jueves, 25 de abril de 2013


Panfletos de un tocapelotas hasta las gónadas





Se acabó tomar el sol o moriremos de insolación


Hasta las gónadas de la estategia del miedo, sean hijosdeputa o gilipoyas quienes la difundan

Sigo en sendas tertulias televisivas, de las cadenas “progres”, no creáis, en las que van comentando la manifestación que se está celebrando en Cibeles. Pues que digo yo que me tienen hasta los mismísimos (sin especificar, que ya lo cantó Quintín: “Para tirar adelante en esta vida da lo mismo ovarios que cojones”) de estos comentaristas que no hacen sino facilitar con su escandalera y su alarmismo la vergonzosa y criminal estrategia del miedo que está desatando el poder. “Ojo –vienen a decir, que hoy puede haber follón”. Y todo lo más añaden: “En otras ocasiones sólo ha sido una minoría, pero hoy… Ay, hoy, la que se puede montar” Y se quedan tan tranquilos.

Parece ser que han detenido estos días a 11 personas, a las que han encontrado algunos petardos, varias bengalas, e incluso unos litros de gasolina en unas botellas. Parece ser que rodean el Congreso 1.400 policías uniformados (los infiltrados no entran en el balance), con sus correspondientes armaduras, cascos, escudos, porras, armas (¿balas?), agua a presión, pelotas de goma, botes de humo, furgones acorazados, verjas, barreras… ¿Quiénes creen esos señores comentaristas que tienen más facilidades para ejercer la violencia?



Hasta las gónadas de los periodistas que no preguntan

Estos peperos son la hostia, incluso la rehostia. Aparte de nazis, vienen a decir, estos violentos de los escraches (me cago en los muertos del inventor de la palabreja) se exponen a la multa por nada. Bastaría que nos visitaran en nuestros despachos parlamentarios para que pudieran exponernos su programa y todos contentos. Pero siendo tan cínico el argumento, no es eso lo que me cabrea. En esa estrategia de enmascaramiento de la realidad en la que están los gobernantes, resulta lógico que quieran convencer a la ciudadanía de dos cosas: que el enemigo es un vándalo (el sistema o el abismo) y que ellos están abiertos al público como las farmacias de guardia (venid a mí los desheredados de la fortuna). No. Lo que me pone de una mala leche que me salen los mocos por las orejas es que no haya un solo periodista que les haga la pregunta olvidada: ¿Tienen que ir a verles a su despacho el millón y medio de personas a cuyas firmas no han hecho ni caso, o con que vayan sólo ciento cincuenta mil será suficiente para que les atiendan?



Hasta las gónadas del lenguaje justificatorio

El lenguaje tiene ideología ¿vale? Pues siento comunicaros que esa es otro partido que hemos perdido por goleada. De un tiempo a esta parte vengo comprobando que la izquierda parece como si se viera en la obligación de justificarse cada vez que habla. Estoy contra el gobierno, pero oiga, no se confunda, sin violencia. Soy anti sistema, pero ojo, demócrata de toda la vida. Me pica un huevo, pero no se confunda, es el sida, no que tenga ladillas. Hace 20 años era la derecha quien debía pedir perdón por serlo. Ahora nos ha tocado nosotros y ahí andamos siempre con el cirio a cuestas.
El último ejemplo está en la por otra parte deseable y aplaudible ley andaluza contra los desahucios. Parece ser que se exige en ella que los desahuciados a los que pretende proteger se encuentren en riesgo de “exclusión social”. Aparte del eufemismo que implica llamar exclusión social a la más directa marginación, el término es redundante, gratuito y contiene una buena dosis de justificación, no sea que alguien crea que lo que estamos proponiendo es la anarquía de la casa para el que la habita. Somos partidos institucionales, no okupas. ¡Pues no, leche! El lenguaje tiene ideología. Que se justifiquen ellos. Que lo cantaba Menese: “Cuándo llega el momento que las agüitas vuelvan a sus cauces. Las esquinas con sus nombres: ni reyes ni santos, ni roques ni frailes”.
 Además ¿puede haber mayor peligro de exclusión social que el hecho mismo de que te quiten la viviendo y te echen a la calle?


Hasta las gónadas de lo demócrata que es el señor Borbón

Parece que el desprestigio de la familia real crece a la velocidad de un solo de batería de Iron Buterffly. Lo que no sé es si esa velocidad de caída es aplicable también a la monarquía. En cualquier caso es que aún se siga utilizando la vieja patraña del señor Borbón como el protagonista de aquella vieja película dirigida por el cuñado del Caudillo. Él trajo la democracia. Él la salvó de la barbarie un 23F. Faltaría más. Pues yo me  hago una pregunta. ¿Si la continuidad de la dictadura hubiera sido la mejor manera de obtener el trono, y no un impedimento, hubiera sido el señor Borbón tan demócrata? O dos. ¿Si Tejero y su banda hubieran sido la garantía de la continuidad de su reinado, y no un impedimento, qué papel hubiera jugado el bueno de la película? O tres. ¿Si los elefantes fueran de metal y dieran vueltas en las barracas de feria les dispararía con perdigones? O cuatro. ¿Son suficientes ya?



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