miércoles, 10 de julio de 2013

Una canción con...

Una canción con Antonio Resines para Ricardo Solfa y Javier Batanero






Pocos conocerán, estoy seguro, el dúo que formaron Ricardo Solfa y Javier Batanero, tan distintos entre sí, interpretando esta canción de Antonio Resines y mía, tan diferente a sus repertorios habituales. Aunque la protagonista de esta nota sea la canción, quizás sea conveniente dar algunas pistas sobre ella, dado que nunca se ha publicado y que formó parte de la banda sonora de un programa televisivo.

A las ocho de la tarde del viernes 27 de septiembre de 1991, como si de la botadura del Titanic se tratase, la segunda cadena de TVE estrenó el primer capítulo de la serie “España en Solfa”, en la que habíamos estado trabajando durante al menos dos años Herminia Bevia, Antonio Resines y yo mismo. La idea primera había sido de Ángel Luis Ramírez, a la sazón director de musicales de TVE, que aprovechando que iba a acabar la emisión de “La Buena Música/Más o menos nuestro”, que veníamos dirigiendo los tocayos, nos pidió una idea para una serie documental que historiara la música popular española.

Creo que fue saliendo aquel mismo día de Prado del Rey cuando se nos ocurrió el posible presentador, Ricardo Solfa, y el título, España en Solfa, aunque francamente no recuerdo qué fue antes, si el huevo o la gallina. Pero como las pelotas que primero tocan los tocapelotas son las propias, a la hora de pensar lo que queríamos hacer nos metimos en tal lío que nos tuvo casi dos años en el empeño. Creo que no salimos mal del todo de él, pero nos llevó una cantidad de trabajo del copón, con el consiguiente consumo de neuronas que acabaron en nada. También elegimos firmar con el seudónimo colectivo de La Bestia del Lago, que eran muchos nombres y funciones para un sólo cartel.

No nos apetecía hacer el típico documental con voz en off, entrevistas, declaraciones y actuaciones. Aparte de que ya estaba muy visto, es que el modelo nos aburría bastante, y teniendo en cuenta que no éramos habituales del medio, pretendíamos divertirnos y aprender un poco. En el programa anterior ya habíamos intentado explorar las posibilidades “narrativas” de las propias canciones (Podéis ver aquí como nos salió el intento con Luis Pastor), así que ahora nos planteamos introducir en cada capítulo una leve historia de ficción, en principio relacionada con el tema a tratar, que alegrara la cosa (o, si nos ponemos “estupendos”, que ofreciera una interpretación metafórica o ilustrativa del género correspondiente). También nos propusimos que todos los papeles “dramáticos” fueran interpretados por cantantes o músicos, lo que hizo que el programa contará con una larga lista de colaboradores, algunos de los cuales aparecen en los recortes de prensa que se reproducen al final. Un follón, vamos, que en unos capítulos nos quedó mejor y en otros peor.


Uno de los episodios que personalmente me parece que no quedó mal del todo fue el correspondiente a la música de la guerra civil, al que pertenece la canción de hoy.

Partiendo de la idea de que las canciones de la guerra civil fueron las últimas que se transmitieron por el sistema folklórico tradicional del boca-oído, pensamos que los protagonistas bien podían ser un ciego y su lazarillo, que con sus pliegos de cordel y su guitarra desafinada a cuestas simulaban realizar un doble viaje: geográfico, de Madrid a Francia, y temporal, del presente al pasado. A lo largo del camino, mientras cantaban sus coplas en plazas y tabernas, se encontraban desde con un pregonero pueblerino con trompetilla, que tenía la cara de José Antonio Labordeta, hasta con el periodista Ricardo Cantalapiedra (que hablaba de la canción comercial de la guerra), el folklorista Luis Díaz de Viana, que analizaba las canciones de guerra, y el novelista Manuel Andujar, que comentaba esas mismas composiciones desde la propia experiencia de haberlas oído y cantado en su momento. Ni que decir que el ciego era Solfa y para el lazarillo no pensamos que pudiera haber otro que mejor diera el punto de golfería necesaria que Javier Batanero.

Y llega la canción. Naturalmente hacía falta dar algunos apuntes sobre la propia guerra, y decidimos no hacerlo a través de una voz en off que relatara la historia de la contienda, sino con algunas canciones que le dieran a esas partes un tono más lírico que documental, que contrastaría con las imágenes estrictamente reales que las acompañaban. Salieron unas 15 minutos de canciones para cuya grabación contamos con la ayuda, cantando, de Luis Pastor y Vainica Doble, aparte del propio Resines, que también hizo los arreglos y tocó junto a Judas Sanz, Juan Alberto Arteche y Miguel Ángel Chastang.

De aquella banda sonora he elegido “La Caída”, que habla de la pérdida de la guerra y el camino al exilio, que Ricardo Solfa y Javier Batanero cantaron de manera a mi entender magistral y emocionante. He recuperado las canciones, pero no las imágenes, por lo que le he puesto unas cuantas y excelentes fotos de Robert Capa, quizás quien mejor narró en imágenes aquel éxodo.




Para situar la canción y el programa, le podéis echar un vistazo a los primeros minutos del capítulo, que he recuperado y que os darán una idea del ciego y su lazarillo, del cartelón que les pinto Pedro Arjona y de la manera en que entraban las partes de documental musical.



Resulta que ya había colgado por aquí una de las canciones del programa, la que cantaban Vainica Doble.


Y para finiquitar el asunto, reproduzco algunos recortes de periódicos (El País, El Mundo, Diario 16 y El Independiente), que hay que decir que se portaron estupendamente con el programa. Habría que ver si hoy en día hubiera ocasión de hacer un espacio similar si obtendría la misma atención de los medios.








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