El cantautor Frank Zappa (1974)
Incorrecto forever
Aunque la especialización y los espacios
estancos, junto a los propios gustos personales, convirtieran a los cantautores
en mi espacio de trabajo, debo confesar hoy que mi concepto de lo que eran y
son los susodichos es bastante laxo, que tiene que ver más con la manera de enfrentarse
con la canción y la creación y difusión de su obra que con el modelo musical
que utilicen. Además, claro, de considerar que el valor está en los artistas y
la obra que hacen y no en los géneros en los que puedan catalogarse. De ahí que
Chuck Berry me parezca tan cantautor
como Violeta Parra y Paco Ibáñez tanto como Fermín Muguruza. ¿Qué me puede parecer
entonces Frank Zappa?
En septiembre de 1974 Zappa actuó por
primera vez en España, en Barcelona, y antes del recital escribí para Disco
Expres un pequeño retrato del visitante. La información se completaba con un
artículo de Adrián Vogel y unas viñetas de alguien cuya firma no reconozco. Los
incluyo escaneados.
Si ha habido un
músico pop que en España haya sido tergiversado o mal comprendido, ese hombre
se llama Frank Zappa. Ahora
tendremos la oportunidad de intentar ponernos a bien con su leyenda y su
realidad y apreciar la indiscutible calidad de este gran músico que es Zappa.
La importancia
de Mothers of Invention y su líder
superan con crecer el hecho musical, para pasar a ser una de las más
clarividentes muestras del arte del siglo XX. Son muchas las cosas que ellos
han colocado sobre el táñete para ser ignorados, y todo ello se debe
especialmente a la creatividad e inteligencia de su director y cabeza visible.
Para empezar por
algún sitio tal vez fuera interesante referirnos a la parte musical de Zappa.
Cuando tan de moda está esa cosa del «Rock Sinfónico» y sus «genios» de tres al
cuarto, que basan su virtuosismo en ser capaces de batir records de velocidad y
equilibrio, bueno sería recordar que el trabajo musical de Zappa es una
inteligente y válida muestra de inclusión de las técnicas musicales de
vanguardia en la música rock. Técnicas que abarcan desde el collage hasta el serialismo,
demostrando un profundo conocimiento de la música «culta» (por supuesto que
entre comillas) del siglo XX, pero totalmente alejado del oportunismo y de la
simple copia mimética. Lo que hace Zappa es utilizar técnicas musicales, formas
de la vanguardia, no limitarse a vulgarizar (en el peor sentido del término) a
los maestros del clásico, o a los enígonos musicales del siglo XX. De todos es
conocida su afición a la música de Varesse,
pero también de Cage, Boulez o Xenakis.
También se había
dicho durante mucho tiempo, (o al menos había muchos «comentaristas» que lo
habían dicho), que Zappa era un payaso, que no era un buen músico, que no sabía
tocar. Tuvo que llegar a sus álbumes en solitario, para demostrar lo magnífico
guitarrista que podía llegar a ser para que muchos se enteraran de su real
valor como instrumentista. Para muchos, Zappa no había pasado de ser un
gamberro que gastaba bromas pesadas en escena con instrumentos musicales.
Pobres de ellos, no saben lo que se han perdido.
Siempre he tenido querencia por los guitarristas
que no echan carreras de velocidad
Otra de las
aportaciones de Zappa al panorama del rock es su extraordinario sentido del Happening.
Años después nos íbamos a escandalizar con los «números» montados por Bowie o Alice Cooper, pero mucho tiempo antes otra gente como Zappa (o The Fugs, por ejemplo) montaban sus
espectaculares shows en escena.
Probablemente con otro sentido más político la actuación de las Madres del
Invento ha llevado siempre aparejada la comedia, la provocación y la
representación. Incluso en sus propios discos está presente este sentido
provocativo del happening, en las portadas de sus discos y en sus actuaciones
personales se puede observar este sentido provocador y espectacular que habría
que buscar antes en grupos teatrales como el Living Theatre que en agrupaciones musicales.
Ya hemos hablado
de la calidad instrumental de Zappa, calidad que durante mucho tiempo se le
había negado porque nunca ha querido tocar como a los críticos «pop»
les gustaba (me refiero a que estaban acostumbrados a que la guitarra sonara de
una manera y solo de esa), tuvieron que llegar sus discos en solitario («Hot Rats» o «Chungas Revenge») para que se pararan a pensar en ello. Y con Zappa
descubrieron a muchos de los músicos que antes le habían acompañado: Henry
Vestine, James Guercio, Jim Fielder, Roy Estrada, Jimmy Carl Black, Ian
Underwood, o los que le acompañaron en esta segunda época: Aynsley Durbar, Don
Preston, Jean Luc Ponty o Sugar Cane Harris, entre otros. Músicos a los que une
el formar parte de esa ingente vanguardia que siempre está presente.
Para el final he
dejado un aspecto de la obra de Zappa que es el del contenido de sus creaciones.
Mientras que gran parte de las composiciones de la música pop no poseen un
contenido explícito, no son transmisores de una ideología en primera instancia,
sino sólo de unas posturas vítales que se desprenden de las canciones pero no
se explicitan en ellas, la obra de Zappa está desde un principio llena de un
contenido explícito y claro. Zappa y sus Mothers quieren decir cosas y las
dicen abiertamente, sin tapujos, recurriendo en muchos casos incluso al exabrupto
llano y simple. Soflamas de carácter político fundamentalmente, pero
entendiendo la política en el sentido totalizador en que puede entenderlo todo
el movimiento de la contracultura norteamericana, desde los beatnicks hasta los Black Panthers. Por eso no es raro encontrar mezclados los llamamientos
políticos con las obscenidades sexuales (Jean
Luc Ponty dijo en su reciente estancia en España que Zappa era “pornográfico”),
los alegatos morales o las soflamas económicas.
También en esto
Zappa ha sido un adelantado, recordando siempre que ahí estaba Dylan, arrastrando al el rock el
sentido político radical que siempre había detentado el folk. Y aunque también
en esto estuvieron acompañados por ese otro desconocido grupo que son The Fugs, ellos juntos abrieron el
camino que luego iban a seguir gentes más jóvenes como Country Joe con sus Fish,
Jefferson Airplane, Grateful Dead, John Lennon, los malogrados Hendrix,
Joplin y Morrison, etc… Otro asunto es que su contenido político sea concreto
y definido, o revolucionario, que no lo es, pero esta hay, con toda su
violencia y su claridad. Su subversión. Este es el Frank
Zappa que vamos a tener en España; inteligente, brillante, contradictorio y
genial. El que se lo pierda, allá cada quien con sus penas, nosotros ya hemos
avisado.
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