martes, 30 de abril de 2013


Coloquio sobre Música Progresiva (1970)

 
De espaldas, Tina Blanco. De izquierda a derecha: Gualberto (Smash), Henrick (Smash), Enric Herrera (Máquina!),
Antoñito (Smash), Luigi (Máquina!)

Entonces tenía la idea, que no sólo mantengo, sino que con el tiempo se ha aclarado más, de que lo que a caballo entre las décadas de los 60 y los 70 del siglo pasado se llamó Música Progresiva o Underground, fue una manera de utilizar la canción similar, distinta pero compatible, a la de los denominados cantautores. En ambos casos se trataba de crear un nuevo lenguaje, muchas veces con raíces en el folklore --¿qué otra cosa es si no la reivindicación del blues en USA?--, que se planteaba como forma de abordar temas “adultos” --¿No era la guerra de Vietnam un problema adulto en el que morían jóvenes?--, observados desde una perspectiva crítica con el sistema para el que se buscaban alternativas. Más ideologizados y politizados en el ámbito de la izquierda clásica los cansautores, más sesentayochescos los undergrunes. Cambiemos el mundo para cambiar la vida, pregonaban unos, cambiemos la vida para cambiar el mundo, reclamaban los otros.
Si alguien quiere conocer cómo era, visto desde dentro, ese mundo del “underground” español le recomiendo vivamente que ponga el cursor aquí y apriete. Al otro lado encontrará los recuerdos de Javier García Pelayo sobre el primer viaje de Smash a Madrid publicado en el blog de Adrián Vogel, EL MUNDANO. Son cuatro capítulos, y merece la pena imprimirlos y leerlos despacio. Son una joya.




Si eso pasó en todo el mundo, y especialmente en EEUU, país del invento, en España esa relación era todavía más directa, viviendo bajo la misma dictadura y falta de libertades cantautores y progresivos. Si los cantautores eran rojos, panfletarios y mitineros, pretendían el socialismo y atacaban a las instituciones, los progresivos llevaban los pelos largos, fumaban droga, follaban libremente (lo que podían, que España aún era España) y querían socavar el sistema por la degeneración de sus principios morales, a más de políticos. En cualquier cosa, podías acabar en la cárcel tocando guitarra de palo o eléctrica.
No voy a hablar de las distintas clases de “progresivo” que hubo en España, de su evolución y transformación en cosas como el rock andaluz o el heavy hispano (algún día colgaré una interesante entrevista en MUNDO OBRERO con Barón Rojo que he encontrado), pero me he topado con dos textos sobre el tema de 1969 y 1970, casi del inicio de todo, que me hablan de todo eso, así que aquí van.
El primero es un coloquio publicado en DISCÓBOLO en el que participan miembros de Smash, Máquina!, Música Dispersa y Simun. Por parte de la revista estábamos Tina Blanco, Álvaro Feito y yo. Por el tono fui yo quien la transcribió. Es interesante ver las diferencias entre unos y otros, que se expresaban también en sus músicas respectivas y se reflejaron en su futuro. Desde las respuestas más “concienciadas” de Smash a las más “artísticas” de Música Dispersa.
El segundo, una peripatética entrevista con Máquina!, se publicó en 1969 nada menos que en EL ALCAZAR, cuya macheta rezaba “Periódico Fundado en el Asedio del Alcázar”, que por aquellos tiempos pasaba por una racha así como liberal y en el que llevaba la página de música José Ramón Pardo, que me dejaba colaborar.  
Para que se compruebe que no miento sobre la represión sobre el progresivo-underground español, escaneo al final un artículo de Tina Blanco en el mismo número de DISCÓBOLO en el que se da cuenta de lo que sucedió con los recitales de los que se habla en el coloquio.



