana, perfecta camaradería, formación moral" que recomendaban las Juventudes Femeninas; o "Nuestro puesto esta al aire libre” del masculino Frente de Juventudes.

Las noticias de sociedad de los periódicos  abundan en peticiones de mano, relevantes premios de piano o canto para las señoritas mejor educadas, destacadas menciones a caballeros que terminan la carrera o ganan la oposición. Para estas ocasiones se recomienda regalar una “joya” que encarna a vez la medalla de la madre y la del amor juntas: el Carnet de Identidad Católico, con efigies del Sagrado Corazón, la Virgen del Carmen y el Cristo del Desagravio. Sigue siendo habitual para aquellos que acuden al teatro tomar a la salida un aperitivo, café, chocolate o merienda, según costumbres y disponibilidad. En esta década de los cuarenta todavía se mantiene el racionamiento de productos básicos como el jabón, las patatas, el aceite o el azúcar, que al igual que el tabaco de cuarterón sólo se pueden adquirir con los famosos cupones, aunque si se quiere más y se tiene dinero para comprarlo, siempre se puede acudir al estraperlo, que se ha convertido en una verdadera plaga.

Proliferan los intermediarios, las personas influyentes que debido al acierto en la elección de bando y amistades ostentan prebendas y bicocas. Puede ser un funcionario, un militar, un empleado o un camarero. La corrupción supera todo lo conocido y constituye una cadena de recomendaciones y compra de favores. Cada organismo, banco o instituto oficial tiene su asesor religioso en nómina, encargado de vigilar las relaciones entre empleados v empleadas, velar por el recato en el vestir de ellas, o fomentar los ejercicios espirituales, que no descuentan de las vacaciones. Se imponen los premios de natalidad y nupcialidad para impulsar el crecimiento demográfico. Desde noviembre de 1940 ha quedado prohibido trasnochar. Se han modificado los horarios de espectáculos, bares y restaurantes… En 1941 se unifican los ferrocarriles y se crea la RENFE. Sólo unas 10.000 personas acceden a estudios superiores, cifra que contrasta con los 500.000 españoles en edad universitaria. Y eso sólo entre los hombres.

Los años 40 son también los años de la radio, que conoce un enorme impulso. La producción cinematográfica española, aunque abundante, es de bajísimo interés o calidad, debido al sistema de financiación del  Departamento Nacional de Cinematografía y su Sindicato. Proliferan las obras de teatro y zarzuelas que se llevan a las pantallas, mientras que escasean los estrenos de filmes extranjeros. Se producen dramáticas anécdotas en alguna sala de proyección cuando ciertos espectadores se retrasan, o se olvidan, a la hora de saludar brazo en alto tras el himno nacional, llegando a ser multados, o algo peor. En teatro abundan las obras ejemplarizantes y algunas comedias blancas cuyos libretos han sido totalmente respetados por la censura, y pronto empieza a triunfar la nueva generación de dramaturgos (Jardiel, Neville, Mihura, López Rubio…) que ya antes de la guerra se habían acercado ideológicamente a la derecha y que mantendrán una actitud más o menos escéptica o cínica, según los casos, ante la dictadura. En el estricto terreno de la revista, Celia Gámez triunfa en el Eslava con La Cenicienta del Palace, todo un clásico, y Laura Pinillos lo hace en el Martín como Mujeres a la medida. Pero las cosas han cambiado sustancialmente y la revista ya no es lo que era, habiendo dejado en los campos de batalla toda mordiente, política o moral. Hasta las variedades del teatro Maravillas, género en el que la Bella Chelito se había buscado la pulga durante décadas y en el que había florecido la canción sicalíptica, se anuncian como un “Espectáculo para familias. ¡Alta moralidad!”. Desde 1940, sólo en Madrid hay medio centenar de censores teatrales.

