PANFLETOS DE UN
TOCAPELOTAS CON DOS
Principios y métodos
De pequeño mi
padre me cantaba canciones. Y cuando digo pequeño digo cuando empecé a tener
razón y a usarla. Eran viejas canciones y todavía las recuerdo, pero hay una
que me afecta personalmente:
“Somos los tanquistas revolucionarios
que luchamos todos por la libertad.
Queremos que cesen tantas injusticias
Y desaparezca la desigualdad”
Es el himno de
los tanquistas del ejército leal que defendían la República frente a la sublevación militar, en el que mi padre combatió y de los que fue
comisario político y conductor de tanque. Ahora la canturreo y me reafirmo en
que esos han sido los principios que he intentado que me orientaran en la vida.
A veces los he traicionado, que la carne es débil o la necesidad es mucha. Pero
nunca los he olvidado. Tampoco la forma de hacerlos realidad, que también me la
dictaba la canción:
“Ay, ay, ay, tirano burgués,
Ay, ay, ay, qué mal te va a saber.
Ay, ay, ay, qué viva nuestra unión,
Que somos los tanquistas
del quinto batallón”.
Esos
principios son los principios de estos panfletos.
Contra el sistema o el caos
Leo de Felipe
González: “Hay una crisis institucional que galopa hacia la anarquía”. Mister X
siempre ha sido un bocas. Gatos negros o blancos. Puñaladas en Nueva York.
Enterado del GAL por los periódicos. La verdad es que se le vio muy pronto el
plumero. Tan pronto como para no sorprenderme ahora de su entusiasmo por la
vieja máxima de los satrapas de toda la vida: “Yo o el caos”. Pero Mister X es
moderno. La mismísima modernidad que trajo esta modernísima actualidad que
vivimos. Tan antigua. Por eso ha puesto al día la consigna y la ha convertido
en “El sistema o la anarquía”.
Contra los chantejeados
Dicen: Bárcenas
está chantajeando al PP. Y casi nos dan pena los pobres, sometidos a la codicia de un sub-humano. ¿Han considerado tan doctos doctores que para que el
chantajeador ejerza su chantaje es imprescindible que el chantajeado tenga
miserias que motiven el que puedan chantajearle? ¿Qué maldad es peor? ¿La del
chantajista que intenta aprovecharse de las miserias del
chantajeado para chantajearle o la del chantajeado que ha dado motivos
para que le chantajeen? “Ni tu verdad, ni mi verdad; la verdad” escribió el
poeta desaliñado. Ni tu chantaje ni mi chantaje, parafraseo ahora. ¡La verdad!
Contra la patria
Leo de un tal
general Chicharro, que pidió la intervención militar para impedir la
autodeterminación de los catalanes: “la patria es anterior a la constitución”.
Y yo me pregunto: ¿Hasta dónde llega la anterioridad de lo anterior? ¿En qué
olvidado momento del pasado reside el patriotismo? ¿En qué cueva? ¿Bajo qué
risco? ¿Buscaremos la patria en los
crímenes del Franquismo? ¿En la sevicia y la traición de Fernando VII? ¿En la
tiranía imperialista de Isabel y Fernando? ¿En el a sangre y fuego de
Covadonga? ¿En el trabalenguas de los reyes godos? ¿Tiene un límite la
anterioridad de la Patria o tendremos que acabar pintando bisontes en Altamira?
Lo cantó Chicho y tantos lo repetimos: “dicen que la patria es un fusil y una
bandera. Mi patria son mis hermanos que están labrando la tierra”
Contra los desahuciadores
Las fuerzas
vivas, políticas, económicas y mediáticas, ponen a parir los llamados
escraches. Es decir, la reivindicación directa del atropellado en la cara de
los responsables del atropello. ¿Han pensado tan insignes ciudadanos que el
acosado que acosa a su acosador no hace sino ejercer un acto de justicia
retributiva del acoso? Propongo la creación de los “desahuciados del frac”. Que
a cada político que legisla la injusticia, a cada banquero que se aprovecha de
esa legislación y a cada periodista que la justifica le sigan uno, dos, tres o
más desahuciados con un cartel que diga: “FULANITO DE TAL es cómplice de que me
hayan quitado mi casa”. Que no digan nada, que no entren en ningún portal, que
no le partan la cara a nadie aunque se lo merezca. Sólo que estén ahí, en la
acera de enfrente, denunciando en la cara del desahuciador su villanía.
Contra el estado de bienestar
Viene a decir
Josep Ramoneda en El País que la población está preocupada por la desaparición
del estado de bienestar. Yo estoy en contra del estado de bienestar. Quiero que
el que tiene tres coches ceda dos a los peatones a la fuerza. Quiero que el que
posee dos yates pase uno al Inserso para que los viejecitos disfrutemos del
mar. Quiero que el que veranea a crédito en Cancún pase agosto en el pueblo de
los abuelos. Tener tres coches, poseer dos yates o veranear a crédito en Cancún
es bienestar. No lo necesito para nada. Quiero que mi cuñada viva en una casa
digna. Quiero que mi nieto estudie en un colegio público. Quiero que mi hija
cobre un salario digno por un trabajo digno. Quiero que si no me gustan ciertos
políticos pueda cagarme en ellos en voz alta. La vivienda, la enseñanza, los
derechos laborales y la libertad no son bienestar. Son justicia. Prefiero el
estado de justicia al estado del bienestar.
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