 DISCÓBOLO. 9 DE MAYO DE 1970


DE repente, cuando nadie nos lo esperábamos, Madrid se ha convertido, por sólo un par de días, en el centro de la música progresiva nacional. En un club actuaba Máquina!, en un Colegio Mayor estaban anunciados: Música Dispersa, Smash, Vértice y también Máquina!, en otro club y otro Colegio Mayor estaban cantando Simún, un grupo de Cádiz que acaba de grabar su primer disco y dará mucho que hablar. Así que, todavía atontados por la sensación, decidimos que sería un buen momento para sentarnos y charlar un rato. Por eso una tarde decidimos darnos una vuelta por DISCÓBOLO y organizar una de esas reuniones que diariamente teníamos en casa de algún amigo común. Asistieron a esta especie de reunión-guateque-coloquio (que acabó escuchando el disco pirata de los Rolling Stones), miembros de cuatro de estos conjuntos: Máquina!, Música Dispersa, Smash y Simún. Los Dispersos tuvieron que marcharse antes de las fotos, y aun un poco antes del coloquio, no obstante su participación en el mismo nos ha quedado grabada anteriormente en cinta, por lo que sus opiniones cuentan tanto como las otras.
En un principio pensamos en plantear algunos temas que sirvieran de base al diálogo, pero en el transcurso de la conversación se fueron mezclando unos con otros y al final quedaron diluidos en el todo, por lo que al transcribir la charla nos ha parecido más claro y conveniente dejarlo como estaba, ordenando un poco las contestaciones y poniendo unas cabeceras según el tema que se tratara, aunque esto ya se verá prácticamente cuando se continúe leyendo.
DISCÓBOLO.-- Querríamos aclarar en primer lugar que este coloquio no es un intento de descubrir la música, progresiva, ni de ponerla en claro ni de hacerla asequible; todo esto sería superfluo, entre otras cosas, porque no se conseguiría hacerlo. La complejidad del tema hace que únicamente se trate de expresar nuestras opiniones sobre él, creando unos puntos de discusión que han de ser desarrollados posteriormente por el lector y por nosotros. Para empezar podíamos intentar aclarar un poco qué entendemos por música progresiva.

 LUIGI (Máquina!).-- «Una característica de la música progresiva puede ser la de empezar con un tema e ir evolucionándolo conforme tocas, hasta el extremo de que no se parezca en nada al principio, porque ha cambiado tu estado de ánimo, etc., de forma que lo que ha empezado con un blues puede terminar en una sardana, por ejemplo.»
NONO (Simun).-- «Yo entiendo por música progresiva la que de alguna forma aporta algo nuevo a la canción; nosotros hacemos blues evolucionado, pero esto es muy complejo, porque cada uno evoluciona de una forma distinta.»
CACHAS (Música  Dispersa). «Lo que pasa es que yo no creo que se avance o se retroceda en esto de la música; creo que sería meterse en muchas profundidades dialécticas   el   tratarlo,   pero   lo mismo das un paso  hacia atrás que hacia  adelante;   no  veo  una cosa escalonada, sino irregular.»
Primer plano: Tapi (Máquina!). De pie: Álvaro Feito.
De izquierda a derecha: José María Páris (Máquina),
Antoñito (Smash), Julio Matito (Smash).
Ojo al magnetofón en el que se grabó el coloquio.
JULIO  (Smash).— «Yo lo que creo es que la música progresiva, además de lo que ya habéis dicho, tiene también otros factores, entre ellos la influencia del tiempo y el lugar donde la hagas; yo no tengo la misma formación cultural  y  musical que otra persona que vive en otro país, ni tengo las mismas  circunstancias.  La música progresiva lleva una forma de actuar, de pensar y hasta de vivir. En la música progresiva hay una gran   carga   de   agresividad, que se acentúa más depende del lugar donde se viva. Yo  estoy  seguro que los conjuntos de Copenhague tienen menos carga agresiva que nosotros; estoy seguro de que si viviéramos en otro país haríamos la misma música, eso sí, pero con unas formas distintas, con unas características diferentes. Además, yo creo que la música tiene dos vertientes: cuando se canta en directo y cuando se graba, que nunca es igual que cuando se actúa. La música progresiva es de una gran libertad de creación y también inmediata, tiene un sentido del ahora, y hay veces que se podría hacer mejor, mucho más bonita, pero no puede ser porque hay una urgencia por interpretar, todo va tan deprisa que no hay tiempo de meditar y hacer las cosas demasiado bien.»
DISCÓBOLO.-- ¿Qué características podrían ser definitorias de la música progresiva? ¿La libertad de expresión, la espontaneidad, la improvisación, reflejar el estado de ánimo del intérprete? ¿cuáles?
JULIO (Smash).-- «Todas esas juntas, una sin otra no puede ser, espontaneidad sin libertad de expresión no sirve para nada y todo esto sin sentido tampoco.»
ALBERT (Música Dispersa). «Lo  que la gente llama música progresiva es más o menos la música que un intérprete hace prescindiendo un poco, sólo un poco, de la comercialidad, y que hace la música sintiéndola él y que es la que quiere hacer. Ahora bien, siempre ha habido gente que ha hecho esto.»
SISA   (Música   Dispersa).-- «O viéndolo de otra manera, tal vez sea el volver otra vez a una visión natural de la música. Con todo esto de la canción cigarrillo, o consumo, la canción ha bajado un poco de categoría, y hay más gente cada día que quiere huir de esta canción fácil y hacer lo que quiere y lo que le gusta, y se interesa como muy vitalmente por esto.»
GONZALO («manager» de Smash).-- «Creo que hay que utilizar el término  «música progresiva» sólo para entendernos, para saber  que estamos  hablando  de Mayal o Hendrix, y no de Sinatra o Tom Jones, pero no en el exacto sentido de la palabra, porque nuestra música no aporta nada que no haya aportado ya otra clase de música como la electrónica o la clásica, aunque hay ciertos  conjuntos   que  sí.  Ahora bien, en lo que sí podríamos llamarnos progresivos, o mejor progresistas, es  en  la  actitud ante una serie de cosas que se nota en la música, pero esto es ser progresivo  en  el mismo sentido en que puede serlo   cualquier otra persona. También puede utilizarse el término "progresivo" o "progresista" para la puesta en escena, para la actitud ante los espectadores. Es curioso observar que este fenómeno de la música progresiva en cuanto agresividad y postura sólo se da en ciertos países occidentales, ni en los orientales, ni  en el tercer mundo se da este tipo de música, prueba de que responde a unos condicionamientos externos.»
HENRICK (Smash).-- «Lo que  pasa  es  que  en  los  países orientales hay música progresiva de una determinada forma. Por ejemplo,  Ravi  Shanckar,  que es totalmente progresivo, pero musicalmente y desde su música particular.»
DISCÓBOLO.-- ¿No creéis que la música progresiva está volviendo hacia formas muy simples, muy sencillas, lo cual contrasta con la opinión general de que la gente no entiende «este tipo de música parque es muy complicada y difícil?




