lunes, 6 de mayo de 2013


Pablo Guerrero. Una interpretación poco conocida. 1977
“Dulce Muchacha” (Antonio Gómez/Antonio Resines)


 
El Cubri


En 1977 se grabó el disco “Cantata del exilio / Cuándo llegaremos a Sevilla”), en que con texto mío y música de Antonio Resines, que naturalmente también cantaba, intentamos homenajear a toda una generación de españoles que, perdedores de una guerra civil, atravesaron la frontera para ser internados en campos de concentración franceses, de los que salieron para integrarse en la resistencia contra los nazis, lo que les costó pesares, cárcel, campos de exterminio y en muchos casos la muerte. Era una historia de la que entonces se había hablado poco y que todavía hoy no ha sido valorada por la sociedad española, y menos por las instituciones, como la gesta heroica y terrible que supuso.

Portada: El Cubri

No voy a hablar de aquella cantata, pues algunos amigos (FernandoGonzález Lucini  o Gustavo Sierra en primer lugar. Gracias) se han ocupado de hacerlo en los últimos años, en los que, por cierto, se le ha prestado más atención al disco que cuando se editó, que apenas mereció media docena de reseñas. Ahora, incluso se ha hecho con sus canciones (no con las narraciones ni con los testimonios) un bonito trabajo en una web italiana, creo que por mediación de Gustavo.

Sea como sea, lo que hoy quiero colgar en este blog es una canción de aquella obra que supone quizás la menos conocida de las interpretaciones de Pablo Guerrero, porque el disco no debió llegar a los 300 vendidos del de Música Dispersa, aunque tiene el interés añadido de ser una de las pocas veces ha cantado una composición totalmente ajena, en letra y en música. Por suerte para Resines y para mí, no sería la única vez que participaría en un tema nuestro (“Mujer, remanso y manantial”, del disco “Cuentos, cosas y menos”.Fonomusic. 1984) o que cantaría una canción de Resines adaptando al poeta franco alemán Ivan Goll (“Llevo igual que un tatuaje”, del álbum “Los momentos del agua”. Fonomusic 1984), que aprovechándonos de la vieja relación que nos une a él, de la que ya he dejado constancia en el blog, y a que sabemos de su dificultad a negar favores solicitamos su colaboración que nunca nos negó.

En esta ocasión había una canción que nos parecía que sólo Pablo Guerrero podía cantar con la ternura y emoción que creíamos que necesitaba (la hondura se la puso por su cuenta). Se trataba de un recuerdo a las mujeres españolas que habían participado en la resistencia francesa, y no queríamos hacer un canto épico sino una canción de amor. Esto es lo que quedó. Pablo les dio a aquellas mujeres con su voz mucho más de lo que nosotros habíamos puesto en la canción, porque hay temblores del alma que solo el cantor puede aportar.

Con aquella grabación, un par de dibujos de los que El Cubri hizo para la portada, varias palomas de Picasso, unas cuantas fotos de los libros que entonces nos sirvieron de documentación y algunas otras sacadas de internet, he preparado este vídeo.

La voz del testimonio que suena bajo la guitarra que tocó Ignacio Sáenz de Tejada es mi tía, Villar Gómez, que recorrió muchas veces las calles de París con la maleta llena de panfletos o de balas para el maquís, que ella pronuncia a la francesa. Incluso dejamos la equivocación del medio, porque no queríamos repetir la toma. La guitarra de la canción la puso Luis Mendo y los teclados Miguel “Judas” Sanz, que como miembros de Malasaña habían hecho con Antonio los arreglos del LP. La flauta la tocó Julián Llinás



POSDATA: antes de colgar este tema leo un artículo sobre la desatención y el olvido en que se tiene en España a los españoles internados en campos de concentración nazis. Me parece que mañana volveré sobre el tema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario