Coloquio sobre Música Progresiva (1970)
De espaldas, Tina Blanco. De izquierda a derecha: Gualberto (Smash), Henrick (Smash), Enric Herrera (Máquina!), Antoñito (Smash), Luigi (Máquina!) |
Entonces tenía la idea, que no sólo mantengo, sino
que con el tiempo se ha aclarado más, de que lo que a caballo entre las décadas
de los 60 y los 70 del siglo pasado se llamó Música Progresiva o Underground,
fue una manera de utilizar la canción similar, distinta pero compatible, a la
de los denominados cantautores. En ambos casos se trataba de crear un nuevo
lenguaje, muchas veces con raíces en el folklore --¿qué otra cosa es si no la
reivindicación del blues en USA?--, que se planteaba como forma de abordar temas
“adultos” --¿No era la guerra de Vietnam un problema adulto en el que morían
jóvenes?--, observados desde una perspectiva crítica con el sistema para el que
se buscaban alternativas. Más ideologizados y politizados en el ámbito de la
izquierda clásica los cansautores, más sesentayochescos los undergrunes.
Cambiemos el mundo para cambiar la vida, pregonaban unos, cambiemos la vida
para cambiar el mundo, reclamaban los otros.
Si alguien quiere conocer cómo era, visto desde
dentro, ese mundo del “underground” español le recomiendo vivamente que ponga el cursor aquí y apriete. Al otro
lado encontrará los recuerdos de Javier
García Pelayo sobre el primer viaje de Smash a Madrid publicado en el blog
de Adrián Vogel, EL MUNDANO. Son cuatro capítulos, y merece la pena imprimirlos
y leerlos despacio. Son una joya.
Si eso pasó en todo el mundo, y especialmente en
EEUU, país del invento, en España esa relación era todavía más directa,
viviendo bajo la misma dictadura y falta de libertades cantautores y
progresivos. Si los cantautores eran rojos, panfletarios y mitineros,
pretendían el socialismo y atacaban a las instituciones, los progresivos
llevaban los pelos largos, fumaban droga, follaban libremente (lo que podían,
que España aún era España) y querían socavar el sistema por la degeneración de
sus principios morales, a más de políticos. En cualquier cosa, podías acabar en
la cárcel tocando guitarra de palo o eléctrica.
No voy a hablar de las distintas clases de “progresivo”
que hubo en España, de su evolución y transformación en cosas como el rock
andaluz o el heavy hispano (algún día colgaré una interesante entrevista en
MUNDO OBRERO con Barón Rojo que he encontrado), pero me he topado con dos
textos sobre el tema de 1969 y 1970, casi del inicio de todo, que me hablan de
todo eso, así que aquí van.
El primero es un coloquio publicado en DISCÓBOLO en
el que participan miembros de Smash, Máquina!, Música Dispersa y Simun. Por
parte de la revista estábamos Tina Blanco, Álvaro Feito y yo. Por el tono fui
yo quien la transcribió. Es interesante ver las diferencias entre unos y otros,
que se expresaban también en sus músicas respectivas y se reflejaron en su futuro. Desde las respuestas más “concienciadas”
de Smash a las más “artísticas” de Música Dispersa.
El segundo, una peripatética entrevista con Máquina!,
se publicó en 1969 nada menos que en EL ALCAZAR, cuya macheta rezaba “Periódico
Fundado en el Asedio del Alcázar”, que por aquellos tiempos pasaba por una
racha así como liberal y en el que llevaba la página de música José Ramón
Pardo, que me dejaba colaborar.
Para que se compruebe que no miento sobre la
represión sobre el progresivo-underground español, escaneo al final un artículo
de Tina Blanco en el mismo número de DISCÓBOLO en el que se da cuenta de lo que
sucedió con los recitales de los que se habla en el coloquio.
