domingo, 7 de julio de 2013

Panfletos...

PEDRO J, BÁRCENAS Y LA ÉTICA PERIODÍSTICA

El entrevistador, cómplice en el chantaje del chantejador






La entrevista de Pedro José Ramírez, maestro de periodistas, con Luis Bárcenas, maestro de mafiosos, es sin duda eso que se llama un autentico scoop, una exclusiva, un bombazo, un negociazo cojonudo. ¿Pero que supone periodísticamente? No me cabe duda: un ejemplo paradigmático del periodismo interesado, mercantilista, tramposo y profundamente deshonesto. Intentaré explicarme, porque no se pueden decir cosas tales de tal maestro sin que, al menos, medie algún argumento, aunque sea tan pobre como el que yo pueda pergeñar.

La entrevista se realizó días antes de entrar Bárcenas en prisión para publicar cuando el propio les diera su consentimiento. Es decir, constituye no tanto una entrevista periodística sino una pieza más en la estrategia de presionar al PP y al Gobierno para que intervenga la justicia en el sentido que Bárcenas desee; bien evitando el ingreso en prisión de su santa esposa, bien garantizándole a él una pena menor --puesto que a otra cosa no puede aspirar-- a cuya finalización pueda recuperar la mayor parte posible de su Palé internacional. O las tres cosas y más, que con personaje de tal soberbia y sentido de su inmunidad se puede suponer cualquier barbaridad.

Me preguntó, y creo que es pertinente, ¿Qué hubiera sucedido de no entrar Bárcenas en la cárcel o si hubiera llegado al pacto con sus compinches en estos días entre la charla y la publicación? ¿Alguien piensa que el señor Ramírez hubiera pasado la entrevista por la rotativa? Me niego a creerlo, por mucho que callar supusiera ser conocedor, y callar, no sólo de un delito, sino de una conspiración política contra los ciudadanos, lo que no estaría que digamos muy acorde con ningún tipo de ética periodística. Ni siquiera la de Pedro J.

Pero pongámonos en otra. Supongamos que el brazo político de la banda (el PP; el económico serían los empresarios y Bárcenas el capo que mueve los hilos) cae en el chantaje y consigue para el alpinista la cuerda que le saque de la cárcel o suba hasta su ventana cualquier otra condición que haya exigido. A lo que se puede ver en la entrevista no parece que haya constancia grabada de ella, ni hay entrecomillados de frases textuales. ¿Habrá que suponer que ha sido tan sólo una conversación al aire libre, como las de Smiley con sus traidores del KGB? Si ha sido así, el periodista (o lo que sea) se  puede quedar con el culo al aire. ¿Si Bárcenas fue capaz de negar su propia letra, no lo será de negar sus palabras al viento? Pedro J ha vendido su ética por un plato de lentejas aunque el que pueda acabar vendido al final sea todo él.

Si no fuera el chantaje compartido que digo. Si en realidad se tratará de un picotazo del virus de la verdad en el cerebro de Bárcenas lo que le ha llevado a una sincera confesión de sus delitos, la entrevista sería gratuita y no tendría sentido. Le hubiera bastado al contable con denunciar ante el juez sus delitos y delatar a sus cómplices o jefes (que es práctica que en sí me da repelús, pero que aquí celebraría), aportar las pruebas físicas con las que cuente y dejar que actúe la justicia, que, por cierto, en este caso hasta podía ser generosa con él sin menoscabo de su función.

Dado que lo he leído en EL MUNDO, no puedo menos que pensar que el chantajeador tiene ya un cómplice en su chantaje.

Que un rayo fulmine a chantajeados y chantajeadores.

Cuanto más conozco a algunos periodistas menos periodista me siento.




PD.- Lo mejor, la ilustración de Ricardo. No se sabe si está tirando de la manta, si está tirando la manta o si está haciendo con ellas señales para negociar con las tropas del General Santana que rodean El Álamo. 

1 comentario:

  1. Esa es la triste realidad, Antuan, somos cada vez menos de todo. Y así nos sentimos. Aunque, la verdad, tampoco me preocupa en exceso la supuesta pérdida de algo que nunca tuve.
    Estos dos mangantes se entienden entre sí, que perro no come perro. Han hecho lo que les ha parecido mejor para los turbios intereses de cada uno. Pues que les den (aunque realmente sea a nosotros a los que nos dan, pero se creen que no lo sabemos...).
    Por cierto, madrastra, ¿cuándo rememoras lo nuestro a fondo?

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