ENRIQUE (Máquina!).-- «Esto es verdad, aunque la simplicidad está más en los intérpretes; respecto a lo de entender o no el público creo que si un sector no evoluciona a la misma velocidad que los músicos se debe sin duda á que hay todo un tinglado para crear música comercial, y pintura .comercial y arte comercial en general, que acaba embruteciendo al espectador, y esto limita también a los músicos que no tienen la cultura musical y general necesaria. Por otro lada, también hay la imposibilidad de comprensión de que a la gente se le ha dado durante toda su historia una idea planificada de lo que tiene que hacer y escuchar: subir por un lado, bajar por otro, doblar a la izquierda, sentarse, etc…, y ahora no se acostumbran a pensar, a asistir a algo que es fundamentalmente libertad de ejecución y que exige que uno lo escuche con la misma libertad. Sucede igual que con la pintura abstracta, hasta ahora estaban acostumbrados a que se les dijera: "esto es un prado con vacas", y ahora, cuando ven un cuadro abstracto quieren entenderlo igual y saber lo que es, cuando lo que hay que hacer es sentirlo.»
JULIO (Smash).-- «Lo   peor de todo yo creo que es la predisposición cuando la gente va ya preparada para aplaudir, silbar o patear, en cualquiera de los casos el resultado es nefasto, y lo que hay que hacer es escuchar, que es distinto a oír; escuchar y sentir lo que escuchas.»
ANTONIO (Smash).-- «Yo creo que lo más progresivo no se encuentra ni en la guitarra ni en el bajo ni en la batería, sino en la cabeza de cada uno.»
JULIO  (Smash). —«Aquí  lo que falta son recitales, acostumbrar a la gente a escuchar mucha música, si un grupo da siete recitales seguidos la gente irá al primero a entender, al segundo a aprender, al tercero a juzgar, pero el sexto y el séptimo lo que hará será sentir, sentir con el músico.»
Luigi (Máquina!), Nono (Simun), Tapi (Máquina!)
LUIGI (Máquina!).-- «Pero las cosas van mejor, ahora la gente acude a los recitales y se compenetra con lo 'que tocamos, yo creo que puede ser en gran medida porque se sienten influenciados por lo que sucede fuera, que se hacen grandes recitales estilo Wight y aquí también quieren que se haga.»
ANTONIO (Smash).-- «Y también porque la música está adquiriendo importancia y la gente se da cuenta de que la tiene.»
ENRIQUE   (Maquina).-- «Eso es verdad. Antes la música era una especie de pasatiempo, la gente  la  escuchaba  mientras se comía, mientras se hacía alguna cosa, igual que la pintura, que no se hacía lo que deseaban los pintores, sino lo que querían los señores que salían en los cuadros, yo no creo en ese tipo de pintura ni en la música que se hace de acuerdo con lo que otros desean oír, ni desde luego creo que haya sido nunca progresiva. Ahora la gente participa de lo que hace el artista, y participar significa liberarse un poco de todas esas lacras circunstancias que le rodean.»
LUIGI   (Máquina!).-- «Y  esto además beneficia al músico. A mí, y supongo que a todos, nos interesa dar algo cuando actuamos, ver que el público recibe un poco de nosotros, y si estás actuando en una boite donde la gente te mira con ojos raros, o ni se entera de que estás tocando, esto no se puede hacer, tiene que haber una comunicación entre público y músico.»
PARIS (Máquina!).--  «Sin embargo, yo he estado escuchando música fuera de España y el público extranjero es mucho más frío; por ejemplo, el de los países escandinavos, me refiero al público joven.»
DISCÓBOLO.—Hay otro tema que puede resultar interesante, que es si en España la música progresiva puede y debe adquirir unas características distintas a las de otros países, que reflejen nuestras especiales condiciones musicales, culturales o sociales.