DISCÓBOLO. 9 DE MAYO DE 1970
DE repente,
cuando nadie nos lo esperábamos, Madrid se ha convertido, por sólo un par de
días, en el centro de la música progresiva nacional. En un club actuaba Máquina!,
en un Colegio Mayor estaban anunciados: Música Dispersa, Smash, Vértice y
también Máquina!, en otro club y otro Colegio Mayor estaban cantando Simún, un
grupo de Cádiz que acaba de grabar su primer disco y dará mucho que hablar. Así
que, todavía atontados por la sensación, decidimos que sería un buen momento para
sentarnos y charlar un rato. Por eso una tarde decidimos darnos una vuelta por
DISCÓBOLO y organizar una de esas reuniones que diariamente teníamos en casa de
algún amigo común. Asistieron a esta especie de reunión-guateque-coloquio (que
acabó escuchando el disco pirata de los Rolling Stones), miembros de cuatro de
estos conjuntos: Máquina!, Música Dispersa, Smash y Simún. Los Dispersos
tuvieron que marcharse antes de las fotos, y aun un poco antes del coloquio, no
obstante su participación en el mismo nos ha quedado grabada anteriormente en
cinta, por lo que sus opiniones cuentan tanto como las otras.
En un principio
pensamos en plantear algunos temas que sirvieran de base al diálogo, pero en el
transcurso de la conversación se fueron mezclando unos con otros y al final
quedaron diluidos en el todo, por lo que al transcribir la charla nos ha
parecido más claro y conveniente dejarlo como estaba, ordenando un poco las
contestaciones y poniendo unas cabeceras según el tema que se tratara, aunque
esto ya se verá prácticamente cuando se continúe leyendo.
DISCÓBOLO.-- Querríamos aclarar en primer lugar que este
coloquio no es un intento de descubrir la música, progresiva, ni de ponerla en
claro ni de hacerla asequible; todo esto sería superfluo, entre otras cosas,
porque no se conseguiría hacerlo. La complejidad del tema hace que únicamente
se trate de expresar nuestras opiniones sobre él, creando unos puntos de
discusión que han de ser desarrollados posteriormente por el lector y por
nosotros. Para empezar podíamos intentar aclarar un poco qué entendemos por
música progresiva.
LUIGI
(Máquina!).-- «Una característica de
la música progresiva puede ser la de empezar con un tema e ir evolucionándolo
conforme tocas, hasta el extremo de que no se parezca en nada al principio,
porque ha cambiado tu estado de ánimo, etc., de forma que lo que ha empezado
con un blues puede terminar en una sardana, por ejemplo.»
NONO (Simun).--
«Yo entiendo por música progresiva la que de alguna forma aporta algo nuevo a
la canción; nosotros hacemos blues evolucionado, pero esto es muy complejo,
porque cada uno evoluciona de una forma distinta.»
CACHAS (Música Dispersa). «Lo que pasa es que yo no creo
que se avance o se retroceda en esto de la música; creo que sería meterse en
muchas profundidades dialécticas
el tratarlo,
pero lo mismo das un paso hacia atrás que hacia adelante;
no veo una cosa escalonada, sino irregular.»
Primer plano: Tapi (Máquina!). De pie: Álvaro Feito. De izquierda a derecha: José María Páris (Máquina), Antoñito (Smash), Julio Matito (Smash). Ojo al magnetofón en el que se grabó el coloquio. |
JULIO
(Smash).— «Yo lo que creo es
que la música progresiva, además de lo que ya habéis dicho, tiene también otros
factores, entre ellos la influencia del tiempo y el lugar donde la hagas; yo no
tengo la misma formación cultural y musical que otra persona que vive en otro
país, ni tengo las mismas
circunstancias. La música
progresiva lleva una forma de actuar, de pensar y hasta de vivir. En la música
progresiva hay una gran carga de
agresividad, que se acentúa más depende del lugar donde se viva. Yo estoy
seguro que los conjuntos de Copenhague tienen menos carga agresiva que
nosotros; estoy seguro de que si viviéramos en otro país haríamos la misma
música, eso sí, pero con unas formas distintas, con unas características
diferentes. Además, yo creo que la música tiene dos vertientes: cuando se canta
en directo y cuando se graba, que nunca es igual que cuando se actúa. La música
progresiva es de una gran libertad de creación y también inmediata, tiene un
sentido del ahora, y hay veces que se podría hacer mejor, mucho más bonita,
pero no puede ser porque hay una urgencia por interpretar, todo va tan deprisa que
no hay tiempo de meditar y hacer las cosas demasiado bien.»
