lunes, 13 de mayo de 2013


Barón Rojo. Rock de Barrio (1984)




 Hay que ver a dónde había que acudir para darse a conocer,
aunque ya lo dicen en la canción:
"Los rockeros van al infierno".
Presentados por José Luis Fradejas en Aplauso.




Desde siempre he tenido una cierta querencia personal por el heavy, especialmente por el español, que como dicen los hermanos Castro en la entrevista tuvo, y tiene, unas características muy especiales que le distingue del de sus colegas anglos, prácticamente las mismas que distinguían el underground patrio del de otras latitudes. Básicamente una más íntima relación con la realidad social y política que les rodeaba, que en el caso del rock duro viene directamente de su aparición en escena en los primeros años de la resaca postfranquista.

Los heavys españoles de la época eran de barrio, agresivos y rojos, características que en Barón Rojo están claramente en su música, pero también en la militancia política de sus fundadores, Armando y Carlos de Castro, que en un tiempo se afiliaron al PCE, y en el trabajo sindical que desarrollaron durante años para crear un sindicato de músicos.

En 1984 publiqué en MUNDO OBRERO la entrevista que transcribo, en la que hablaban de estas y otras cosas igualmente poco habituales.





MUNDO OBRERO. 14 JUNIO 1984

Su último doble álbum, grabado en directo en un reciente recital en el Pabellón de Deportes del Real Madrid, el éxito dentro y fuera de España, los ha convertido en el grupo de rock de mayor audiencia de España. Son Barón Rojo, y cada una de sus actuaciones es una convocatoria para soltar adrenalina al son de unas canciones que con ritmo fuerte tratan de algunas de las cosas que suceden cada día a nuestro alrededor: el poder del dinero, la incomunicación, la miseria de las grandes ciudades, la opresión, la falta de libertad. Van a actuar en la próxima e inmediata fiesta de MUNDO OBRERO --que por cierto tiene un indudable sabor rockero en el programa, especialmente el día 29-- y hablamos con ellos en un bar, entre parejas que hablan de sus cosas y señoras con niños. El ruido de la televisión y las máquinas tragaperras de fondo.

--Vuestro público es básicamente juvenil y obrero. Gente de barrio que se siente orgullosa de serlo y no tiene envidia de pasear por Serrano mirando escaparates para comprar algún modelo novedoso. ¿Por qué?, ¿cómo os relacionáis con ellos?

--El asunto es que nosotros venimos de clase obrera, y, lógicamente, estamos más cerca de nuestra gente que de otra. No es que descalifiquemos a la gente de Serrano, entendiendo que esto es un símbolo de una cierta forma de vivir. Pero nosotros no somos así. No somos gente que venga de un estrato social alto y a la hora de ponernos a escribir y a componer, tenemos que hacer cosas que sentimos, que hablan de nosotros y nuestra gente, porque sí no quedaría todo muy artificial y falso. En nuestras canciones creemos que se nota que venimos de clase obrera y que nos integramos en ella, sabemos qué es lo que quiere y tratamos de hacer algo con nuestra música que apoye eso.

--Hace años en los barrios se cantaban otras cosas, otro tipo de música, ahora hay una movida de gente muy joven que se identifica con el rock duro, ¿es esta la música más representativa de esos barrios?

--Quizá es que el rock duro tenga varios elementos que le hacen atractivo para la gente joven, A través de él se pueden decir cosas con las que se protesta de la situación en que se vive, y, además, se puede decir a un volumen muy fuerte, de una manera muy contundente. Es una forma de protestar más alto, sin despreciar para nada a los cantautores, por ejemplo, a los que respetamos. Pero esta es nuestra forma de expresión y la de a gente que nos rodea.

La música de Barón Rojo es, al mismo tiempo, una forma de expresión de la juventud de los barrios y una lejana esperanza de salir de la situación en que viven. "En una película que hablaba de la vida de Jimy Hendrix –explican--, Roger Daltrey, el cantante de los Who, contaba que él se metió en la música porque, siendo de clase obrera, los jóvenes tenían tres opciones: dedicarse a la delincuencia, al fútbol o a la música. En nuestro país se podría ser también maletilla, pero la situación es parecida. La música es una forma de vivir en un ambiente en el que el paro abunda y la miseria es asfixiante. En nuestro caso también se da, como cosa importante, que la música nos captó desde pequeños y esta es la forma que hemos encontrado de dar expresión y canalizar nuestras inquietudes, nuestros sentimientos".

--¿No constituye cierto peligro para expresar ese ansia liberadora, de protesta, que vosotros queréis dar a vuestras canciones, la utilización de un vehículo como el rock duro, tan contundente, tan dogmático a veces a nivel musical?

--Hombre, eso es un poco inevitable. El pensar que lo que a uno le gusta es lo mejor es algo inherente al ser humano. Eso pasa en el rock duro, en la ópera, en el jazz o en el flamenco. Ahora bien, hay una cosa que nosotros detestamos, que es el fanatismo. Nunca es bueno, ni de un signo ni de otro, ningún fanatismo es bueno, no te lleva a ningún sitio y nosotros intentamos huir de ello, lo que pasa es que se mezclan muchas cosas, muchas historias, en las que a veces parece dogmático lo que no quieres que lo sea.

