Ángela Davis. Entrevista babeante. 1973.
“Ángela, te
meten en la cárcel, /Ángela, que derribaron su hombre / Ángela, eres uno de los
millones / de presos políticos en el mundo. / Hermana, hay un viento que nunca
muere / la hermana, estamos respirando juntos Hermana, / nuestro amor y
esperanza siempre deben /seguir en movimiento,/ oh, tan lentamente en el
mundo./ Te dieron sol, te dieron el mar/ ellos te dieron todo/ la llave de la
casa, pero la cárcel/ Te dieron café Te dieron té /Ellos te dieron todo , pero
la igualdad de Ángela, /¿puedes oír la tierra /se está convirtiendo? /Ángela,
el mundo te mira/ Ángela, que pronto va a regresar/ a sus hermanas y hermanos
en el mundo/ Hermana, usted sigue siendo /una maestra de la gente hermana,/ tu
palabra llega lejos Hermana,/ hay un millón de razas diferentes ,/ pero todos
compartimos el mismo futuro/ en el mundo que te dieron/ el sol Te dieron el
mar/ Ellos te dieron todo/ lo que la llave de la casa,/ pero la cárcel /Te
dieron café Te dieron té /Ellos te dieron todo , /pero la igualdad de Ángela,/
te meten en la cárcel, Ángela,/ que derribaron su hombre Ángela,/ eres uno de
los millones de presos políticos en el mundo” (Traducción: Don Traductor de Internet)
Para un veinteañero español de 1973, aún con la sombra del acné bajo la reciente barba,
comunista y apasionado por la lucha de los negros estadounidenses y pajillero
que empezaba a escribir en los periódicos, conocer y entrevistar a Ángela Davis
–mujer, negra, inteligente, comunista y guapa—era como culminar una fantasiosa
orgía revolucionaria, si es que tal cosa pudiera existir. Por eso no es de
extrañar que cuando a primera hora de la mañana del 1 de enero de 1973 recibió
ese joven una llamada de un amigo diciéndole que Ángela Davis estaba haciendo
escala en Barajas, donde permanecería una horas antes de salir para Cuba, su
destino final, se me fueran de inmediato todos los vapores de la sidra El
Gaitero que había ingerido. (Hay que decir, como nota informativa, porque igual
hay algún joven que no lo conoce, que en aquellos años, en plena guerra fría y
en pleno bloqueo estadounidense a la isla caribeña, no se podía viajar de
Estados Unidos a Cuba directamente, y quienes lo hacían debían establecer
líneas quebradas de viaje que incluían escalas en algún país nórdico europeo y
Madrid).
Tengo algunas dudas sobre cómo fue
exactamente el asunto, porque lo que recuerdo y algún dato que aparece en el
artículo no coinciden, pero como el periodista de “El hombre que mató a Liberty
Valance” considero que si la leyenda se contradice con la realidad, hay que
imprimir la leyenda, así que vamos con lo que recuerdo.
La llamada llegó después de una noche alcohólico
festiva en la fiesta clandestina que cada año organizaba el PCE y sus
simpatizantes para celebrar que el paso de esa hoja concreta del calendario indicaba
que quedaba un año menos de dictadura, apreciación justa fuese lo que fuese a
durar el franquismo. El que llamaba era Juan Romero, compañero en aquellos
tiempos, junto a Álvaro Feito y Tina Blanco, en los artículos que firmábamos
como Equipo Ernesto Sandino, fuese quien fuese el que los escribiera. Una
azafata amiga que había traído a Ángela Davis le había despertado para
contárselo y él me despertaba a mí. Estaba el problema de que yo no tenía ni
idea de inglés, pero Juan era una joya, no sólo hablaba la lengua del hombre
blanco sino que tenía cámara de fotos y coche.
Ángela Davis era perfectamente
distinguible en la sala de pasajeros de Barajas, a la que entonces se podía
acceder sin carnet periodístico de ningún tipo, que por lo demás no teníamos,
ni pedir permiso a ninguna autoridad competente. Negra, altísima, aún más alta
por la rizada cabellera negra que la coronaba, destacaba desde lejos de la
multitud. Iba acompañada por un par de personas. Nos acercamos, nos
presentamos: “mire usted, señora, somos dos jovencitos rojos españoles que
queremos entrevistarla”, e inmediatamente estábamos hablando largo y tendido
sobre intereses comunes en una charla distendida y cómplice.