DISCÓBOLO.-- ¿Qué características podrían ser
definitorias de la música progresiva? ¿La libertad de expresión, la
espontaneidad, la improvisación, reflejar el estado de ánimo del intérprete?
¿cuáles?
JULIO (Smash).--
«Todas esas juntas, una sin otra no puede ser, espontaneidad sin libertad de
expresión no sirve para nada y todo esto sin sentido tampoco.»
ALBERT (Música
Dispersa). «Lo que la gente llama
música progresiva es más o menos la música que un intérprete hace prescindiendo
un poco, sólo un poco, de la comercialidad, y que hace la música sintiéndola él
y que es la que quiere hacer. Ahora bien, siempre ha habido gente que ha hecho
esto.»
SISA
(Música Dispersa).-- «O viéndolo de otra manera,
tal vez sea el volver otra vez a una visión natural de la música. Con todo esto
de la canción cigarrillo, o consumo, la canción ha bajado un poco de categoría,
y hay más gente cada día que quiere huir de esta canción fácil y hacer lo que
quiere y lo que le gusta, y se interesa como muy vitalmente por esto.»
GONZALO («manager» de Smash).-- «Creo que hay que utilizar el término «música progresiva» sólo para entendernos,
para saber que estamos hablando
de Mayal o Hendrix, y no de Sinatra o Tom Jones, pero no en el exacto
sentido de la palabra, porque nuestra música no aporta nada que no haya
aportado ya otra clase de música como la electrónica o la clásica, aunque hay
ciertos conjuntos que
sí. Ahora bien, en lo que sí
podríamos llamarnos progresivos, o mejor progresistas, es en
la actitud ante una serie de
cosas que se nota en la música, pero esto es ser progresivo en el
mismo sentido en que puede serlo cualquier
otra persona. También puede utilizarse el término "progresivo" o
"progresista" para la puesta en escena, para la actitud ante los
espectadores. Es curioso observar que este fenómeno de la música progresiva en cuanto
agresividad y postura sólo se da en ciertos países occidentales, ni en los orientales,
ni en el tercer mundo se da este tipo de
música, prueba de que responde a unos condicionamientos externos.»
HENRICK (Smash).--
«Lo que pasa es
que en los
países orientales hay música progresiva de una determinada forma. Por
ejemplo, Ravi Shanckar,
que es totalmente progresivo, pero musicalmente y desde su música
particular.»
DISCÓBOLO.-- ¿No creéis que la música progresiva está
volviendo hacia formas muy simples, muy sencillas, lo cual contrasta con la
opinión general de que la gente no entiende «este tipo de música parque es muy
complicada y difícil?
ENRIQUE (Máquina!).--
«Esto es verdad, aunque la simplicidad está más en los intérpretes; respecto a
lo de entender o no el público creo que si un sector no evoluciona a la misma
velocidad que los músicos se debe sin duda á que hay todo un tinglado para crear
música comercial, y pintura .comercial y arte comercial en general, que acaba
embruteciendo al espectador, y esto limita también a los músicos que no tienen
la cultura musical y general necesaria. Por otro lada, también hay la
imposibilidad de comprensión de que a la gente se le ha dado durante toda su
historia una idea planificada de lo que tiene que hacer y escuchar: subir por
un lado, bajar por otro, doblar a la izquierda, sentarse, etc…, y ahora no se acostumbran
a pensar, a asistir a algo que es fundamentalmente libertad de ejecución y que
exige que uno lo escuche con la misma libertad. Sucede igual que con la pintura
abstracta, hasta ahora estaban acostumbrados a que se les dijera: "esto es
un prado con vacas", y ahora, cuando ven un cuadro abstracto quieren
entenderlo igual y saber lo que es, cuando lo que hay que hacer es sentirlo.»