--¿Por qué en España el rock duro está más cargado de ese sentimiento de protesta social o política que en otros sitios, en Inglaterra, por ejemplo, su lugar de origen, donde los grupos hablan de cosas menos concretas?

--Es verdad que el rock duro no ha tenido en otras partes una conciencia social tan acentuada, pero la cosa es sencilla. Cada pueblo reacciona de acuerdo con aquellas cosas que le presionan. Y ya se sabe, a mayor presión, mayor reacción. En España hemos vivido una presión muy fuerte en tos cuarenta años de todos conocidos y la reacción ha sido también más fuerte. El rock no podía dejar de reflejar esa realidad, cosa que no ha pasado en otros países. ¿De qué van a hablar ellos?, pues de su chica, de su moto, de lo que viven. Nosotros hablamos de lo que vivimos y de lo que nos condiciona. Por eso el rock español, en general, no sólo el de Barón Rojo, está más radicalizado y es más fuerte y más agrio.

--¿Cómo se ven las cosas cuando se ha salido fuera de España y se ha triunfado?

No varía mucho, se sigue pensando lo mismo, aunque de lo que sí te das cuenta es de que has tenido una base muy buena, una gente que te ha seguido y te sigue, y eso da mucha fuerza moral. Lo que se siente al salir de España y triunfar es un gran orgullo de ser español y de decir: Ahora estoy tocando en Liverpool o Birmingham y la gente responde, cuanto creíamos que éramos unos pobrecillos españoles, con ese complejo de inferioridad que le han metido a nuestra generación desde pequeñitos. Eso te da una visión más lúcida, más distanciada, de la vida.

--Barón Rojo son cuatro músicos veteranos que llevan muchos años tocando sus instrumentos, haciendo de todo en condiciones no siempre fáciles, desde bodas y bautizos hasta acompañar a cantantes de diversos tipos. Al final les ha llegado el éxito haciendo el tipo de música que les gusta, cosa que no siempre es posible.

--La vida del músico es un acertijo. Uno empieza porque le justa y luego intenta profesionalizarse, vivir de ello. Y eso lleva mucho tiempo, porque a veces hay que trabajar o estudiar al mismo tiempo, y después de currar ocho horas dedicarse a la música es un esfuerzo especial. Es muy penoso, porque para salir de esa situación tienes que contar en muchos casos con la suerte. No basta con hacer lo que te gusta y hacerlo bien, hay que contar con que se fije en ti una casa de discos, con que tengas un cierto éxito y puedas continuar grabando y actuando. Hay que estar muchos años hasta que puedes empezar a sacar adelante lo que te gusta hacer. Claro que tampoco la vida engaña a nadie. Quien se mete a músico sabe que las va a pasar negras, que va a hacer muchos kilómetros en furgoneta, incómodo, que va a dormir in cualquier sitio y comer cualquier cosa, pero también tiene sus compensaciones, la libertad te vivir como quieres, de levantarte y acostarte cuando te apetece. Y esas son libertades que tienen un precio.

--Los integrantes de Barón Rojo tienen también a su espalda muchos intentos de hacer más digna su profesión, de intentar luchas sindicales que no siempre han llegado a buen término y que hoy pasan por un momento bajo. ¿Por qué se ha venido abajo el movimiento sindical de músicos? ¿Por qué se está tan desunido, en ese terreno, quedándose atrás otros intentos pasados?

--Lo que sucede es que la situación de los músicos es un reflejo de la de la sociedad en general. Si hay problemas de paro, de las autonomías, de terrorismo, si los sindicatos van desunidos el primero de mayo, pues esos problemas se extienden al campo de la música. Los músicos, que viven aislados sin un sitio común de trabajo, preocupados por sus problemas específicos, sufren esa situación. La crisis que pueda haber en la música en ese terreno, que no hay unidad, que hay desánimo, es un reflejo de la vida nacional. Sería fenomenal que tuviéramos un sindicato unitario que protegiera al músico, pero ese es un problema que va tardar en solucionarse. Hasta que no se estabilice la sociedad y los problemas cotidianos, lo que condicionan la vida de cada día, no se va a notar un avance en ese terreno ni en los músicos, ni en los pintores, ni en el teatro, ni en otros sectores, que vivieron un momento de auge reivindicativo y hoy están más silenciosos, más aislados.

Ha ido pasando el tiempo, se ha terminado el café que habíamos pedido, en el bar ya no está, la misma clientela, que se ha sustituido por otra similar, similares parejas, señoras y niños, similares hombres solos acodados en la barra, acompañados todos por la misma tragaperras y la misma televisión que siguen haciendo los mismos ruidos. Es un bar de barrio. Acabamos la charla y nos des pedimos. Dentro de unos días volveremos a vernos, en la fiesta de MUNDO OBRERO, donde ellos, junto a Mediterráneo, Roca Negra, Asfalto, Banzai y Topo, pondrán ritmo rockero a la vida de la calle.



Peleando hasta el final.
Ensayando “Resistire” en El Salvador en 2012








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