Debimos darnos prisa en tenerlo
preparado (y esa es mi principal contradicción con la realidad) y llevarlo al
diario INFORMACIONES, entonces el “progre” de Madrid, donde aceptaron
publicarlo aún sin tener ni idea de quienes eran esos ernestos sandinos tan
barbados. Lo publicaron el día 2 e incluso pusieron una pequeña llamada en
portada.
Como periodista y como lector de
periódicos siempre he sido contrario a las llamadas “exclusivas”. Creo que si
la noticia es importante debería publicarse en todos los medios para que
llegara a la mayor cantidad de personas posible, y si fuera una tontería, como
suelen serlo la mayoría de las que se presentan como informaciones
sensacionales, sencillamente no deberían publicarse. Todo lo más en un breve.
Lo demás no es periodismo es márquetin. En esta ocasión, no obstante, me gustó
que no hubiera nadie más (claro que yo por entonces prácticamente desconocía
eso de las ruedas de prensa) y que la conversación pudiera ser distendida y
tranquila.
Complemento la entrega con el escaneado
de un largo artículo que había publicado Ángela Davis en julio de dos años antes
en la revista MUNDO SOCIAL. Parece claro por las notas a mano que me sirvió
como documentación para la entrevista.
También he buscado un par de canciones que
sirvan de ilustración musical y que pueden demostrar, a quienes por edad u otra
condición no conozcan suficientemente a Ángela Davis, su importancia histórica y la repercusión
que alcanzó, y que aún mantiene hoy en día, fiel a sus principios y coherente
con ellos.
Ángela Yvonne Davis, nacida el 25
de enero de 1944 en Birmingham (Alabama), de raza negra, miembro del Comité Central
del Partido Comunista de los Estados Unidos, ha pasado por Madrid vía La
Habana. Invitada oficialmente por el Gobierno de Fidel Castro para celebrar las
fiestas de año nuevo y la fiesta nacional de Cuba, que tiene lugar el 15 de
enero, llegó al aeropuerto de Barajas, procedente de Francfurt, la noche del
pasado sábado 30 de diciembre.
Su
estancia en Madrid ha sido breve, apenas unas horas, ya que el domingo día 31
partía de nuevo hacia La Habana. En estas cortas horas, Ángela Davis no ha
salido del hotel, excepto para asistir al espectáculo que un grupo de danza y
canción cubano ofrece en una discoteca madrileña. En todo momento, Ángela Davis
ha estado acompañada por miembros de la Embajada cubana, que la han acompañado
tanto al espectáculo como en sus desplazamientos al aeropuerto. El motivo de su
paso por Madrid fue la negativa del Gobierno mejicano para permitirla utilizar
su territorio como punto de partida hacia Cuba, viéndose obligada a pasar
previamente por Alemania y España.
A.
Davis fue puesta en libertad el 4 de Junio del recientemente acabado 1972. Estaba
en la cárcel desde el 13 de octubre de 1970 y durante todo este tiempo había
pesado sobre ella una petición fiscal de pena de muerte, acusada de haber
facilitado las armas que utilizó Jonathan
Jakson en el asalto a un Juzgado de San Rafael (California) exigiendo la
libertad de su hermano George Jakson.
Con motivo del juicio se organizó una campaña de protesta a escala mundial,
dando lugar a una situación que remitía a casos judiciales famosos en la
historia de Estados Unidos, como los de Joe
Hill (1915), Sacco y Vanzetti
(1927) o los esposos Rosenberg
(1953), tanto por su contenido político como por la ola de pasión levantada. La
Prensa internacional prestó al caso una especial atención, publicando infinidad
de noticias, comentarios y biografías sobre ella. (INFORMACIONES publicó los
días 29 de febrero, 1 y 2 de marzo de 1972 una serie de reportajes sobre el
caso).
Al
ser puesta en libertad A. Davies expresó su intención de continuar la «lucha por la liberación de su raza». («Éste no es sólo el día más feliz de mi vida,
sino el día en que aquellas personas que habían luchado por mi libertad
iniciaran conmigo una lucha contra la opresión.») Desde entonces ha
participado en la campaña electoral americana explicando su idea del país y ha
viajado por todo el mundo.
En
la Unión Soviética la concedieron el premio Lenin de la Paz y ha sido elegida
miembro del Comité Central del Partido Comunista estadounidense.
En
Madrid, Ángela ha dicho acerca de su actividad en favor de la actuación de
varios activistas políticos condenados por diversos delitos:
--Esta es en estos momentos nuestra preocupación,
y parece como si hubiera una posibilidad de ganar este caso de los presos
políticos, pero la única forma posible es conseguir el apoyo de un amplio
movimiento de masas. Estamos tratando de crear este movimiento en torno al caso
de Rap Brown, así como el del
«hermano» Ben Chaves, de Carolina
del Norte, y unos treinta «hermanos» y «hermanas» más que tienen que ver con
él. Hay, además del caso de Richard McGee,
en California, los seis de San Quintín, entre ellos Fleeta Drungo, Emory Butler,
en Atlanta, y podría seguir citando nombres, ya que conocemos positivamente que
hay cientos de casos y sabemos también que hay otros cientos más en el
anonimato. Millares en total.
--¿Cuál es su opinión sobre la política desarrollada por el Gobierno norteamericano en
Vietnam en estos momentos?
--Como decía, antes, tenemos que tratar de
movilizar todas nuestras fuerzas en todo el mundo para poner fin a esta guerra.
Está claro desde un principio que la estrategia de Nixon fue presentarse con un
papel pacífico para ser reelegido, y en cuanto ganara desencadenar la agresión
otra vez. Y esto es lo que yo dije en muchísimas charlas antes de las
elecciones y en lo que insistimos mucho; ahora nuestras predicciones se han
cumplido.
--¿Ha
pensado en escribir un libro?
--He
pensado en ello, pero de momento no sé si
lo haré, porque hay mucha actividad política que desarrollar y no tengo tiempo
para ponerme a escribir.
Desde
la llegada de Ángela Davies al aeropuerto, donde finalmente nos hizo estas
declaraciones, estuvo rodeada de gente que acudía a saludarla, entre ellos los
miembros del grupo de baile cubano que fueron a despedirla y algunos pasajeros
del avión en el que viajaría a Cuba.
Ángela Davis tuvo una
estrecha amistad con el principal protagonista del asalto al Tribunal de
Justicia de San Rafael, en California, Jonathan
Jackson. Jonathan murió en la operación. Era hermano de George Jackson uno de los dirigente del
grupa activista negro «Hermanos Soledad», con John W. Ciuchette y Fleta
Drungo. George murió en un intento de fuga de la prisión el 21 de agosto de
1971.
Después
de la muerte de George Jackson los
«Hermanos Soledad» fueron diseminados por varias cárceles. Los seis de San
Quintín son el grupo que junto a Fleta
Drungo forman cinco presos negros más que se solidarizaron en su dia con
los “Hermanos Soledad”.
Rap Brown, líder del
llamado Comité Coordinador Estudiantil No-Violento, está condenado a veinte
años de cárcel por terrorismo, aunque pesan otros cargos contra él y el
reverendo Ben Chaves, es un
dirigente chicano deCarolina del Norte. Por último, está Richard McGree, condenado bajo acusación de poseer y consumir
drogas.
NOTA. Supongo que habrán notado la contradicción entre memoria y realidad. Sí es verdad lo que recuerdo, las fechas del texto están equivocadas. Si el artículo es exacto, que sin duda lo es, mi recuerdo vive por su cuenta. Sea como sea, tanto el escrito como lo recordado existen. Lo escrito en el papel, la memoria en mi cerebro.
NOTICIA DE PORTADA DEL DÍA DE LA ENTREVISTA
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"Mundo Social" (1970)
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