JULIO (Smash).--
«Lo peor de todo yo creo que es la
predisposición cuando la gente va ya preparada para aplaudir, silbar o patear,
en cualquiera de los casos el resultado es nefasto, y lo que hay que hacer es
escuchar, que es distinto a oír; escuchar y sentir lo que escuchas.»
ANTONIO (Smash).--
«Yo creo que lo más progresivo no se encuentra ni en la guitarra ni en el bajo
ni en la batería, sino en la cabeza de cada uno.»
JULIO
(Smash). —«Aquí lo que falta son recitales, acostumbrar a la
gente a escuchar mucha música, si un grupo da siete recitales seguidos la gente
irá al primero a entender, al segundo a aprender, al tercero a juzgar, pero el
sexto y el séptimo lo que hará será sentir, sentir con el músico.»
Luigi (Máquina!), Nono (Simun), Tapi (Máquina!) |
LUIGI (Máquina!).--
«Pero las cosas van mejor, ahora la gente acude a los recitales y se compenetra
con lo 'que tocamos, yo creo que puede ser en gran medida porque se sienten
influenciados por lo que sucede fuera, que se hacen grandes recitales estilo
Wight y aquí también quieren que se haga.»
ANTONIO (Smash).--
«Y también porque la música está adquiriendo importancia y la gente se da
cuenta de que la tiene.»
ENRIQUE
(Maquina).-- «Eso es verdad.
Antes la música era una especie de pasatiempo, la gente la
escuchaba mientras se comía,
mientras se hacía alguna cosa, igual que la pintura, que no se hacía lo que
deseaban los pintores, sino lo que querían los señores que salían en los
cuadros, yo no creo en ese tipo de pintura ni en la música que se hace de
acuerdo con lo que otros desean oír, ni desde luego creo que haya sido nunca
progresiva. Ahora la gente participa de lo que hace el artista, y participar
significa liberarse un poco de todas esas lacras circunstancias que le rodean.»
LUIGI
(Máquina!).-- «Y esto además beneficia al músico. A mí, y supongo
que a todos, nos interesa dar algo cuando actuamos, ver que el público recibe
un poco de nosotros, y si estás actuando en una boite donde la gente te mira
con ojos raros, o ni se entera de que estás tocando, esto no se puede hacer,
tiene que haber una comunicación entre público y músico.»
PARIS (Máquina!).--
«Sin embargo, yo he estado escuchando
música fuera de España y el público extranjero es mucho más frío; por ejemplo,
el de los países escandinavos, me refiero al público joven.»
DISCÓBOLO.—Hay otro tema que puede resultar
interesante, que es si en España la música progresiva puede y debe adquirir unas
características distintas a las de otros países, que reflejen nuestras
especiales condiciones musicales, culturales o sociales.
GUALBERTO.-- «Esto puede o no suceder, depende de
la gente, ciertas formas musicales, como el flamenco, pueden influir, pero no
es necesario que sea así; por ejemplo, Santana ha llevado a su música formas
sudamericanas, y lo hace muy bien, pero hay otros que no lo han hecho y también
lo hacen estupendamente.»
CACHAS (Música
Dispersa). «Este es un tema muy
difícil. Cada vez más, el arte tiende a buscar unas formas de comunicación
universales que pueden ser tan simples que dentro de ellas estén contenidas
todas las gentes, entonces influenciar o no influenciar es una cosa que surge,
que no se medita».
ALBERT (Música
Dispersa). «Además, yo creo que nadie hace la música pensando en las
condiciones sociales o culturales
del país donde se crea, por descontado que influyen, pero nadie piensa
en ellas al escribir o al hacer música.»