Son tiempos de obsesión anti-masónica y anti-comunista. A lo largo de 18 años se levanta el Valle de los Caídos. En él trabajarán más de 20.000 obreros forzosos procedentes del bando vendido. Tras el encuentro Hitler-Franco en Hendaya se suceden los homenajes públicos al Führer. Se funda la Policía Armada en un acto presidido por Himler. La cuestación de Auxilio Social se realiza por señoritas de Falange, acompañadas a veces por sus compañeros uniformados. Es obligado contribuir y existe prohibición de admitir en los locales públicos a las personas que no luzcan en la solapa la estrella acreditativa del óbolo. Incluso se multa a los bares que admiten clientes sin la marca de su contribución a la causa común. Se decide denominar Vía de la Victoria, Vía Europa y Vía Imperio los tres accesos principales a Madrid. Son los años de Mariquita Pérez.

Durante los primeros años 40 el país se encuentra absolutamente germanizado, y hasta una revista estrenada en el Paralelo barcelonés lleva por nombre Las Stukas. En el terreno revisteril, se importan vedettes alemanas con altos cachés y se celebran festivales wagnerianos. Por aquello de romper con la mala imagen del pasado, las revistas empiezan a llamarse comedias musicales, como se hace con los espectáculos de Celia Gámez Peppina y Yola, aunque tal refinamiento nunca calará entre el público, que seguirá llamando a las cosas por su nombre. En 1941 sale el primer número de La Codorniz. Se crea la Brigada de Costumbres y se prohíbe a los novios besarse al atardecer. Según comunicado de la Dirección General de Seguridad: “En la calle, en los paseos, en lugares de esparcimiento y recreo, tales como teatros, cines, cafés, bares y similares, se observa un relajamiento censurable en nuestras costumbres, oyéndose frases obscenas y groseras, y viéndose parejas de jóvenes que, sin recato alguno, mantienen actitudes, más que incorrectas, desvergonzadas…” En Valencia, el gobernador Planas de Tovar parte en dos la playa de La Malvarrosa con una alambrada y divide a las familias, obligando a que esposas y maridos se bañen por separado; ellas, con los niños.

Con clara intención amedrentadora, durante esto años menudean en los periódicos junto a la doctrina imperial y patriótica y las noticias  piadosas, las informaciones concernientes a la ejecución de sentencias, consejos de guerra y fusilamientos. De la guerra que libran los aliados y las fuerzas del Eje o la batalla de Rusia no se publican más noticias que las de las condecoraciones a la División Azul. 11 jóvenes son fusilados en Almería por leer un boletín de información de la Embajada británica, mueren, en circunstancias bien diferentes, Miguel Hernández y Alfonso XIII. Las emisoras de radio difunden en directo los temas de moda: La Zarzamora, Sombreros y Mantillas, María del Mar, Mi Jaca y los populares temas interpretados por Concha Piquer La Parrala y Rocío. Otros cantantes de éxito van siendo Imperio Argentina, que ya lo era, Jorge Sepúlveda, Tomás Ríos, Tomás de Antequera, que ocupará el sitio dejado por Miguel de Molina al exiliarse, o la orquesta de Bonet de San Pedro. La Voz de Alemania es la emisora que se ocupa de la emisión de siete boletines diarios de noticias. Se inaugura una sala de fiestas de un lujo jamás visto en Madrid, Pasapoga, popularmente conocida como el Pasaypaga, que se convertirá en mítico local de la nocturnidad madrileña y del estraperlo.

La censura oscila de un lado para otro. La canción Bésame mucho se prohíbe y se autoriza sucesivamente, a incluso algún intérprete que se atreve con ella en los momentos de alza censora va a parar al calabozo. Lo que se da por bueno en Zaragoza es prohibido en Bilbao o Barcelona y viceversa. Hasta los cuentos infantiles sufren los estragos de esta fiebre. Proliferan las sesiones de teatro o cine con variedades y noticiarios como complemento. Conviven circo y flamenco, documentales y números cómicos en directo. Pepe Luis Vázquez, Manolete y los hermanos Bienvenida son los ídolos de los ruedos. Iberia se convierte en dueña del espacio aéreo civil. Mediados los cuarenta, el racionamiento semanal en Madrid consiste en 100 gramos se azúcar, 200 de alubias, 200 de garbanzos y cuarto de kilo de jabón.

