GALERIA DE MAESTROS
Woody Guthrie.
El último de los viejos trovadores y el primero de los cantantes contemporáneos
Se me ha ocurrido abrir esta galería de
maestros en la que colgar escritos varios sobre algunos cantautores,
intérpretes y músico populares que creo que merecen ese calificativo. ¿Y qué es
lo que yo considero “maestros”? Para explicarlo brevemente diré que aquellos
que en su creación cogen un lenguaje artístico preexistente, en este caso el de
la canción, y a través de aportación personal lo transforman hasta convertirlo
en una nueva forma de decir, propia e identificable, a partir o alrededor del
cual surge todo un movimiento nuevo. Aquí ya se ha escrito de algunos: Violeta Parra, José Afonso, Frank Zappa, Eduardo Falú, Pete Seeger o Dylan, pero quedan algunos más
que iré poniendo poco a poco. Hoy le toca a Woody Guthrie.
Como se puede comprobar, todos los
integrantes de la lista, excepto Falú,
ya muy anciano, y Dylan, siempre una
excepción, están muertos. Y es que esa es la condición que me voy a autoimponer
para la galería, que todos los artistas hayan fallecido. Así me quito angustias
de encima sobre lo que pudieran pensar los vivos. Por similar motivo me temo
que me voy a limitar a artistas extranjeros. Aunque no me extrañaría que
cualquier día decida que esas normas son estúpidas y que como yo las he dictado
yo puedo cambiarlas, y me rinda ante un español, en cualquiera de sus variantes
nacionales o regionales, vivo y coleando.
En uno de los artículos se dice de Woody
Guthrie que fue, como he recogido en el título, “El último de los viejos trovadores y el primero de los cantantes
contemporáneos”. Me sigue pareciendo cierto, y no sólo cronológicamente,
pues comenzó su obra años antes que los demás en cualquier lugar del mundo,
sino por su extraordinaria talla creativa. Un artista fronterizo entre dos
tiempos y entre dos formas de entender la canción que creo que debería ser
conocido, estudiado y admirado por los jóvenes que quieren hacer de la canción
de autor su oficio. Como en las escuelas de Bellas Artes se estudia a Goya o a Picasso (supongo, porque ahora no se sabe e igual al que se estudia
es a Warhold).
EL PAÍS. HISTORIA DEL ROCK. 22 FEBRERO 1987
Siempre tuvo
aspecto famélico, recorrió Estados Unidos a bordo de interminables trenes de
carga o paseando con parsimonia las polvorientas carreteras. Cuentan que era
noctámbulo, bohemio y desordenado; quiso ingresar en el Partido Comunista
Americano y no se lo permitieron por heterodoxo, pero contó en más de mil
canciones cuanto vio, vivió y pensó a lo largo de su corta pero agitada vida.
Se llamó Woody Guthrie y su nombre
figura con letras de fuego en la historia de la música popular de nuestro
siglo. Fue el primer cantautor y todavía hoy, cuando Bruce Springsteen quiere una canción que refleje como ninguna otra
el espíritu joven, inconformista y fuerte de América, recurre a un tema del
viejo Woody: This land is your land (Esta tierra es tu tierra).
Nació el 14 de
julio de 1912 en Oklahoma, en la ciudad de Okemah, "la más cantora, bailarina, bebedora, gritona, presumida, andarina,
chismosa, ruidosa, llorona, fusiladora, peleona y apostadora" de las
ciudades norteamericanas, según cuenta en su autobiografía (Bound
for glory, 1943). Desde siempre ha sido considerado un cantante protesta,
pero su obra llega mucho más lejos. Hizo canciones contra la guerra y el
desempleo, acompañó a los huelguistas y a los vagabundos, recuperó la historia
de bandidos generosos y anarquistas asesinados, pero también cantó con su voz
rasposa y su guitarra afónica a los niños y a los viejos, a los montes boscosos
y a las llanuras desérticas.
Cuando aún el
nazismo no había asolado Europa ya había escrito en su guitarra la frase:
"Esta máquina mata fascistas".
Se unió con otros cantantes de origen folk en los Almanac Singers o Peoples
Songs, asociaciones de cantantes progresistas dedicados fundamentalmente a
apoyar con sus canciones y sus recitales las reivindicaciones obreras.
Mucho antes de que
los Beatles hicieran con Sgt. Pepper la experiencia de considerar
el disco no como una colección indiscriminada de canciones, sino como una obra
unitaria, Woody había compuesto álbumes que eran ya obras tan completas como pueda
serlo un libro de poemas o una novela. Así surgieron sus canciones sobre la
construcción de las grandes presas de Bonneville y Grand Coule (“Columbia balads” 1937), sus “Baladas de Sacco y Vanzetti” (1946) y,
sobre todo, sus espléndidas “Dust bowl
ballads” (Baladas de la cuenca del polvo, 1950), la saga en la que cuenta la
emigración a California tras el crack del 29, que finaliza con la irrepetible Tom Joad, una balada de siete minutos en
la que resume la densa historia que John
Steinbeck había contado en sus quinientas páginas de Las uvas de la ira y John
Ford en la película en la que Henry
Fonda encarnaba a Tom.