NONO (Simun).--
«Yo creo que no hay que buscar premeditadamente el
tipo de música
que se va a hacer, decir: "ahora voy a hacer algo que sepa a esto y
luego algo que se parezca a lo otro", todo depende del momento de
inspiración, las cosas salen de una manera o de otra, sin pensarlo.»
DISCÓBOLO.-- En una entrevista de no hace mucho tiempo,
tú, Enrique, decías que mucha gente eran buenos instrumentistas, pero que no
hacían música buena porque no tenían una línea ideológica. ¿Creéis que esta
línea o esta carga ideológica es necesaria?
JULIO (Smash).--
«Yo creo que sí, es evidente que la música no es un puro juego técnico, sino un
fenómenos social, por lo tanto detrás de la música tiene que haber un hombre
con su forma de pensar y comportarse que es el que toca la música, si no
resulta vacía.»
NONO (Simun).--
«Ser buen instrumentista no dice nada; es necesario el sentimiento a la hora de
interpretar, es importante que el que toca un instrumento lo conozca y sepa
utilizarlo, pero a la hora de valorar una interpretación es mucho más
importante el sentimiento que pone el intérprete, y, por tanto, el hombre que
hay detrás y lo que expresa.»
ALBERT (Música
Dispersa).-- «Yo no creo que sea imprescindible, unas veces --y hablo de
arte en general-- se tiene conciencia crítica del mundo que te rodea y se hacen
obras de arte estupendas, pero otras rió se tiene nada y se hacen también
estupendas creaciones; el acto de crear es muy personal y no se hace pensando
en estas circunstancias.»
Gualberto y Henrick |
El final llega
en medio del agotamiento; hemos estado hablando durante mucho tiempo, y
mientras se hacen las fotos pasamos a otros temas para terminar escuchando el
álbum! pirata de los Rolling. Lástima que nuestro tocadiscos no funcione como
debiera, porque se pierde gran fidelidad y no siempre hay oportunidad de
escuchar estos discos. Probable mente no hayamos solucionado nada en el
coloquio, tal como preveíamos al principio, pero tampoco lo esperábamos. Éste
es un tema que se irá desarrollando con el tiempo, casi al mismo tiempo, que la
propia música.
Videoclip avant
la lettre
EL ALCAZAR. 4 DE DICIEMBRE DE 1969
NOTICIA DEL DIA EN PRIMERA PÁGINA |
Si uno fuera
"in", si estuviera introducido en ese mundo onírico-real que es el
ambiente "pop", empezaría este artículo diciendo algunas cosas muy
bonitas, hasta es posible que muy bien dichas. Escribiría, por ejemplo:
--Máquina! no es
un elefante.
¿Qué duda cabe que
estaría diciendo la verdad? Pondría:
--Esta Máquina!
funciona bien.
Y seguramente no
estaría descubriendo nada original. Transcribiría:
--Máquina! tiene
todos los tornillos en su sitió.
Y cometería un
acto de indudable evidencia.
Pero, por desgracia
(o suerte), uno resbala como sobre una barra de hielo por la escurridiza
superficie de la moda, y se ha enfrentado con el fenómeno Maquina desde un
punto de vista casi exclusivamente artístico. Digo casi porque, a pesar de sus
evidentes esfuerzos, el cronista no puede olvidar las anormalidades de todo
tipo que rodearon la presentación del grupo en Madrid y que han seguido
rodeándoles entre apasionadas defensas y virulentos ataques.
Hace unos meses,
cuando Máquina!, cuatro jóvenes que, según su propia hoja de promoción, poseen,
entre otras cosas, un piano, un lapicero y una novia, se presentó en la capital
de España, los cronistas fueron con papel y bolígrafo a visitarles a un alto
hotel de la Gran Vía. Un hotel con escaleras ruidosas, camareras gentiles y una
menos gentil patrona. Hablamos con ellos entonces. Y ahora que su disco es un
éxito incluso comercial, volvemos a hablarles. Lo que sigue es un extraño "collage"
de las dos charlas.