GUALBERTO.-- «Esto puede o no suceder, depende de la gente, ciertas formas musicales, como el flamenco, pueden influir, pero no es necesario que sea así; por ejemplo, Santana ha llevado a su música formas sudamericanas, y lo hace muy bien, pero hay otros que no lo han hecho y también lo hacen estupendamente.»
CACHAS (Música Dispersa). «Este  es un tema muy difícil. Cada vez más, el arte tiende a buscar unas formas de comunicación universales que pueden ser tan simples que dentro de ellas estén contenidas todas las gentes, entonces influenciar o no influenciar es una cosa que surge, que no se medita».
ALBERT (Música Dispersa). «Además, yo creo que nadie hace la música pensando en las condiciones  sociales o   culturales  del país donde se crea, por descontado que influyen, pero nadie piensa en ellas al escribir o al hacer música.»
NONO (Simun).-- «Yo  creo que no hay que buscar premeditadamente  el  tipo  de  música  que se va a hacer, decir: "ahora voy a hacer algo que sepa a esto y luego algo que se parezca a lo otro", todo depende del momento de inspiración, las cosas salen de una manera o de otra, sin pensarlo.»
DISCÓBOLO.-- En una entrevista de no hace mucho tiempo, tú, Enrique, decías que mucha gente eran buenos instrumentistas, pero que no hacían música buena porque no tenían una línea ideológica. ¿Creéis que esta línea o esta carga ideológica es necesaria?
JULIO (Smash).-- «Yo creo que sí, es evidente que la música no es un puro juego técnico, sino un fenómenos social, por lo tanto detrás de la música tiene que haber un hombre con su forma de pensar y comportarse que es el que toca la música, si no resulta vacía.»
NONO (Simun).-- «Ser buen instrumentista no dice nada; es necesario el sentimiento a la hora de interpretar, es importante que el que toca un instrumento lo conozca y sepa utilizarlo, pero a la hora de valorar una interpretación es mucho más importante el sentimiento que pone el intérprete, y, por tanto, el hombre que hay detrás y lo que expresa.»
ALBERT (Música Dispersa).-- «Yo no creo que sea imprescindible, unas veces --y hablo de arte en general-- se tiene conciencia crítica del mundo que te rodea y se hacen obras de arte estupendas, pero otras rió se tiene nada y se hacen también estupendas creaciones; el acto de crear es muy personal y no se hace pensando en estas circunstancias.»
Gualberto y Henrick
El final llega en medio del agotamiento; hemos estado hablando durante mucho tiempo, y mientras se hacen las fotos pasamos a otros temas para terminar escuchando el álbum! pirata de los Rolling. Lástima que nuestro tocadiscos no funcione como debiera, porque se pierde gran fidelidad y no siempre hay oportunidad de escuchar estos discos. Probable mente no hayamos solucionado nada en el coloquio, tal como preveíamos al principio, pero tampoco lo esperábamos. Éste es un tema que se irá desarrollando con el tiempo, casi al mismo tiempo, que la propia música.