En una vuelta de la Inquisición, se queman oficial y públicamente periódicos, revistas y libros considerados judaicos, marxistas, masones, separatistas u obscenos, mientras se exhorta a todos a hacer lo propio con aquellos similares que caigan en sus manos. Hay meses en los que sólo en Madrid tienen lugar 20 ejecuciones. Tres años después de la victoria aún no hay el menor signo de reconstrucción; el boom de la construcción que llegaría en los cincuenta aún es sólo utopía gubernamental, aunque poco a poco irán llegando las inauguraciones de puentes, presas y centros públicos. Pero de momento, muchas familias siguen viviendo en casas en ruinas, entre escombros, y los alrededores de Madrid siguen estando como durante la guerra, cubiertos de trincheras abiertas en las que cada día se producen accidentes a causa de municiones y obuses abandonados. Empieza a crecer el chabolismo a partir de casamatas y trincheras. Hay hambre, sigue la especulación y la escasez, pero aún así la gente agradece haber sobrevivido a la guerra.

El número de teatros se ha visto reducido a 13 y sólo 2 son habituales de la revista (comedia musical); el Eslava, con Celia siempre en cartel, y el Martin, en el que obtiene un gran triunfo Dª Mariquita de mi corazón, de Muñoz Román y Alonso. Este último lleva compuestas 187 obras, entre  las que La parranda, Las Leandras y Las castigadora han sido las más taquilleras y se han convertido en obras maestras del género. Lo más atrevido en aquel Madrid de 1942 es el salón Congo, que es casi un viejo cabaret. La marcha de la guerra se refleja en las carteleras de cine y teatro. Cada avance aliado, liberaliza, aunque sea pobremente, el panorama. Por el contrario, cada noticia que favorece a Alemania supone un alargamiento de faldas y caras.

En 1943 y en Canarias, la célebre revista La Blanca Doble, por la que parecían tener especial inquina, es objeto de un ataque en toda regla por parte del obispo Pildain. Aunque la obra había pasado ya todas las censuras imaginables desde su primera puesta en escena, le debió parecer perniciosa al obispo, que mandó desde el pulpito piquetes de mujeres a las taquillas para clamar contra los pecadores que se atrevan a entrar en el teatro. Y eso que el tal Pildain tuvo luego fama de antifranquista, por sus resquemores para con el dictador; pero es que la moral es la moral. En el Price de Madrid, los hermanos Cape consiguen un gran éxito con el número del ¿Qué le dijo…?. Otra de las obras más taquilleras del momento es Cinco minutos nada menos, de Muñoz Tomás y Guerrero. El número más popular vuelve a los orígenes del género glosando una sección de la prensa titulada ¿Qué hizo usted ayer? Se inaugura el teatro Albéniz.

En 1945 la prensa inglesa anuncia una suscripción abierta para el primer viaje a la Luna. Calculan la fecha de salida para 1965, con poco margen de error. Se asiste a un auge tremendo de las dos fiestas nacionales: el fútbol y los toros, El ciclismo conoce también un incremento de su popularidad gracias a figuras como Langarica, Timoner o Berrendero. El país es cada vez más y más pio. Tras la victoria aliada se refuerza el ideario del nacional-catolicismo sobre el falangista para hacerse olvidar su filo-nazismo. Desaparecen las esvásticas al tiempo que crecen milagros, novenas y advocaciones colectivas a la lluvia. Las únicas manifestaciones callejeras, aparte del Desfile de la Victoria, son de tipo religioso: procesiones, vía crucis, romerías, viernes de Jesús de Medinaceli, Comunión del Sagrado Corazón y un etcétera tan infinito como la bondad de dios.





BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA

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