Pablo Guerrero.
Una interpretación poco conocida. 1977
“Dulce Muchacha”
(Antonio Gómez/Antonio Resines)
En 1977 se grabó
el disco “Cantata del exilio / Cuándo llegaremos a Sevilla”), en que con texto
mío y música de Antonio Resines, que
naturalmente también cantaba, intentamos homenajear a toda una generación de
españoles que, perdedores de una guerra civil, atravesaron la frontera para ser
internados en campos de concentración franceses, de los que salieron para
integrarse en la resistencia contra los nazis, lo que les costó pesares, cárcel,
campos de exterminio y en muchos casos la muerte. Era una historia de la que
entonces se había hablado poco y que todavía hoy no ha sido valorada por la
sociedad española, y menos por las instituciones, como la gesta heroica y
terrible que supuso.
Portada: El Cubri |
No voy a hablar
de aquella cantata, pues algunos amigos (FernandoGonzález Lucini o Gustavo Sierra en primer lugar. Gracias) se han ocupado de hacerlo en los últimos años, en los que, por cierto, se le ha prestado más
atención al disco que cuando se editó, que apenas mereció media docena de
reseñas. Ahora, incluso se ha hecho con sus canciones (no con las narraciones
ni con los testimonios) un bonito trabajo en una web italiana, creo que por
mediación de Gustavo.
Sea como sea, lo
que hoy quiero colgar en este blog es una canción de aquella obra que supone
quizás la menos conocida de las interpretaciones de Pablo Guerrero, porque el disco no debió llegar a los 300 vendidos del de Música Dispersa, aunque tiene el interés añadido de ser una de las pocas
veces ha cantado una composición totalmente ajena, en letra y en música. Por
suerte para Resines y para mí, no sería la única vez que participaría en un tema
nuestro (“Mujer, remanso y manantial”, del disco “Cuentos, cosas y menos”.Fonomusic. 1984) o que cantaría
una canción de Resines adaptando al poeta franco alemán Ivan Goll (“Llevo igual
que un tatuaje”, del álbum “Los momentos del agua”. Fonomusic 1984), que aprovechándonos
de la vieja relación que nos une a él, de
la que ya he dejado constancia en el blog, y a que sabemos
de su dificultad a negar favores solicitamos su colaboración que nunca nos
negó.
En esta ocasión
había una canción que nos parecía que sólo Pablo Guerrero podía cantar con la
ternura y emoción que creíamos que necesitaba (la hondura se la puso por su
cuenta). Se trataba de un recuerdo a las mujeres españolas que habían
participado en la resistencia francesa, y no queríamos hacer un canto épico sino
una canción de amor. Esto es lo que quedó. Pablo les dio a aquellas mujeres con
su voz mucho más de lo que nosotros habíamos puesto en la canción, porque hay
temblores del alma que solo el cantor puede aportar.
Con aquella
grabación, un par de dibujos de los que El
Cubri hizo para la portada, varias palomas de Picasso, unas cuantas fotos de los libros que entonces nos
sirvieron de documentación y algunas otras sacadas de internet, he preparado
este vídeo.
La voz del
testimonio que suena bajo la guitarra que tocó Ignacio Sáenz de Tejada es mi tía, Villar Gómez, que recorrió muchas veces las calles de París con la
maleta llena de panfletos o de balas para el maquís, que ella pronuncia a la
francesa. Incluso dejamos la equivocación del medio, porque no queríamos
repetir la toma. La guitarra de la canción la puso Luis Mendo y los teclados Miguel
“Judas” Sanz, que como miembros de Malasaña
habían hecho con Antonio los arreglos del LP. La flauta la tocó Julián Llinás.
POSDATA: antes
de colgar este tema leo un artículo sobre la desatención y el olvido en que se
tiene en España a los españoles internados en campos de concentración nazis. Me
parece que mañana volveré sobre el tema.
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