Woody Guthrie murió el 3 de octubre de 1967, tras 12
años en un hospital, a causa de la enfermedad de Huntington. Anteriormente
había cantado en ocasiones con sus mejores amigos (Sonny Terry, Brownie McGhee,
Cisco Houston, Leadbelly o Pete Seeger)
en actuaciones de gran intensidad. Para ellos --y para algunos más jóvenes,
como Jack Elliot, Tom Paxton, su propio hijo, Arlo, o Bob Dylan--, Guthrie fue un compañero y un maestro.
De la saga de
viejos compinches de Guthrie merece destacarse a Pete Seeger (Nueva York, 1919), que además de primer discípulo ha
sido un maestro por sí mismo, además de ser el cantante puente entre Guthrie y los cantautores más jóvenes,
a los que transmitió sus canciones. Prolífico, incansable viajero, autor él
mismo de pocas pero valiosas composiciones, su trabajo como intérprete dio a
conocer antes que nadie a Phil Ochs,
Paxton o Dylan, entre muchos otros.
Dibujos del comienzo: Woody Guthrie
MUNDO OBRERO. 25 NOVIEMBRE 1983
Se dice a menudo,
con cierta ligereza, que el disco es cultura, una afirmación que muy pocas
veces se lleva a la práctica, habiéndose convertido de hecho la industria
discográfica en una operación de marketing cada vez más descarada. Así el disco,
ese presunto producto cultural, se convierte en un objeto de compra y venta que
prescinde de toda intención cultural. Por eso es doblemente gratificante
encontrar que alguien, desde posiciones de independencia de las
multinacionales, lance una colección discográfica que se plantea desde una
concepción madura de la canción, ajena a las imposiciones comerciales, que concibe
el disco como creación intelectual y vehículo de comunicación. La edición en
España del sello estadounidense Folkways Records cumple esos requisitos.
Dirigido por Moses Asch, Folkways ha completado a lo
largo de más de treinta años un catálogo discográfico en el que se recogen las
más importantes producciones del folk americano, con abundantes incursiones en
el jazz, el clásico o la música étnica de todo el mundo, partiendo siempre de
un respeto absoluto a la obra del cantante y un alto rigor intelectual y
político. La casa Discoplay, dedicada hasta ahora exclusivamente a la venta de
discos, ha iniciado su publicación en Estaña, sacando a la luz pública una
primera tanda de diez álbumes que merecerían la pena ser reseñados uno a uno.
Se incluyen discos de Pete Seeger, Peter Lafarge, Leadbelly, Rory y Alex
McEwen, The New Lost City Ramblers,
entre otros, siendo quizá el más representativo de todos el dedicado a las
"Baladas de Sacco y Vanzetti”,
compuestas y cantadas por Woody Guthrie,
probablemente el más importante de los cantantes populares americanos y una
figura indispensable en la canción popular de todo el mundo.
El caso Sacco y Vanzetti constituye una más de
las escandalosas injusticias legales que con tanta insistencia se han repetido
a lo largo de la historia de los Estados Unidos, similar a las de Joe Hill, los esposos Rosemberg o Angela Davis, por citar sólo algunos de los más conocidos. El 15 de
abril de 1920 se produjo un robó con asesinato en una fábrica de la localidad
de South Braintve, Massachusetts, a consecuencia del cual se detuvo a dos
anarquistas de origen italiano, Nicolás
Sacco y Bartolomé Vanzetti,
activistas sindicales, que fueron acusados del crimen y juzgados durante siete
años en un largo proceso en el que intervinieron ciento sesenta testigos.
Ciento cincuenta de ellos declararon a favor de los acusados, otros cincuenta
se mostraron inseguros de la identificación y de los cinco restantes sólo uno
fue tajante en acusar a los encausados, considerándose válido un testimonio de
identificación producido un año después del suceso.
Sacco y Vanzetti
fueron ejecutados junto a Celestino
Madeiros, un delincuente común que sí reconoció su participación en el
asalto y que confirmó la inocencia de los dos sindicalistas, el 22 de agostó de
1927, en medio de un impresionante movimiento de protesta en todo el mundo.
Con este
material, Moses Asch, director de
Folkways, encargó una serie de canciones a Woody Guthrie, que se completaron
con un epílogo a cargo de Peter Seeger,
quien musicó y cantó la carta que Vanzetti había enviado a su hijo el día
anterior a la ejecución. El resultado es no sólo fascinante, sino, sobre todo,
un ejemplo de cómo la canción contemporánea puede seguir ejerciendo una de las
funciones que había venido teniendo a lo largo de toda la historia, la de ser
crónica y valoración de la Historia.
En las doce
canciones que componen el disco se van desmenuzando con rigor e inspiración las
circunstancias del caso. Cada composición es un paradigma de canción histórica
y de utilización de un lenguaje cotidiano, conscientemente "antipoético",
envuelto en ritmos y forma musicales de origen o inspiración folklórica que constituyen
un fresco, ácido y lúcido retrato de un momento crucial de la historia de
Estados Unidos. Hoy, treinta y ocho años después de compuestas las canciones,
el disco sigue siendo una obra de extraordinaria belleza y sorprendente interés
socio-cultural, de cuya edición no podemos menos que felicitarnos.
EL PAÍS. 7 AGOSTO
1987
La hoja
informativa de televisión dice de Woody
Guthrie --sobre el que trata la película Esta tierra es mi tierra que se emite esta noche-- que es un héroe
americano. ¿Es cierta? Probablemente sí, aunque, desde luego, no sea el héroe
de la América reaganiana de los años ochenta. En todo caso, sería el héroe de
esa otra América marginal, popular y rebelde que ha escrito buena parte de la intrahistoria
americana en su oposición al sistema.
Lo que sí es Woody Guthrie (1912-1967) es uno de los
grandes cantantes y compositores de canciones que ha dado Estados Unidos: el
último de los viejos trovadores y el primero de los cantantes contemporáneos.
Con él acabó el
ciclo folclórico de las canciones populares americanas y se abrió el de la
canción como forma artística. Vagabundeó por todo el territorio americano como
viajero clandestino en trenes de carga o como precoz autoestopista.
Colaboró con los
sindicatos, para los que escribió infinidad de canciones, conoció en detalle el
Metro de Nueva York y los caminos polvorientos de California, y dejó retratada
en miles de canciones la América en crisis de los años treinta y cuarenta.
En su estela de
actor y cantante quedaron enganchados buena parte de los más importantes
músicos populares americanos, de Pete Seeger a Dylan, de su hijo Arlo Guthrie a
Bruce Springsteen, algunos de los muchos intérpretes que en años sucesivos
cantarían y grabarían sus composiciones.
Novela
autobiográfica
En 1943 apareció
publicada su novela autobiográfica Bound for glory, en la que se basa la
película que 23 años después filmaría el director Hal Asby, consiguiendo un
buen retrato de ambientes y personajes, aunque sin el encanto naif y primitivo
de la novela original. En ella, Guthrie contaba sus años de infancia y su vida
errante por los distintos estados de la Unión. Aún le quedó por contar su
alistamiento voluntario a bordo de un barco mercante en la Segunda Guerra
Mundial, sus colaboraciones en el periódico comunista Daily Worker, sus
grabaciones para la biblioteca del Congreso o su internamiento en 1955 en el
hospital a causa de la enfermedad de Huntington, que le llevaría a la muerte 12
años después.
¿Un héroe
americano? Desde luego, aunque nunca compartiera cartel con Ronald Reagan.
Aunque no he encontrado la versión de Woody,
la canción es tan buena , un precedente de todo el Tex-Mex,
que merece la pena escucharla, sobre todo si, además de cantarla con
Emmilou Harris,
la explica Arlo Guthrie.
Y para terminar con el maestro Woody
Guthrie me gustaría proponer un cierto ejercicio. La Canción “Tom Joad” está
basada en la película “Las Uvas de la ira”, que John Ford dirigió en 1939 a
partir de la novela de John Steinbeck. Según cuentan, Gutrhie había quedado tan
impresionado al ver la película que al salir del cine se dirigió a casa de Pete
Seeger, que vivía cerca y que ya se estaba acostando, y le pidió pasar la noche
allí. Seeger se fue a la cama y le dejó en la cocina con una botella de vino. Al
levantarse, Guthrie se había quedado dormido con la cabeza encima de la mesa,
sobre la que estaba la botella vacía y un papel con la canción escrita.
El ejercicio que propongo, y quien lo
realice estoy seguro que quedará satisfecho, es no ya leer la novela, que
aunque se debería igual lleva mucho tiempo, pero sí ver la película y a
continuación escuchar la canción (que cuelgo con subtítulos). Comprobará como
es mentira ese lugar común de que de una buena novela siempre sale una mala película,
y, por otro lado, asistirá al deslumbrante espectáculo de intelectual de cómo
puede pasar la misma historia a contarse en una novela de 700 páginas, una
película de dos horas y una canción de casi siete minutos (otra característica
a destacar de “Tom Joan”. No sé si anteriormente hay una canción popular de esa
duración que no sea algún viejo romance de ciego.
"LAS UVAS DE LA
IRA" creo que la podréis ver en este enlace:
Como ya te digo en privado, por lo visto Woody nunca grabó ni musicalizó "Deportee"; lo hizo un profesor llamado Martin Hoffman y se la dio a Pete Seeger y Cisco Houston, que fueron los primeros en interpretarla. Probablemente, al igual que yo, tengas en mente la escena de la película en la que Woody sale cantándola junto a Cisco: debió ser así, pero no pudo ser. Abrazos amigo.
ResponderEliminarhttp://en.wikipedia.org/wiki/Deportee_%28Plane_Wreck_at_Los_Gatos%29