--¿Por qué os
dedicáis casi exclusivamente al blues? (Esta es la pregunta).
--El blues es,
ante todo, una manera de crear música al mismo tiempo que interpretas. No tiene
unos moldes fijos que tengas que repetir siempre igual, sino que, dentro de
unas líneas de guía, te permite ir improvisando, hacer cada vez cosas nuevas,
expresarte a través de la guitarra, mostrar alegría cuando estás alegre,
tristeza cuando estás triste y mala uva cuando hay cosas que no te gustan.
(Naturalmente, ésta es la respuesta.)
--¿Hay muchas
cosas que no os gustan?
--Algunas...
Unas cuantas... Muchas...
--¿Cómo se puede
mostrar desagrado hacia esas cosas con la música "pop" y el inglés
como idioma?
--Por la misma
manera de tocar. La música que hacemos es agresiva de por sí. Corresponde a un
determinado momento, a un determinado sitio, y no puede ser de otra forma.
Nosotros intentamos que el espectador participe de nuestra actuación, que no
sea un elemento pasivo. Hasta ahora, el público escuchaba, bailaba, aplaudía y
se dejaba llevar. Nosotros exigimos que esté atento, que piense, que se
apasione, que colabore creando él su propio espectáculo, que le guste y nos
aplauda o que se irrite, se marche o nos eche.
Uno (el
cronista) lo ha visto, lo certifica: en el C1ub X (un club cualquiera), el
orondo, satisfecho, calvo se ha indignado porque Máquina! tocaba sólo en tonos
agudos. Y luego porque tocaba sólo en tonos graves. Y estaba molesto y no podía
bailar con la amiguitas o secretaria, alta, rubia, espléndida, que tenía junto
a él. Pero han visto también al público apasionarse y ponerse en pie y aplaudir
y gritar.
--Hubo una gran
diferencia en las actuaciones de Madrid y de Barcelona, En un sitio hubo
escándalo y os echaron. En el segundo, también hubo escándalo, pero habéis
tenido que repetir. ¿Por qué?
--Por varias
razones, aunque no ha sido así exactamente. Tanto en Madrid como en Barcelona,
hubo un sector de público al que gustamos y otro que casi nos aborrece. Lo
único es que las proporciones estaban invertidas en un sitio y en otro. También
han influido, naturalmente, factores de tipo técnico. Teníamos mucho mejor equipo
en Barcelona, más experiencia de todo tipo y gran parte de la gente que fue a
vernos sabía lo que iba a ver. En Madrid pensaban encontrar un conjunto de
circulación normal y se encontraron con nosotros, que somos de corriente
alterna. Esto siempre es un golpe.
--Máquina!, con perdón,
una pregunta tópica: ¿Podrían decirnos cuáles son sus proyectos más inmediatos?
--Seguir
cantando, grabar más discos, probablemente un LP de blues, y preparar un
recital al aire libre con varios conjuntos y cantantes que hagan música
progresista. A nosotros nos gustaría que fueran Smash, un conjunto de Sevilla
estupendo, que graba en nuestra misma casa; Los Buenos, si siguen haciendo el
tipo de música que les hemos escuchado últimamente, y Darwin Teoría, muy buen
conjunto. Está todavía en el aire, pero a nosotros nos gustaría mucho hacerlo.
Hasta aquí, Máquina!;
hasta aquí, ahora. Mañana seguirán adelante y pasarán a otro sitio. Tan sólo
corren un peligro: que el público no les exija todo lo que ellos pueden dar y
ellos se instalen cómodamente. Pero seguro que lo superan, por algo son Máquina!.
¡Ah!, por poco
se queda en el tintero. Ellos son: Jordi (bajo), Jackie (batería), Luigi (guitarra)
y Enríe (órgano). Para servirles.
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