Videoclip avant la lettre



EL ALCAZAR. 4 DE DICIEMBRE DE 1969



NOTICIA DEL DIA
EN PRIMERA
PÁGINA
Si uno fuera "in", si estuviera introducido en ese mundo onírico-real que es el ambiente "pop", empezaría este artículo diciendo algunas cosas muy bonitas, hasta es posible que muy bien dichas. Escribiría, por ejemplo:
--Máquina! no es un elefante.
¿Qué duda cabe que estaría diciendo la verdad? Pondría:
--Esta Máquina! funciona bien.
Y seguramente no estaría descubriendo nada original. Transcribiría:
--Máquina! tiene todos los tornillos en su sitió.
Y cometería un acto de indudable evidencia.
Pero, por desgracia (o suerte), uno resbala como sobre una barra de hielo por la escurridiza superficie de la moda, y se ha enfrentado con el fenómeno Maquina desde un punto de vista casi exclusivamente artístico. Digo casi porque, a pesar de sus evidentes esfuerzos, el cronista no puede olvidar las anormalidades de todo tipo que rodearon la presentación del grupo en Madrid y que han seguido rodeándoles entre apasionadas defensas y virulentos ataques.
Hace unos meses, cuando Máquina!, cuatro jóvenes que, según su propia hoja de promoción, poseen, entre otras cosas, un piano, un lapicero y una novia, se presentó en la capital de España, los cronistas fueron con papel y bolígrafo a visitarles a un alto hotel de la Gran Vía. Un hotel con escaleras ruidosas, camareras gentiles y una menos gentil patrona. Hablamos con ellos entonces. Y ahora que su disco es un éxito incluso comercial, volvemos a hablarles. Lo que sigue es un extraño "collage" de las dos charlas.
--¿Por qué os dedicáis casi exclusivamente al blues? (Esta es la pregunta).
--El blues es, ante todo, una manera de crear música al mismo tiempo que interpretas. No tiene unos moldes fijos que tengas que repetir siempre igual, sino que, dentro de unas líneas de guía, te permite ir improvisando, hacer cada vez cosas nuevas, expresarte a través de la guitarra, mostrar alegría cuando estás alegre, tristeza cuando estás triste y mala uva cuando hay cosas que no te gustan. (Naturalmente, ésta es la respuesta.)
--¿Hay muchas cosas que no os gustan?
--Algunas... Unas cuantas... Muchas...
--¿Cómo se puede mostrar desagrado hacia esas cosas con la música "pop" y el inglés como idioma?
--Por la misma manera de tocar. La música que hacemos es agresiva de por sí. Corresponde a un determinado momento, a un determinado sitio, y no puede ser de otra forma. Nosotros intentamos que el espectador participe de nuestra actuación, que no sea un elemento pasivo. Hasta ahora, el público escuchaba, bailaba, aplaudía y se dejaba llevar. Nosotros exigimos que esté atento, que piense, que se apasione, que colabore creando él su propio espectáculo, que le guste y nos aplauda o que se irrite, se marche o nos eche.
Uno (el cronista) lo ha visto, lo certifica: en el C1ub X (un club cualquiera), el orondo, satisfecho, calvo se ha indignado porque Máquina! tocaba sólo en tonos agudos. Y luego porque tocaba sólo en tonos graves. Y estaba molesto y no podía bailar con la amiguitas o secretaria, alta, rubia, espléndida, que tenía junto a él. Pero han visto también al público apasionarse y ponerse en pie y aplaudir y gritar.
--Hubo una gran diferencia en las actuaciones de Madrid y de Barcelona, En un sitio hubo escándalo y os echaron. En el segundo, también hubo escándalo, pero habéis tenido que repetir. ¿Por qué?
--Por varias razones, aunque no ha sido así exactamente. Tanto en Madrid como en Barcelona, hubo un sector de público al que gustamos y otro que casi nos aborrece. Lo único es que las proporciones estaban invertidas en un sitio y en otro. También han influido, naturalmente, factores de tipo técnico. Teníamos mucho mejor equipo en Barcelona, más experiencia de todo tipo y gran parte de la gente que fue a vernos sabía lo que iba a ver. En Madrid pensaban encontrar un conjunto de circulación normal y se encontraron con nosotros, que somos de corriente alterna. Esto siempre es un golpe.
--Máquina!, con perdón, una pregunta tópica: ¿Podrían decirnos cuáles son sus proyectos más inmediatos?
--Seguir cantando, grabar más discos, probablemente un LP de blues, y preparar un recital al aire libre con varios conjuntos y cantantes que hagan música progresista. A nosotros nos gustaría que fueran Smash, un conjunto de Sevilla estupendo, que graba en nuestra misma casa; Los Buenos, si siguen haciendo el tipo de música que les hemos escuchado últimamente, y Darwin Teoría, muy buen conjunto. Está todavía en el aire, pero a nosotros nos gustaría mucho hacerlo.
Hasta aquí, Máquina!; hasta aquí, ahora. Mañana seguirán adelante y pasarán a otro sitio. Tan sólo corren un peligro: que el público no les exija todo lo que ellos pueden dar y ellos se instalen cómodamente. Pero seguro que lo superan, por algo son Máquina!.
¡Ah!, por poco se queda en el tintero. Ellos son: Jordi (bajo), Jackie (batería), Luigi (guitarra) y Enríe (órgano). Para servirles.




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