domingo, 26 de enero de 2014

GERRY ADAMS. Entrevista. 1994

Gerry Adams. Entrevista. 1994




El ambiente que no falte


En 1994 tuve la oportunidad de entrevistar a Gerry Adams para El Periódico de Catalunya. Aunque se trate de una entrevista coyuntural, centrada en la situación política de Irlanda del Norte en aquellos momentos, pienso que es pertinente reproducirla aquí y ahora. Especialmente por cuanto puede servir para reflexionar sobre las maneras y los métodos de llevar adelante un proceso para la finalización del terrorismo.

También para expresar mi estupor por el hecho de que Arnaldo Otegui continúe aún en prisión.

Gerry Adams había sido encarcelado en 1972 (siendo liberado para participar en uno de los muchos intentos de negociación entre el IRA y el gobierno británico), tras cuyo fracaso volvió en 1973 a presidio, en el que permaneció hasta 1977, siendo detenido de nuevo en 1978. Nada más ser puesto en libertad ese mismo año fue elegido Vicepresidente del Sinn Féin, partido legal pese a ser considerado el brazo político del IRA, del que Adams sería elegido en 1983 Secretario General, cargo desde el que promovió la renuncia del IRA al terrorismo y la actuación política institucional.

Para la fecha de la entrevista, mayo de 1994, estaban recientes los acuerdos entre los gobiernos británico e irlandés que habrían de conducir al alto el fuego proclamado por el IRA apenas un par de meses después. Se iniciaba así un largo proceso de negociaciones que no alcanzaría su meta, tras numerosos avances y retrocesos, hasta las elecciones de 2007.




El presidente del Sinn Fein es posiblemente el personaje bisagra sobre el que puede girar la paz en el Ulster. Tras el acuerdo anunciado en otoño por los gobiernos de Londres y Dublín, Gerry Adams, presidente de aquel movimiento irlandés, ha insistido durante su estancia en Madrid en exigir nuevas explicaciones sobre el documento antes de pronunciarse definitivamente sobre el mismo.

-¿En qué estado se encuentra la oferta de negociación realizada por Londres y Dublín el otoño pasado?

-El tema sigue, no acabará hasta que no haya un acuerdo de paz. El acuerdo entre Londres y Dublín no es un acuerdo, es un paso hacia un acuerdo. Así que queda un camino por recorrer, el conseguir la paz tiene que ser visto como un proceso.

-Pero parece ser que no se ha avanzado mucho. ¿Qué clarificaciones pide el Sinn Fein?

-La declaración es un documento ambiguo, así que queremos aclaraciones acerca de algunas partes del texto. Ambos gobiernos han hecho interpretaciones contradictorias acerca del documento. Hemos pedido clarificaciones de Dublín y las ha dado, y estamos procurando que Londres nos de algunas clarificaciones similares. Finalmente, como la declaración sólo es un paso, a pesar de que podía ser significativo, tenemos que saber cuáles serán los próximos pasos. Lo que estamos buscamos es saber qué pretende Gran Bretaña a largo plazo.

-¿Hay una salida política al problema del Ulster?

-Hacer la paz requiere un diálogo sin condiciones, requiere el compromiso por todas las partes para buscar una solución, requiere un proceso completo. Los principios democráticos que dominarían un acuerdo deberían basarse en el hecho de que los irlandeses puedan acceder a la autodeterminación. El Gobierno británico afirma que no tiene ningún interés en Irlanda. Eso está bien. Añera hay que intentar elaborar una base para establecer una Irlanda estable. Vamos a ver si es sincera esa posición y de acuerdo con ella las gentes de toda Irlanda pueden tener la capacidad de gobernarse a sí mismas. La manera en que decidamos hacerlo es asunto nuestro, ÍTQ de los británicos. El Sinn Fein insistiría en que el acuerdo tiene que ser capaz de conseguir la alianza de todas las organizaciones. Queremos una democracia que funcione, que refleje la diversidad del pueblo irlandés. Éstos son los principios amplios de Un acuerdo.

-¿Cómo se combinan en el panorama político irlandés los elementos religiosos, nacionales y de clase?

-El elemento religioso es una dispersión de la realidad. Necesitamos una situación en la cual la religión pueda ser un asunto de conciencia personal y que haya una garantía de libertades civiles y religiosas, y eso es lo que pasaría en una Irlanda nueva, porque la división no es religiosa, es política. Una parte de nuestra gente, los unionistas, tienen una relación con los británicos porque creen que eso defiende su posición. Es una minoría, pero significativa.

-¿Y la mayoría?

-La gran mayoría de la gente se relaciona mucho más con el pueblo de Irlanda, así que tenemos que remover las causas de la división política. El elemento sectario religioso fue planteado y es utilizado por los británicos para causar la división, así que tenemos que construir una sociedad que lo supere. No tengo ninguna duda de que si los británicos cambiaran su posición y la gran mayoría de los irlandeses estuviera a favor de eso, los unionistas variarían también su posición, porque son víctimas de la historia. Son como los blancos en Suráfrica, si Mándela y De Klerk hubieran esperado a que la derecha se pusiera de acuerdo nunca habrían progresado, así que el Gobierno británico tiene la responsabilidad de llevar la situación hacía adelante y los republicanos irlandeses tienen la responsabilidad de buscar un acuerdo nuevo y trabajar por la unión.
-¿Recibió algún tipo de apoyo en su reciente visita a Estados Unidos?

-Sí, el hecho de haber sido invitado a EEUU y que me dieran visado tras 20 años de no hacerlo indica que hay un apoyo. La visita fue muy positiva y había signos muy optimistas. Pienso que también es importante que los ciudadanos de EEUU hayan podido recibir información directa, que es su derecho.

-¿Variaría el proceso de paz en el Ulster si los laboristas llegaran a Downing Street?
-En los próximos dos años no habrá elecciones en Gran Bretaña, así que la paz no debería esperar tanto tiempo, pero de todas formas si fuera elegido un Gobierno laborista permitiría un desarrollo muy interesante, porque' teóricamente su posición está a favor de la unidad irlandesa y tenemos un Gobierno irlandés que está preparado para aplicar esta política. El Sinn Fein quisiera apoyarla.

-¿Qué tipo de relación existe entre el Sinn Fein y el IRA?

-El IRA es una organización distinta, El Sinn Fein es un partido político abierto, comprometido con la lucha política. Estamos organizados en conferencias públicas, con líderes públicos. El IRA es una organización armada, aceptada, naturalmente, en el contexto de la ocupación militar. Nosotros aceptamos que los ciudadanos tienen el derecho a la resistencia armada, pero eso es una cuestión táctica. Eso es asunto de los ciudadanos y durante siete años el Sinn Fein ha desarrollado una estrategia que procura buscar un fin a los conflictos armados para que haya una desmilitarización. Lo que el Sinn Fein quisiera ver es un fin del IRA y de la lucha armada y que salieran el Ejército británico y los escuadrones de la muerte de los unionistas. Ésa es nuestra mayor reivindicación.

-Tras esta visita a Euskadi y Madrid ¿cree que hay alguna relación entre la situación del País Vasco y la del Ulster?

-La visita fue demasiado corta y tenía que trabajar demasiado. En cualquier caso, es difícil y erróneo indicar paralelismos entre luchas diferentes, con condiciones diferentes, problemas diferentes y tácticas diferentes. Pero seguramente hay similitud en los fines.







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